Socialismo de pacotilla: una respuesta a Stiglitz

MA
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25 de enero de 2023
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12:46 am
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Socialismo de pacotilla: una respuesta a Stiglitz

Carlos Cálix

Estimado Brian Wesbury de The Wall Street Journal, su apreciación sobre el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz en “La gran brecha” parece errada, pues la opinión sobre el argumento económico liberal denota un verdadero socialismo de pacotilla.

En este sentido, estimado Dr. Stiglitz, usted habla de Thomas Piketty y de “El capital en el siglo XXI”, aludiendo a las pruebas disponibles sobre las desigualdades económicas y la riqueza heredada que genera una nueva plutocracia, además del “capitalismo de imitación” como un elemento concebido para crear desigualdades. En medio de las críticas, debo reconocer que llaman mi atención algunas de sus propuestas relacionadas a las reformas sensatas en el código tributario, al equilibrio entre los sectores público y privado y, el hecho de gravar las emisiones de carbono provocadas por las empresas que contaminan el ambiente, pero más aun coloco el foco de atención sobre su postura ante el “capitalismo de pacotilla” que se practica según usted, en su país. Y disfruto cuando dice que “no es necesario eliminar el capitalismo sino algunas distorsiones”, aspecto que contradice a los “socialistas del siglo XXI” que lo tienen a usted como referente anticapitalista.

Por ello, estoy de acuerdo con Willian L. Anderson en su artículo “Lo siento, Stiglitz: es el socialismo lo que está mal, no el capitalismo”, sobre todo, cuando cuestiona por qué debemos asumir que los gobiernos de alguna manera poseen la información necesaria para producir resultados “eficientes” en los intercambios económicos, refutando su perspectiva sobre las fallas del mercado en el procesamiento y la transmisión de información y, es por ello que según usted, el gobierno debe estar listo para corregir estas fallas. Sus planteamientos promueven una visión errada sobre el funcionamiento de la economía basada en las críticas a Adam Smith y sus falacias a favor de las teorías malthusianas, marxistas y keynesianas.

Cabe destacar que, luego de “renunciar” como economista en jefe del Banco Mundial (BM), usted decidió lanzar “El Malestar de la globalización”, en el cual, culpa al Fondo Monetario Internacional (FMI) por algunas crisis económicas, regionales y nacionales. Sin embargo, Joseph Kahn, Mario Vargas Llosa y B. Eichengreen reconocen errores en su obra. Kahn rechaza alguna de las acusaciones y destaca la solvencia académica de los responsables del Tesoro y del FMI, ridiculizados por usted. Vargas Llosa, critica su visión excesivamente económica de la globalización, subrayando la importancia de los aspectos ideológicos y culturales. Eichengreen precisa o rechaza muchas de sus afirmaciones, reivindica la capacidad del fondo para aprender de sus errores y destaca la dificultad de reformar los órganos de dirección del Banco Mundial y del FMI.

Por su parte Ben Fine y Elisa Van Waeyenberge, consideran que usted Dr. Stiglitz ve al Consenso de Washington como impulsado por una creencia dogmática en las virtudes del libre mercado que va contra toda evidencia. Esta creencia ha sido efectivamente demolida por su propio enfoque económico: “y es que los avances más recientes de la teoría económica han probado que, cuando la información es imperfecta y los mercados incompletos, entonces la mano invisible funciona del modo más deficiente”. Resulta significativo que la perspectiva de información imperfecta/mercados imperfectos sobre la que ha informado exclusivamente su trabajo académico, esté casi totalmente ausente en su libro más vendido. De igual forma, consideran que usted revela escaso conocimiento de la historia del pensamiento económico o de la economía política. Y tanto su Consenso Post-Washington como el Marco Comprensivo de Desarrollo de Wolfensohn se destacan por desatender la literatura que ha forzado la adopción de estas visiones, tanto la que se refiere al Estado desarrollista y el “ajuste con rostro humano”, como las críticas al mal llamado “neoliberalismo”, la modernización y el desarrollo como crecimiento.
En este sentido, Carlos Rodríguez Braun expresa que: “la ignorancia de Stiglitz de todo lo que no sea economía neoclásica lo lleva a afirmar que los liberales no prestan atención a las instituciones civiles y las estructuras legales que hacen funcionar a las economías de mercado” y dice que es al revés, tal como consideran otros premios Nobel como Coase, Fogel, North y Buchanan.

Del mismo modo, como bien dice Axel Kaiser, usted Dr. Stiglitz “ha sido un partidario activo de algunos de los peores demagogos y dictadores socialistas de América Latina”. Ahora acompaña a Boric como antes lo hizo con otros de los muchos demagogos latinoamericanos. No me extrañaría que en Honduras lo tengamos pronto asesorando a un gobierno que al igual que usted, se encuentra emocionado por intentar “estar en el funeral del mal llamado neoliberalismo”. Dr. Stiglitz y hondureños en general, coincido con Anderson: “es el socialismo lo que está mal, no el capitalismo”.

[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias administrativas, fundador de Grupo Lix y MacroDato. Profesor del Doctorado en Dirección Empresarial-UNAH.

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