Caficultores mejoran sus ingresos con programa de apoyo regional

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25 de febrero de 2023
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04:00 am
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Caficultores mejoran sus ingresos con programa de apoyo regional

Don Rodolfo Deras cree en un futuro prometedor para la caficultura bajo las buenas prácticas de este programa financiado por USDA.

Texto y fotografía: Jeremías Bustillo

Una mano llena de cicatrices muestra varios granos de café en tonos rojizos en una de las fincas en las montañas circundantes al valle de Sensenti, Ocotepeque, en el extremo occidental hondureño.

Un entorno de niebla y rocío arropa el cultivo de ocho manzanas, don Rodolfo Deras se desplaza a pie en uno de los senderos de su finca, atrás un grupo de personas le siguen, cojea de un costado y por momentos se lleva la mano a la cintura; se queja de una operación que no ha sanado del todo en un cuerpo ya de tercera edad.

Entre los arbustos del aromático atiende amenamente a las visitas, sostiene la respiración y comenta que la mayoría de los vecinos, desde niños, hasta adultos se han ido de Gualtaya, su comunidad, pero a veces le mandan saludos por WhatsApp desde algún lugar de Estados Unidos.

El productor muestra las prácticas en su finca a 1,300 metros sobre el nivel del mar, en una de las elevaciones aledañas al valle de Sensenti, Ocotepeque.

UN VÍNCULO EFICAZ

A diferencia de los migrantes, él tiene muchas razones para seguir al pie del cafetal con las esperanzas reverdecidas y acampando bajo la sombra de un proyecto que proporciona acompañamiento técnico, financiamiento y apertura de mercados para pequeños y medianos productores.

El proyecto Maximizando Oportunidades en Café y Cacao en las Américas (MOCCA) es un enlace entre la oferta y la demanda nacional y extranjera, es financiado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), exportadores, torrefactores y tostadores nacionales y extranjeros.

MOCCA implementa una serie de medidas autosostenibles o buenas prácticas en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Perú y en nueve departamentos hondureños, expone Ryan Bathrick, director regional del programa.

Don Rodolfo es uno de los más de nueve mil productores catrachos beneficiados por este programa de la cooperación, es un auténtico hombre de campo acostumbrado a aprovechar el tiempo; mientras enumera las bondades de este programa, arranca la copa de un arbusto, mostrando una de las prácticas de control de maleza que permiten ventilación y menor presencia de roya y broca.

En la muñeca izquierda luce un centellante reloj que brilla frente al sol, mientras tira una hojarasca un lado, explica que ha aprendido que con este tipo de poda los arbustos cargan más grano y la baja altura permite una corte más fácil.

La gerente del programa MOCCA-Café Honduras, Carolina Briceño, junto al equipo de técnicos en plena capacitación de caficultores en el occidente hondureño.

RENDIMIENTOS 30% POR COSECHA

Se detiene por un momento a quitarse el sudor de la frente, luego asegura que este programa elevó la producción, la calidad del grano, le permite vender a mejores precios con mayores rendimientos por cosecha.

“Hace año y medio que estoy trabajando con MOCCA y las prácticas han sido de buen provecho. Lo que se ha hecho con ellos (los técnicos) es control de plagas, fertilizaciones, manejo de tejidos y regulaciones de sombra”.

El grano lo entrega en uva en el beneficio de la “Cooperativa Flor del Pino” aliada de MOCCA de esta comunidad, una organización sobreviviente de la Reforma Agraria en 1974.

“Aquí ellos hacen la comercialización y ha sido mejor para nosotros en ingresos, antes llevaban la mayor ganancia los coyotes e intermediarios, ahora lo poco que cosechamos se va al exterior”, comenta sin parar de revisar el estado de miles de granos tendidos al sol.

“Ha sido mejor, no es mayor cosa, pero quizás un 50 por ciento hemos mejorado. Me refiero porque ya no nos llevan en la bolsa con todos esos descuentos”, que exigen los intermediarios.

“Antes nosotros decíamos que vendíamos 100 libras, pero nos quitaban un 20 por ciento, yo pienso que en eso hemos mejorado entre un 20 a 25 por ciento. Le dábamos al coyote, al intermediario y al exportador, para decir la verdad, casi no nos quedaba nada”, dice con tono esperanzador.

Lurvin Ventura, gerente de la “Exportadora Café Ventura”, explica el tratamiento que le dan a los cafés especiales de las montañas que van a Canadá, entre otros destinos.

ALIANZA
El proyecto MOCCA lleva cinco años apoyando a pequeños productores en Lempira, Intibucá, Copán, Ocotepeque, La Paz, El Paraíso, Yoro, Comayagua, Santa Bárbara y Lempira. También está en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Ecuador y Perú. La alianza termina al sétimo año y la integran el USDA, TechnoServe, Keurig Dr. Pepper, productor y distribuidor líder de bebidas frías y calientes. Además, la canadiense RGC, especializada en compra de café orgánico y de alta calidad y las exportadoras hondureñas; Café Ventura en el valle de Sensenti; y el Beneficio de Café Montecristo (Becamo), en Santa Rosa de Copán.

LAS VENTAJAS: Vínculos comerciales para los productores, entrenamiento, investigación y divulgación, fortalecimiento de proveedores con material genético de siembra, acceso a financiamiento, apoyo a instituciones y plataformas.

CHERRY-APP
Este proyecto ha diseñado la aplicación Cherry-App que evalúa la idoneidad de la madurez de los lotes aptos para corte con tan solo tomar una foto con un smartphone.

PRODUCIR SIN DEPREDAR
La dinámica de este proyecto consiste en trabajar con aquellos productores de pequeña escala cuyas plantaciones puedan ser renovadas bajo la premisa ecológica -más producción en la misma área- para evitar la tala de bosque.

ENFRENTAN LA MIGRACIÓN
En Ocotepeque casi 2,000 caficultores están teniendo más ingresos, implementando prácticas amigables con el medioambiente, ahorrando agua, sin corte de árboles, pero se enfrentan a la falta de corteros por la migración a Estados Unidos.

DATO
Bajo este programa, la producción promedio sube de 13 a 16 quintales por hectárea, los ingresos anuales rondan 4,841 dólares, cerca de 120 mil lempiras, el área promedio es de dos hectáreas, para el 86 por ciento de los y las productores esta es la única actividad y el 93 por ciento sabe leer.

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