Por: Mario E. Fumero
Uno de los negocios más rentables, y de moda, el cual tiene en jaque mate a la fuerza de seguridad del Estado es el fenómeno de la extorsión, la cual en los últimos 15 años se ha proliferado a una dimensión tan grande, que ha frustrado a muchos hondureños, y ha producido el cierre de muchas empresas y negocios, además de originar muchos muertos.
Es bueno buscar los culpables de este auge de la extorsión, y aunque sabemos que el delincuente siempre se las ingenia para obtener dividendos de sus acciones ilegales, una de las causas principales del crecimiento de la extorsión en todo el territorio nacional ha sido la falta de un control estricto sobre la telefonía móvil, que supuestamente debería ser controlada por un ente del Estado llamado Conatel al cual le corresponde regular sus operaciones dentro del marco legal establecido.
¿Por qué digo que la culpa de la extorsión la tiene la telefonía móvil? Porque la forma más fácil para poder extorsionar a las personas es usando un teléfono, y de esta forma amenazar o chantajear a las personas, comprando para ello un chip o tarjeta SIM que se venden sin control, aun por las calles de Tegucigalpa, lo cual ha dado las base para el crecimiento de un gran negocio ilegal. Aunque un 80% de las extorsiones es una simple amenaza, sin consecuencias, deja temor y zozobra cuando un 20% sí deja muerte y serias acciones represivas.
¿Cómo podríamos evitar que este negocio se siga extendiendo? Es sencillo, solo se necesita establecer un estricto control estricto en la venta de tarjetas SIM o chip, y que las personas que obtengan, sean identificadas plenamente, y cuando los mismos se les robe el teléfono, inmediatamente sean anuladas. La solución es sencilla, si te llama un extorsionador por teléfono, inmediatamente denuncias el número, automáticamente las autoridades pueden saber a quién le pertenece esa línea, y se procede legalmente a la captura e investigación del dueño del mismo, pero tristemente en este país las compañías telefónicas, con tal de hacer negocio, venden las tarjetas SIM o chip a diestra y siniestra, sin que el estado y Conatel ejerzan un control absoluto sobre la venta de los mismos.
¿Qué se debería de hacer para evitar la extorsión telefónica? Simplemente sancionar a las compañías telefónicas que los venden sin control estos SIM, y hacerlas responsables de lo que al respecto ocurra, porque, al fin y al cabo, quien vende un chip, tiene que hacerse responsable de ello, y a quien se lo vende, debe de dar toda su información a las autoridades, las cuales por medio de la información que obtuvieron, pueden localizar a la persona y proceder frente a este delito. Recordemos que la gran mayoría de las extorsiones la hacen por mensajitos usando para ello WhatsApp.
No me cabe la menor duda que si se controla la venta de tarjeta SIM de forma estricta, se podría reducir de un 100%, a un 10% las extorsiones en todo el país, y si el Estado controlara de forma estricta la telefonía móvil por medio de la venta de chip de forma ilegal, los estafadores y extorsionadores carecerían de un arma poderosa para seguir intimidando a la población, y obtener así grandes ganancias.
Es necesario que el Congreso de la nación emita una ley que sancione, que multe a las compañías móviles que venden de forma ilegal, estos SIM o chip, y que Conatel controle la venta de los mismos, para así poder remediar esta enfermedad que tanto daño está causando en todo el país, pues además de conducir a la quiebra o espantar a muchas pequeñas empresas, llena de zozobra y temor en un 30% de la población nacional.
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