Medidas para la protección social de los hondureños
Carlos G. Cálix
¿Restaurar las canchas de fútbol o reparar los centros de salud? ¿Hablar de socialismo democrático o mejorar el sistema educativo? ¿Comprar aviones de guerra o reconstruir el sistema vial? ¿Contratar más empleados públicos o incentivar el libre mercado? ¿Respaldar a políticos extranjeros o mejorar la seguridad ciudadana y jurídica? ¿Volar en clase económica o fortalecer los nexos geopolíticos y geoeconómicos? ¿Construir un nuevo edificio gubernamental o mejorar el sistema de pensiones? ¿Cuáles son las prioridades sociales que un gobierno debe tomar en cuenta?
Las diferentes agendas políticas de los gobernantes hondureños persisten en las mismas recetas fallidas de siempre que impiden el desarrollo económico; aquellas que incluyen el fomento a la inmigración ilegal al depender de las remesas (específicamente de compatriotas que viven en Estados Unidos y España), una insostenible carga fiscal (principalmente del impuesto sobre ventas, renta e impuestos indirectos generalmente inmersos en los combustibles y la energía eléctrica) e incremento del gasto político (fundamentalmente relacionado con los salarios de los funcionarios y la ideología de género).
Al respecto, es justo iniciar una gran reforma de protección social para los hondureños y garantizar la permanencia y el fortalecimiento de su bienestar, aumentando la inversión en Salud, Educación, Seguridad, Pensiones e Infraestructuras a través de una estricta reducción de todo el gasto político innecesario, mediante una auditoría efectuada a cada dependencia gubernamental.
Medidas sugeridas: 1) Incrementar sustancialmente la inversión en Salud, Educación, Seguridad, Pensiones e Infraestructuras. Para lograrlo es necesario un Estado más pequeño: reducir el número de ministerios, asesores y diputados y, terminar con el despilfarro político. Los impuestos justos han de ir destinados a mejorar las condiciones materiales de vida de todos los hondureños. 2) En materia de salud, específicamente, establecer servicios integrales para toda la población, a cargo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) y crear un Seguro Médico por Cuenta del Estado para financiar el seguro de salud de la población en condición de pobreza y pobreza extrema sin capacidad contributiva. 3) Aumentar la inversión del Estado en las familias y fomentar las condiciones para el fortalecimiento de las mismas, promoviendo la natalidad responsable. 4) Cuidar a nuestros adultos mayores y a nuestros niños. Honduras no puede abandonar a quienes con su trabajo y esfuerzo han levantado y sostenido al país ni tampoco a quienes serán el futuro real de la nación. 5) Precisamente para los adultos mayores, se debe crear un seguro de invalidez, vejez y muerte, un régimen no contributivo de pensiones por monto básico y un programa eficiente de subsidios temporales que permitan evaluar si las condiciones de vida de la población están mejorando. 6) Asistencia específica para los hondureños en situación de vulnerabilidad. Para ello es fundamental tener claro el concepto de vulnerabilidad que permita una estratificación de la población según sus necesidades. No se trata de generar asistencialismo para mantener vagos, se trata de protección social únicamente para los que lo requieran, claramente bajo condiciones que permitan la retribución de la inversión efectuada al grupo vulnerable 7) Efectuar una reforma completa del sistema tutelar, que debe proteger a los niños en situaciones excepcionales de vulnerabilidad o de desamparo y proporcionarles urgentemente un hogar con todas las condiciones que merecen, haciendo valer sus derechos. 8) Respecto a la niñez, se debe crear un programa de comedores escolares, una red de guarderías de desarrollo infantil, un programa de becas para estudio, un programa de apoyo para compra de útiles escolares y transporte escolar 9) Fomentar las inversiones públicas en los barrios y colonias que han sido abandonadas por los políticos de oficio. Se deben proveer los equipamientos, infraestructuras de transporte y servicios de salud o cultura necesarios para paliar las desigualdades territoriales y acabar con la lamentable división entre “la Honduras de aquí y la Honduras de allá”. 10) Para los hondureños en edad reproductiva, se debe crear un seguro de invalidez, vejez y muerte; del IHSS, un novedoso y eficiente programa de generación de empleo; del Ministerio de Trabajo y un gran programa de formación profesional, del INFOP. 11) Efectuar una reforma de carácter urgente que incluya lo antes mencionado y otros temas de interés social para los hondureños. Para este punto, insto a que se analice la regulación extranjera referida al sistema previsional de Nueva Zelanda que permite adaptar una serie de medidas conforme a la realidad nacional, particularmente el sistema de pensiones de tres pilares: una pensión estatal no contributiva, el plan KiwiSaver y, los ahorros previsionales privados complementarios.
En Honduras han existido al menos dos grandes reformas sociales. En un futuro próximo debemos iniciar una exitosa tercera gran reforma para la protección social de los hondureños.
[email protected] Carlos G. Cálix es Profesor del Doctorado en Dirección Empresarial-UNAH. Posdoctorado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur IIESS-CONICET.
