Ivonne Tábora
Los femicidios en Honduras son casi a diario, de diferente manera, sitio, pero con un común denominador, han sido perpetrados en su mayoría por hombres, a inicio de este año escuchamos el caso de Karina Melissa Rodríguez, de 34 años, originaria de Copán, quien en un día normal de trabajo en su tienda de medicina natural, fue acribillada por un hombre, a María Felicita Gómez, la encontraron muerta con heridas de machete, en su casa de habitación, en Lempira.
El pasado 15 de enero, asesinaron a tres mujeres de la etnia garífuna, en una playa de Puerto Cortés, fueron atacadas por hombres fuertemente armados, mientras ellas disfrutaban en una comunidad garífuna de esa zona norte del país, dos eran primas, quisiera nombrarlas a todas, pero no me alcanzaría el escrito.
Para variar también nos enfrentamos a que no hay datos exactos de cuantas mujeres están perdiendo la vida cada día, solo se manejan ciertas cifras, como las que brinda el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, que señala que en el 2023 ya van 18 mujeres que han muerto de forma violenta y en el 2022 alrededor de 300, de la misma forma.
Cada 25 de enero se celebra en Honduras, el Día de la Mujer, aunque sinceramente yo creo que ¡no tenemos nada que celebrar!, y esta frase casualmente ha sido una de las consignas de algunas organizaciones que defienden los derechos de la mujer en nuestro país, porque ante la ola de asesinatos y de impunidad, que ha venido ocurriendo en los últimos 10 años, no cabe la menor duda de que no hay nada que festejar.
A menos que celebremos como cada día matan más féminas a la vista de todos y de paso el 95 por ciento de las investigaciones quedan en la impunidad y los culpables siguen en completa libertad.
Algunos organismos internacionales se han referido a este tema y han dicho que urge se aprueben la ley integral, la ley casa refugio y la rarificación del protocolo opcional del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
A mi parecer lo que está pasando en el país es un claro reflejo del fallido sistema de justicia que tenemos, porque aquí se debería empezar por declararse una emergencia y aplicar leyes severas que de forma inmediata brinden protección a aquellas mujeres que están siendo víctimas de abuso o violencia y ojalá las autoridades pertinentes pusieran en su agenda, como prioridad este problema.
Ya que si bien es cierto existe una ley contra la violencia doméstica que abarca el maltrato a la mujer, ahora hay una propuesta sobre un plan de prevención y educación, que busca derribar toda esa conformación de la cultura patriarcal y machista que predomina, que me parece importante apoyar.
Hace casi un año que Xiomara Castro de Zelaya, tomó posesión como la primera Presidenta mujer en Honduras, y estoy segura que muchas mujeres votaron por ella, porque pusieron su esperanza y creyeron que la situación cambiaría.
Me pregunto hasta cuándo nuestro país seguirá marcando o sobresaliendo por tener las tasas más altas de asesinatos a mujeres en la región, a dónde está el respeto a la dignidad y derechos humanos de las féminas, si solo del 2020 al 2022 aproximadamente murieron de manera violenta 844.
Sor Juana Inés de la Cruz, poeta, científica, bibliófila y escritora de obras filosóficas y morales, escribió un famoso poema llamado “Viejos”, comparto uno de sus fragmentos: “Hombre que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis; sin con ansia sin igual solicitáis su desdén, porque queréis que obren bien si las incitáis al mal?, combatís su resistencia y luego, con gravedad, decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia.
Parece que el denuedo de vuestro parecer loco, al niño que pone el coco y luego le tiene miedo… quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Opinión, ninguna gana, pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata y si os admite es liviana”.
¡Feliz Día mujeres hondureñas!
@IvonneTabora [email protected]
Lic en Periodismo
