Innecesaria propagación de miedos

MA
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24 de enero de 2023
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12:18 am
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Innecesaria propagación de miedos

La necesidad de neutralizar la infodemia

Coronel ® José Antonio Pereira Ortega

“Cuando el orden es injusticia, el desorden es ya un principio de justicia”.
Romain Rolland. (Premio Nobel en Literatura 1915)

Para una mejor explicación de esta opinión de hoy, debe explicarse que los países mueren al igual que los seres humanos, pasan por un proceso similar, nacen, crecen, se desarrollan y desaparecen, un esclarecido ejemplo cerca de nuestro país se da en Haití, al borde de la desaparición, producto de una profunda inestabilidad política, elevada corrupción y una desmedida criminalidad sin control posible a corto o mediano plazo, a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional y de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

De allí que por la nefasta situación en Haití, se ha acuñado un término despectivo de “camino a la haitianización” a los países con problemas sociales graves, con índices de pobreza elevados, con poquísimas esperanzas de desarrollo humano, sin seguridad social, económicamente degradados y políticamente desbaratado, secuestrados por ineficientes organizaciones políticas, producto de la desidia de sus habitantes, altísima corrupción política, que emana de la impunidad y carencia de seguridad jurídica, con muchos funcionarios judiciales amorales que hipotecan sus principios en favor de los poderosos y de organizaciones criminales.

Aunque duela mencionarlo, algo similar puede sucederle a nuestro país, y se puede tomar como referencia una variedad de eventos que tienen relación con los factores degradantes arriba mencionados, destacando el mayor evento político en puerta en los actuales momentos, el revuelo mediático injustificado, con la elección de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que servirán en esa magistratura por los próximos siete años, un momento que podría marcar un hecho histórico sin precedentes si se logra superar los vicios de elecciones pasadas, señaladas como “procesos amañados” por algunas organizaciones de sociedad civil, los mismos políticos en oposición y denunciados por innumerables ciudadanos en los diferentes medios de difusión social, escritos, hablados o televisados y en las no menos numerosas redes sociales.

No se puede ocultar, que la principal duda, se levanta por la recurrente y nefasta interferencia de las mismas organizaciones políticas, en especial la fuerza política que tiene la mayor representación en el Congreso Nacional y que además detentan el poder de la administración del Estado, y en el otro lado la mayor fuerza de oposición que trata de obtener una suculenta rebanada en la repartición y por supuesto las migajas para las fuerzas minoritarias, pero que se consideran con derecho a participar en la repartición del banquete.

Por lo visto y ojalá estemos equivocados, este proceso pinta que será igual de viciado que los anteriores, lo cual se deduce porque las discusiones, quejas y denuncias expresadas y que tienen como referencia expresa, el interés manifiesto de cada organización política de obtener su propósito de corte partidario divorciado del interés nacional, tratando de conseguir la protección en caso enfrentar situaciones legales, producto de actuaciones reñidas contra el estamento legal hondureño, sin interés genuino por mejorar el sistema judicial, tan deteriorado por las mismas instituciones políticas.

Por supuesto que esto no es lo que los hondureños esperan, el nuevo proceso se constituye en una nueva oportunidad para sacar del oscurantismo la aplicación de justicia de manera imparcial y ajustada a las leyes, opacado en los periodos de las últimas cortes de justicia electas, por los desmanes como el famoso tilín tilín denunciado en otras propuestas provocando un descomunal crecimiento de la impunidad y aumentando el desencanto en la sociedad que reclama mejoras en la selección adecuada de los nuevos magistrados.
Es inevitable mencionar, que en el deterioro de los procesos judiciales de los últimos periodos se ha causado un daño que rebasa las expectativas en la aplicación de la ley, que cada día se devalúa y provoca un total irrespeto a la misma ley y aún más comporta el irrespeto a la misma autoridad, aumentando con ello la impunidad y la corrupción judicial.

De ahí que, con este escenario a pesar del pesimismo y las dudas de su correcta ejecución, se aproveche para muchos eventos para crear confusiones, informando o desinformando y en el peor de los casos generar especulaciones que desencadenen en instrumentos de generación de miedos prematuros o imaginarios, derivados de la desconfianza e incertidumbre que están propagando algunos individuos y sectores que activan en la política partidaria a manera de inclinar a su favor, las decisiones de los honorables diputados que cargan con la responsabilidad de elección de los futuros magistrados, despertando en el pueblo la esperanza que esta vez será diferente y a favor de Honduras y del pueblo y en manos de ellos esta el no quedar a deber con el pueblo que depositó su confianza al elegirlos y por tanto a él le responden.

En este sentido, y sin desestimar el rol y liderazgo de los líderes de las organizaciones partidarias que tienen mayoría de diputados en el Congreso, se les invita a sumarse que hagan gala de su liderazgo en positivo a fin de procurar un proceso de elección exitoso y dar así una satisfacción al soberano.

En Dios y ustedes confiamos la justicia de los próximos siete años.

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