Rutas y retos de los 15 magistrados de la corte
¿Vuelven los oscuros malandrines del 80?
Por: Óscar Armando Valladares
Después de infinitos años de alternancia liberal-nacionalista, se ha producido la elección de magistrados del supremo tribunal que debe impartir justicia, con la inclusión de un tercer convidado -Libre-, víctima de la ojeriza reaccionaria por llevar como consigna la refundación del país y la libertad del hondureño, aspiraciones sobre las cuales descansa el gobierno que preside Xiomara Castro, en inédito ejercicio femenino.
Entre estiras, encoges y reproches, quedó seleccionada la nómina cabal: los quince magistrados -ocho damas y siete varones-, quienes por siete años regirán el Poder Judicial y, si este es su ético cometido, escobar las impurezas de administraciones precedentes.
No hubo otra opción que consensuar cuotas políticas en la escogencia cumplida en el Congreso la noche del jueves 16 de febrero: seis magistrados propuestos por el Partido Libre, cinco por el Nacional y cuatro por la bandería Liberal, llevando la contraria los nueve diputados bajo la férula del designado y jefe ultraderechista de la facción mesiánica Salvador de Honduras, más el voto en solitario del liberal Marlon Lara.
Ahora bien, ¿qué esperar de los togados y togadas recién juramentados? Al margen de afiliaciones partidarias, ¿qué rutas tomarán la titular de la corte, Rebeca Lizette Ráquel Obando; los miembros de la Sala Constitucional, Sonia Marlina Dubón Villeda, Francisca Villela Zavala, Isbela Bustillo Hernández, Luis Fernando Padilla Castellanos y Wagner Vallecillo Paredes; los de la Sala Laboral, Roy Pineda Castro, Anny Belinda Ochoa Medrano y Odalis Aleyda Nájera Medina; los de la Sala Civil, Milton Danilo Jiménez Puerto, Rubenia Esperanza Galeano Barralaga y Gaudy Alejandra Bustillo Martínez; los de la Sala Penal, Walter Raúl Miranda Sabio, Mario Rolando Díaz Flores y Nelson Danilo Mairena Franco?
En el momento decisivo de resolver algún asunto de peso o muy sonado, ¿prevalecerá la vara de la justicia por sobre la presión política o el interés económico como ha pasado en el pasado? La irritada comparecencia de Tomás Zambrano, jefe de la bancada nacionalista -el propio día 16- indicando que la mayoría de magistrados unirá sus votos en firme antagonismo sectario a las iniciativas del Ejecutivo, mueve a duda y reflexión. “Tenemos nueve magistrados para impedirles sus planes socialistas”, se atrevió a decir, en anticipado como abusivo alineamiento de los propuestos por el binomio Nacional/Liberal. Ellos, en todo caso, sabrán desmentir o ratificar, con sus conductas y resoluciones, el tapazo inverecundo de Zambrano.
Dentro de sus competencias y atribuciones, corresponderá a los nuevos funcionarios conocer y emitir fallos atinentes al Estado, a su soberanía y a posibles casos de “usurpación de los poderes constituidos” y violaciones graves a la Constitución. Un reto, por ejemplo, que habrán de encarar será el despropósito jurídico que urdieron y heredaron los gobiernos de Lobo Sosa y Hernández Alvarado con la emisión de la Ley Orgánica de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), por la cual empresas foráneas “pueden” por 50 años disponer de autoridades propias y paralelas a las que tiene Honduras como “República libre, democrática e independiente”.
Así las cosas, ¿se allanará la corte a las pretensiones de Próspera y otras “ZEDE” en el sentido de contar con cualquier régimen especial, por caso, sistema jurídico propio, ciudades autónomas, cortes comerciales internacionales, zonas económicas, turísticas, mineras, forestales, etc., además de gozar “de autonomía funcional y administrativa, incluyendo las funciones, facultades y obligaciones, que tienen los municipios?”
¿Aceptará la magistratura que los órganos jurisdiccionales de las ZEDE, “ejerzan funciones de manera independiente”? ¿Que su normativa legal “debe establecer las penas aplicables a quienes interfieran o pretendan interferir en el ejercicio de la función jurisdiccional? ¿Que gozarán de tribunales especiales y que “el nombramiento en los casos de juez o magistrado podrá recaer en ciudadanos nacionales o extranjeros”, sobre estos últimos en aquellos que se hayan destacado “en el ejercicio privado del Derecho en jurisdicciones extranjeras? Menudos retos en agenda, en que cada uno de los magistrados dejará su huella cívica o antipatriótica; su impronta justa o inicua; su honradez a toda prueba o su proceder corrupto.
