Por: Carolina Alduvín
Acaba de pasar el Día de la Mujer Hondureña, aunque no faltaron mensajes de felicitación, promociones en restaurantes, bares y comercios, la noticia del día fue elección de los nuevos magistrados para la CSJ, los cercos de seguridad alrededor de la sede del CN, los colectivos apostados en los bajos, la nube de reporteros armados de cámaras y micrófonos y la expectativa por confirmar las especulaciones en torno a la composición partidaria del más alto tribunal de la República. Debemos reconocer que, nos guste o no, la etapa técnica por parte de la JN concluyó en el momento en que dieron a conocer la lista de los 22 hombres postulantes mejor calificados y las 23 mujeres postulantes con los porcentajes más altos entre ellas. Tal como lo dispone la respectiva ley, pero que sesga las nominaciones en nombre de la llevada y traída equidad.
Suponiendo que se respetara el estricto orden de calificaciones y no primaran las componendas políticas para elegir a los 15 mejores, los puntajes apenas dan para que haya seis damas y nueve caballeros, lo que tampoco concuerda con la disposición legal, pero los méritos tan cuidadosamente calculados, pasaron a valer cero una vez puestos a consideración en el recinto legislativo. La ciudadanía espera que la elección, en efecto, responda a sus intereses y no a los de quienes pretenden eternizarse en el poder, siguiendo la receta de las dictaduras derivadas del foro Sao Paulo, que quienes sean los favorecidos actúen y decidan con la independencia que tanto esgrimieron durante sus audiencias.
Dado que la directiva del CN sigue siendo ilegal, según afirman los expertos, y que los recursos interpuestos en tal sentido no han prosperado, la gran interrogante es: ¿quién va a juramentar a los electos y a ponerlos en posesión de sus cargos? En la atípica toma de doña sumisa, una juez fue la primera en ningunear y sustituir al funcionario que tradicionalmente recibe la promesa de ley, hecho que le ha valido hostigamiento y persecución, según ha denunciado en medios y redes, pero que no es la única, junto a ella van los compañeros de bancada del denunciado perseguidor. ¿Se repetirá la historia sin Kamala Harris cerciorándose de los hechos a un metro de distancia? ¿Actuará otro togado con similares atribuciones? O, ¿permitirán ser juramentados por ilegales? La ciudadanía y la comunidad internacional siguen vigilantes…
La designada quedó nominalmente a cargo de la silla presidencial mientras a la titular le viene como anillo al dedo salir del país con cualquier excusa para no inaugurar a nueva legislatura, bien por la primera, igual el designado que le dio el triunfo holgadamente, prefiere mantener su virginidad administrativa, como si se le fuera a permitir otra vuelta, ya los lloriqueos han dejado de funcionar, el país necesita gente honrada y capaz, no divas, ni usurpadores, ni cajas de resonancia. Su mera existencia no es segura, hace mucho que se habla de Estado fallido, narcoestado y de rescatar el Estado de derecho, y se sigue montando una ilegalidad encima de la anterior. Todo proyecto totalitario debe ser rechazado ahora, los lloriqueos posteriores no harán mucho por revertir un error garrafal.
No podemos seguir esperanzados a que una misión internacional imparta la justicia que una CSJ como la saliente no fue capaz de procurar, no ha sido casualidad que este mismo lunes nos hayan visitado los misioneros cuyos oficios fueron rechazados en la anterior administración, no olvidemos que los políticos han intentado y seguirán queriendo manosear el Poder judicial, porque el brazo podría alcanzarlos. Al menos los aspirantes a continuar como magistrados, fueron eliminados de la carrera en su mayoría; sin embargo, la lista no salió tan depurada como habíamos esperado. Nos queda apelar a las buenas conciencias y esperar lo mejor.
También se esperaba alguna depuración en las secretarías de Estado, hasta los que parecían bien intencionados al principio, resultaron una gran decepción como la misma cabeza del Ejecutivo quien, rodeada por tanto inepto, pues alguna seguridad ha de sentir, teniendo menor estatura, no le tapan el sol y el premio es seguir en el cargo, total, lo menos importante es el beneficio de los ciudadanos, igual ya votaron por quien lo puso. Tampoco importa que no tengan presupuesto ni para honrar salarios en mora, lo que importa es que se ahorren recursos para comprar las voluntades que haya que comprar, es probable entonces que así puedan eternizarse.
