Un primer año en medio de la crisis

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27 de enero de 2023
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12:01 am
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Un primer año en medio de la crisis

Por: Carlos Medrano*

Trataremos de hacer un objetivo análisis del primer año de gobierno de la Presidente Iris Xiomara Castro Sarmiento, primera mujer que llega al poder de la nación que significa un hito histórico en una sociedad con una arraigada cultura machista.

No ha sido fácil este inicio de gobierno, principalmente por varios acontecimientos que realmente eran impredecibles para todos los expertos económicos y políticos.

La Presidente Xiomara recibió un desastre descomunal dejado en la administración pública por parte del Partido Nacional de Honduras y Juan Orlando Hernández, con una corrupción impresionante y un gobierno inflado de activistas improductivos.

Una crisis económica generada por una guerra entre Rusia y Ucrania, que provocó altos precios de los combustibles y fertilizantes y por ende una inflación galopante que mantuvo en zozobra a millones de hondureños en la línea de la pobreza y pobreza extrema.

Existieron otros factores que provocaron crisis como las dificultades logísticas en el mundo como secuelas del covid-19 y que sigue afectando la industria nacional al verse obligada a pagar enormes cantidades de dinero por la importación de su materia prima.

De ahí, la desintegración de la alianza política que la llevó al poder de la nación que les ha obligado a gobernar solos contra una oposición mediática, un discurso con altos componentes ideológicos responsabilizando al pasado de todas sus desgracias, la improvisación en la toma de decisiones como eliminación de algunos fideicomisos, aunque algunos estuviesen dando resultados positivos como el existente en materia de salud, han hecho ver muy mal a la Presidente Xiomara.

El protagonismo excesivo de “Mel” Zelaya, asesor presidencial, esposo y coordinador del Partido Libre, tomando decisiones públicamente, hacen ver débil el liderazgo de la mandataria, pues muchos hondureños cuestionan quien es el que realmente está gobernando en Honduras, además de la contratación excesiva de personas vinculadas a la familia presidencial no es bien visto por el pueblo hondureño.

Muchos funcionarios no le están ayudando a la Presidente, lejos de eso le están generando mala imagen con lentitud en la toma de decisiones, improvisación y la poca ejecución presupuestaria hizo que la imagen presidencial vaya en descenso.

Otros ministros y funcionarios son disparatados, están violando la ley con determinaciones arbitrarias. Los altos índices inflacionarios de dos dígitos no han sido atacados con eficiencia por la presente administración afectando a las clases más desposeídas.

Miles y miles de hondureños continuaron marchándose a los Estados Unidos buscando el sueño americano, huyendo de un país que no le ha podido dar trabajo, oportunidades y mayor seguridad.

Pero sí hay determinaciones positivas de esta administración que debemos resaltar, como la determinación política para traer a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras, Cicih, y combatir la corrupción de manera más efectiva.

La derogación de la Ley de Secretos que bajo el pretexto de la seguridad nacional solo sirvió para hacer negocios turbios y perjudiciales para el pueblo, dará mayor transparencia en el ejercicio del poder.

La eliminación de las ZEDE, un parto de JOH y su pandilla que otorgaba soberanía en el propio territorio hondureño generará demandas internacionales que habrá que enfrentar en el exterior.

Ha sido un año complejo, con un gobierno que camina lento pues existen radicales de izquierda que no dejan gobernar a los moderados que tienen una agenda de país y no ideológica-política.

Esperamos que este año 2023, con esa enorme cantidad de dinero que presupuestaron y alejándose de ese discurso que le echa la culpa al gobierno anterior, se pongan a trabajar para el desarrollo del país y para favorecer a millones de hondureños sumidos en la pobreza y pobreza extrema.

*Periodista
[email protected]

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