Hasta 30 mil lempiras cobran por ingresar un arma a cárceles de máxima seguridad
La muerte de Plutarco Ruiz dentro de una cárcel de máxima seguridad a balazos, reactiva el tema de la problemática de ingreso de armas a los centros penitenciarios y la colusión de autoridades.
¿Cuánto cuesta ingresar un arma corta o larga a un centro penitenciario? Es una pregunta frecuente en estos días que se hace la opinión pública y los parientes de las víctimas.
Plutarco purgaba una pena por el asesinato de la Miss Mundo Honduras, María José Alvarado Muñoz, y su hermana, Sofía Trinidad, años atrás, recientemente fue liquidado por dos presidiarios con armas que ingresaron burlando los controles de seguridad irónicamente en el Centro Penitenciario de Ilama, Santa Barbara, conocida como “El Pozo I”.
LA TRIBUNA accedió a una persona que recientemente salió libre, tras estar preso cinco años en una prisión de máxima seguridad y que participó en ingreso de armas. Por razones obvias no se dará su nombre.
DISEMINARON LA VIOLENCIA
El entrevistado estuvo preso por posesión ilegal de armas y drogas, explicó que en los recintos carcelarios “hay varias personas que se dedican a meter las armas, desde colonias cercanas” a los centros penales.
Esto explica como estas cárceles llevaron la inseguridad a ciudades como Danlí, que en cuestión de años pasó de ser un remanso de paz a una comunidad sumida en la violencia.
El recluso detalló que el costo por ingresar una pistola corta oscila entre los 5 mil, a 15 mil lempiras para el policía penitenciario que se decida a “ganarse ese pisto fácil”, sin meterse a problemas con los grupos armados que albergan los centros penales del país.
Explicó, que los precios para meter armas varían, porque el costo para poder meter un arma larga a una cárcel de mínima seguridad oscila entre los 20 mil a 30 mil lempiras, pero aclaró que, para los ejecutores de los crímenes, estos valores se duplican.
Por esos “toros” los autores intelectuales de los asesinatos han pagado grandes cantidades de dinero a autores materiales o sicarios privados de su libertad y considerados sanguinarios asesinos a sangre fría.
Las investigaciones dan a conocer que las armas usadas para matar a personas como Magdaleno Meza, Plutarco Ruiz y otras de alto perfil, tras ser detonadas son rápidamente sacadas como por “arte de magia” de los centros penitenciarios, para no dejar evidencias, en colusión con agentes penitenciarios.
CADA GRUPO ARMADO TIENE SUS “SOCIOS”
El expresidiario aseguró que los agentes preventivos son los encargados de resguardar a bandas del crimen organizado. “Los de las fuerzas especiales se entienden con los pandilleros para ingresar objetos de todo tipo”, describió.
De acuerdo a la fuente, “hay módulos que los privados andan con granadas a vista y paciencia de autoridades”, siempre listas para ser detonadas, ante cualquier ataque de un grupo rival.
Esta versión coincide al recordar que el año anterior, salió a la palestra pública y en redes sociales videos o “Tik Toks” donde miembros de pandillas andaban tranquilamente dentro de un módulo carcelario, fuertemente armados con fusiles de asalto, tipo AR-15 y AK-47.
En las filmaciones se puede ver como otros lucían armas cortas y automáticas. La mayoría de armas ingresadas a las cárceles de máxima seguridad sus balas ya tienen nombre y apellido.
Según versiones, dos privados de libertad armados con una pistola y una hoja de machete lo ultimaron a Ruiz. Autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), confirmaron el crimen, mientras en las redes sociales circulaban imágenes de la sangrienta escena.
En esa ocasión, autoridades del INP, indicaron que los reos que cometieron el crimen se movieron del módulo Máxima 1 hasta el Máxima 2. Cuatro disparos recibió Ruiz, vinculado además, con el narcotráfico, dos en el pecho y los otros en la cabeza, según un parte forense y policial.
COINCIDENCIA CRIMINAL
Un caso similar sucedió en esa misma cárcel con la muerte violenta de Magdaleno Meza, quien murió de forma violenta el 26 de octubre del 2019. Magdaleno Meza Fúnez había sido detenido en junio de 2018 por tener supuestos vínculos con el narcotráfico, además de ser socio de los Valle Valle y testaferro del exdiputado hondureño Tony Hernández.
Una de las cámaras de seguridad de la cárcel El Pozo l, ubicado en Ilama, Santa Bárbara, registró el asesinato de Magdaleno Meza Fúnez a manos de varios privados de libertad. En ese momento, otro agente abre la puerta e ingresa uno de los reos con pistola en mano y le dispara a Sanabria en la cabeza.
Seguidamente, al lugar ingresan cinco carcelarios más y amenazan con puñales a los miembros del INP, quienes huyen de la zona dejando que los delincuentes terminen su cometido. (JGZ)
