“HAY que sumarle el componente maquiavélico de la estrategia de Lawfer, –comenta un lector– conocida también como guerra jurídica”. “Lawfer: Persecución judicial, instrumentalización de la justicia, judicialización de la política, guerra jurídica o guerra judicial es una expresión usada para referirse a la utilización abusiva o ilegal de las instancias judiciales nacionales e internacionales, manteniendo una apariencia de legalidad, para inhabilitar o provocar el repudio popular contra el oponente”. (Wikipedia). Se refiere a la frase de cierre del editorial: (Solo es cuestión de discernir –suspira el Sisimite– ¿por qué caen cuando caen? Ah, y ¿cuántos caen por delitos comprobados, cuántos por rencores políticos, y cuáles por ambas cosas?). Pues bien, levanten la mano, ¿quiénes creen que aquí en Honduras no se practica el “Lawfer” o guerra judicial? El concepto fue popularizado por Cristina de Kirchner –el poder real detrás del trono en Argentina– a quien un tribunal penal condenó a 6 años de prisión “por el delito de administración fraudulenta durante gobernaron ella y su marido”. La sentencia la inhabilita a ocupar cargos públicos de por vida, pero como goza de inmunidad, no hay forma que la metan presa; además el fallo debe ser ratificado por la Cámara de Casación de la Corte Suprema, un proceso que puede tardar muchos años.
“Lawfer” fue lo que alegó Lula. “En 2014 se inició en Brasil la Operación Lava Jato (autolavado), la mayor investigación sobre corrupción llevada a cabo en Brasil, centrada en la petrolera estatal Petrobras, numerosos políticos y empresas constructoras, entre ellas Odebrecht”. Lula fue doblemente imputado en el marco de Lava Jato y por una segunda denuncia de supuesta obstrucción de justicia. En julio del 2017 fue declarado culpable y condenado. Estando tras las rejas sus seguidores impulsan la postulación de Lula a una reelección. En uno de los casos un tribunal federal falla a favor de Lula por falta de pruebas. Más adelante el Supremo Tribunal Federal de Brasil le anula las condenas por corrupción. Acto seguido Lula anuncia su postulación y en segunda vuelta le gana la presidencia a Bolsonaro. (Quizás tomando como referencia los casos anteriores –como corolario a ¿por qué caen cuando caen?– el Sisimite comenta: “Y algunos caídos vuelven”). “El ejemplo –reacciona un fundador del colectivo de Winston y el Sisimite– aquí en casa”. Retornando al alarmante caos en el Perú. La hemorragia política no se detiene. Más bien comienza. Con esa tendalada de muertos y la capital sitiada por protestas, no tarda en caer la cabeza de la señora que llenó la vacante del indito recién derrocado. La violencia ha abierto el surtidor de condenas al gobierno interino en Perú. Casi solo de eso –entre indirectas, directas e insinuaciones– hablaron en la Cumbre de CELAC.
“Tensión entre Perú y Chile: El Gobierno peruano ha informado que se ha transmitido a Chile “el malestar” que ha generado en el Ejecutivo de Dina Boluarte, “la manera irrespetuosa” con que el presidente chileno, Gabriel Boric, se refirió a la presidenta del vecino país en su intervención en la cumbre”. La cancillería peruana anuncia el retiro de su embajador en Honduras, ofendida por la solidaridad de la mandataria hondureña con Castillo. El bochinche en el país andino ha escalado –ahora con estudiantes y sindicatos sumándose a las protestas, iniciadas por pobladores de la ruralidad marchando sobre la capital– cuando la policía allanó predios universitarios. Pero ¿hacia qué lado inclinarse? ¿Si lamentar lo sucedido al indito que sacaron o abogar por el gobierno que llenó la vacancia, que en un santiamén se ha deteriorado, incapaz de contener la violencia? Si se enchuta pierde y si no se enchuta también. ¿O ya se les olvidó lo que hizo que precipitó su caída? ¿Tragarse que hubo golpe, si lo sacaron por disolver el Congreso, anunciar la intervención del Poder Judicial y amenazar que durante la transición gobernaría en estado de excepción mediante decretos ley? Y cuando lo detienen alega que a saber qué sustancia injirió; que no recordaba lo que había leído; lo que otros escribieron y lo pusieron a leer. (Ya pueden bajar la mano los pocos que la levantaron que opinan que aquí no se practica el Lawfer. A propósito de lo que cae. Una cita de las Páginas del Diario de Juan Pérez, que Winston saca de libro Presencia del Olvido de Oscar A. Flores: “Eva como Newton vio de un árbol caer una manzana. En vez de descubrir el principio de la gravedad, descubre la gravedad de un principio. El de la vida, ciencia del bien y del mal”).
