Por: Blanca Moreno*
“La cuña para que apriete tiene que ser del mismo palo”… dicho popular de Mesoamérica.
El “endiosamiento” lleva a los dictadores a creerse dueños del mundo. Karl Marx decía que “la religión es el opio del pueblo”. Joseph Goebbels que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad irrefutable”.
Marx y Goebbels representan ideologías extremas, pero no importa, las adaptan a sus regímenes populistas, porque responden a sus intereses.
Nicaragua, por ejemplo, es refugio de los que huyen de “persecuciones”. Lo mismo les da que sean culpables o inocentes. Pero sí, que tengan cómo gastar. Al exdirector del IHSS, Mario Zelaya, le salió “mal la jugada” porque salía a tomar fotografías y creyeron que era espía. Pero, a los que recomienda la asesora sandinista de Honduras, les va más que bien.
Actualmente, el gobierno del vecino país, le está quitando la nacionalidad a sus connacionales y al mismo tiempo la compañera de Daniel Ortega, quiere relevarlo. Ahí es al revés, “ganó” él, ella manda.
Hace dos semanas expulsaron a 222 nicas por no seguir el guion impuesto. Entre ellos está la historiadora, defensora de derechos humanos, política y doctora Dora María Téllez, la “Comandante Dos”, joven lideresa que sobresalió en el asalto al Palacio Nacional en 1978 y que un año después desembocó en la caída del dictador Anastasio Somoza Debayle.
Fue entonces que aquella joven de 21 años fue inmortalizada en una crónica de Gabriel García Márquez, describiéndola como “una muchacha muy bella, tímida y absorta, con una inteligencia y un buen juicio que le habrían servido para cualquier cosa grande en la vida”.
Téllez fue ministra de Salud (1989) vicepresidenta del Consejo de Estado y diputada. Su error fue fundar el Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Acusada de incitar a la injerencia, pasó 20 meses encarcelada por conspiración, incomunicada y sin poder leer. Está perdiendo la vista y muy pálida, pero aún sonríe.
Fue entrevistada en Washington: “no me hubiera imaginado que evolucionaba a una dictadura del estilo de la de los Somoza”.
Tuvo suerte la doctora (la entrevistamos con Lucía Alvarado en 1989) de vivir para contarla. Tenía razón el maestro García Márquez porque ella ha dicho: “Daniel Ortega y Rosario Murillo tienen una tiranía que vamos a liquidar”.
No tendrá la misma suerte el obispo Rolando Álvarez, quien se negó a subir en el avión en el que 222 opositores al gobierno fueron expulsados a Estados Unidos y en represalia él fue condenado a más de 20 años de prisión por traición a la patria.
Honduras debe verse en ese espejo de descomposición social por el exceso de control. Si bien es cierto, a sus disidentes los han premiado con el “exilio dorado”, becas y autos lujosos, lo peor está por venir. Si el “comandante vaquero” llega a controlar los tres poderes, será peor que la “Chayo”.
Y como dice la canción de los “Guaraguaos”: no basta rezar, el Papa ya lo hace en Roma por su iglesia.
Pero también rezan los narcos para “coronar”…
No permitamos que nuestro país sea otra “encomienda” del socialismo del siglo XXI o que encarcelen a nuestros religiosos, políticos y periodistas…
*Periodista. Alfabetizadora de Adultos
