Un año de guerra

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11 de febrero de 2023
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12:04 am
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Un año de guerra

Por: Francisco Zepeda Andino*

El próximo 24 de febrero se estará cumpliendo un año de la inexcusable y cruenta invasión a Ucrania por parte de tropas rusas. El gobierno de Vladimir Putin, bajo su férreo control, esgrimió diferentes razones queriendo justificar la flagrante violación a las normas mundiales de convivencia pacífica y respeto al derecho internacional. La arrogancia privando en los altos mandos militares y civiles rusos era tal que consideraron una duración de 48-72 horas combatiendo y por esa razón la llamaron “Operación Militar Especial”. Su ataque inicial en dos pinzas, una viniendo del norte, usando territorio bielorruso y la otra desde la frontera oeste rusa con Ucrania, tenía a Kiev, la capital ucraniana, como principal objetivo.

En los principios de guerra, se asume que la capital política, asiento del gobierno en una nación, es el centro de gravedad de la misma y por lo tanto, su conquista u ocupación por una fuerza militar extranjera, conlleva el colapso nacional del atacado. La historia nos demuestra la validez de ese principio en la mayoría de los conflictos armados. Por lo tanto, no debe sorprender que el ataque inicial ruso, al estilo blitzkrieg, tuviera a Kiev y el régimen de Volodímir Zelenski como objetivo.

Después del impacto inicial de los blindados y artillería rusa, los grupos aerotransportados o aeromóviles trataron de conquistar Kiev y lograron llegar hasta los suburbios de la capital pero fueron repelidos por las tropas ucranianas y echados fuera por las fronteras con Bielorrusia, en una clara derrota de lo que suponía ser una fuerza militar con calidad de primer mundo. Al no poder alcanzar su objetivo primario, el esfuerzo ruso se dirigió hacia la región del Dombás, frontera este ucraniana con Rusia y la cual el presidente Putin había colocado como excusa para su aventura bélica al afirmar que solo estaba defendiendo a los pobladores con ascendencia rusa de la región e iban a continuar hasta lograr la “liberación” total de las áreas Donetsk y Lugansk.

La defensa ucraniana ha tenido un desempeño inesperado si analizamos que Rusia está entre las tres primeras potencias militares mundiales. Al mismo tiempo, se debe reconocer la importancia de la ayuda militar y económica proveída por la Unión Europea, Estados Unidos de América, Canadá y muchas otras naciones, sin la cual, tal vez, el Oso Ruso hubiera logrado su objetivo, aun considerando la valentía del pueblo ucraniano y sus Fuerzas Armadas. Las contra-ofensivas montadas por los defensores han puesto en evidencia la fragilidad de una acción cuando los agresores involucrados no tienen la convicción plena de estar defendiendo una causa justa.

¿Qué ha dejado un año de guerra? En Ucrania, desolación y muerte. Se estima cerca de 8,000 civiles muertos (según Naciones Unidas) entre ellos unos 500 niños; 8 millones de hombres, mujeres y niños han salido como refugiados y se han esparcido en muchas naciones alrededor del planeta. Igual que otras guerras, las cifras totales de muertos, civiles y militares, son dadas a conocer no en apego a la realidad, sino para no perjudicar la moral y espíritu de lucha. Ucrania reporta casi 39,000 civiles fallecidos, mientras las cantidades de militares en ambos lados son totalmente dispares dependiendo quien las proporcione. Para Ucrania, destrucción increíble de infraestructura, generación eléctrica, agua potable, afectación económica, etc.

En la “Madre Rusia”, miles y miles de padres, madres, hermanos y demás familiares hoy lloran la muerte de jóvenes soldados caídos en un conflicto sin sentido.

Si a Putin le preocupaba la posible integración ucraniana en la OTAN, ahora tendrá en su flanco noroccidental dos países en proceso de ser miembros, Suecia y Finlandia. Alemania ha determinado iniciar un proceso de rearme y modernización en su fuerza militar, Polonia, Estonia, Letonia y Lituania, en la parte central y noroccidental rusa, no se quedarán con los brazos cruzados. Además, en el flanco suroeste de Ucrania y Rusia, naciones como Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria, pertenecientes a la OTAN, también evalúan su posición militar frente Rusia.

El uso de recursos tecnológicos modernos durante los combates lo abordaremos en ocasión posterior.

¿Qué nos ha dejado un año de guerra? Fuera del área del conflicto, casi todas las naciones tenemos niveles de inflación altos, precios de energéticos afectando el crecimiento económico, materias primas encarecidas, recesión, hambre en varias regiones, migraciones y otros variados problemas sociales y económicos.

Es imperativo que el liderazgo ruso afronte la realidad y detenga su guerra hacia Ucrania.

*Cnel. (R) FAH

[email protected]

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