Por: Carolina Alduvín
No para quienes anticipamos lo que iba a pasar, sí para más de un millón de ingenuos ciudadanos que creyeron resolverían su vida con la sola llegada de una mujer a la Presidencia de la República. Votaron por un partido que en ningún momento ocultó su inclinación izquierdista, dominado por un populista sin mayor preparación, pero con enorme carisma entre los ignorantes y los resentidos, que se aprovecha de quien sea, de la ingenua obsesión de un figureti que quiere ser presidente a cualquier costo, de la sumisión y falta de dignidad de su mujer, del entreguismo de quienes se autodenominan liberales sin tener la menor idea de lo que significa tal doctrina, de una oposición de a mentiritas con la que come en el mismo plato, de un empresariado timorato al que terminará por destruir en aras de una igualdad en la miseria, de un estamento armado sobornable con prebendas, donde altera el orden de precedencia, para que no le ponga freno a su cabalgata en póstumo cumplimiento de su fallida promesa al extinto comandante venezolano.
Como todo se mueve en aras de refundir a nuestro país, lo que importa es tener recursos a manos llenas para comprar diputados, hacer una corte a la medida de la impunidad de sus compinches y que la justicia extranjera tampoco los alcance, dado que los propios liebres figuran en la lista de extraditables. También a los militares activos, empresarios, líderes y gargantas, para sustituir a sus anchas, con los fondos no ejecutados a todo tipo de servidores públicos, en cuenta oficiales de alto rango, para cubanizar al Ejército, según denuncias que circulan por ahí, ni se diga a los maestros, médicos, asesores del gobierno y coronar su proyecto de constituyente, para eternizarse en el poder y sumarnos a la miseria comunitaria propagada por sus mentores.
Los grandes logros de la señora que ya ni las feminazis determinan, en el primer año: montar una directiva ilegal en el Legislativo, promulgar un pacto de impunidad para sus secuaces, hacer florecer nepotismo, corrupción e incompetencia en todos los niveles y sectores del desgobierno, derogar una ley de empleo por horas sin una alternativa viable, reduciendo aún más las pocas oportunidades laborales, elevar tarifas de servicios públicos para hacer demagogia entre los que supone sus incondicionales, exponer al país a demandas multimillonarias por retiros de concesiones que, si bien la ley merced a la que fueron creadas, se declaró inconstitucional, las reivindicaciones demandaban mayor creatividad y habilidad negociadora en quien pusieron a cargo de la papa caliente. Los expertos señalan el nivel de inflación más alto en muchas décadas, rondando los dos dígitos, con la energía más cara de la región y canasta básica fuera del alcance de sus bases, productores sin apoyo, dizque estabilización artificial de precios, que ni funciona, ni puede ser permanente y causa desabastecimiento. Hay que elevar la productividad.
Por si las medidas estúpidas o perversas -según sean producto de funcionarios ignorantes o de destructores de oficio- no infligieran suficiente daño a las personas, se les ocurre declarar estados de excepción sectorizados, con la excusa de combatir la inseguridad, como resultado se restringe la libertad, dizque se hacen capturas, pero ni la extorsión ni los asesinatos se detienen. Las cámaras del 911 dejaron de funcionar, según se dice, por falta de pago, pese a la carga tributaria sobre quienes tienen algún ahorro significativo, además se publicita ampliamente para que los delincuentes sepan que hay carta blanca para lo que se les antoje. Por supuesto, si en las asociaciones ilícitas están los elementos de base del instituto refundidor, la patarata no falta.
La doñita muy eficiente para ponernos en ridículo en el extranjero con su voz de pitoreta espetando inoportunas declaraciones y gritando a los cuatro vientos cuanto resiente todavía la famosa piyamada. Mientras evade momentos importantes de la vida nacional, sale a defender lo indefendible y a que la califiquen de mentirosa en los editoriales de un país que jamás pidió su opinión y con toda razón retira a su embajador, mientras su canciller se rasga las vestiduras porque la embajadora de nuestro principal socio comercial socializa con algunos personajes nacionales destacados y anuncia programas de ayuda. La única satisfacción para tontos, fue la captura, extradición y juicio aún pendiente del exmandatario contra quien votaron; pero eso, no es mérito del familión, sino de un juez extranjero de distrito, respaldado por un gobierno que desconoce lo que no fue pactado por su partido, sino por el opositor hoy fuera del poder.
