¿LA CONFUSIÓN?

ZV
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25 de febrero de 2023
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12:33 am
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¿LA CONFUSIÓN?

INGENIO de las mujeres lectoras. Una postalita: “Por muy gallo que sea el gallo, siempre la gallina será la de los huevos”. Otra ilustración enviada por un lector con la siguiente leyenda: “Igual que el mono organillero, existe el mono tamarino, que se viste y engalana creyéndose más importante que su dueño, confundido sobre quién tiene el poder”. “Magnífico editorial, a la altura”. Otro lector: “Triste y real historia del elefante de circo que de pequeño lo ataron a una estaca en el suelo y a medida que crecía lo ataban a algo más resistente. Se acostumbró tanto al lazo, que a medida que crecía, seguía percibiendo el roce del lazo en la pata, que aun cuando lo soltaron, nunca intentó moverse a buscar su libertad”. (El síndrome del acondicionamiento de Pavlov). Apreciamos los cumplidos de dos buenos amigos: “Un nuevo género de editoriales –dice el primero– sin duda. Verdades en formato intelectual”. “Disfruto sus escritos –del segundo– por sus mensajes profundos y, para mí, para comprenderlos en toda su dimensión, los leo al menos dos y tres veces. Mil gracias”.

“Ese cierre –comenta otro amigo– es irrefutable”: “Las masas nunca han sentido sed por la verdad. Se alejan de los hechos que no les gustan y adoran los errores que les enamoran. Quien sepa engañarlas será fácilmente su dueño; quien intente desengañarlas será siempre su víctima”. (Gustave Le Bon en Psicología de las Masas). No deja de tener razón. Tal como decíamos ayer que a la gente le gusta que le mientan y se molesta que traten de convencerla de lo contrario a lo que ya cree, por más evidencia que le pongan enfrente. Razón por la que hemos desistido –decíamos– de dar consejo a quienes lo piden, con tal que uno les diga lo mismo de lo que ya piensan. El Sisimite se fue en “sticker” con su propia versión de las cosas: “Las masas evaden verdades que no les gustan; nadie las saca de lo que piensan, por falso o equivocado que esto sea”. Y alusivo a los párrafos del editorial sobre la nacionalidad que el régimen sandinista quitó a sus opositores un lector escribe: “Moraleja del editorial de hoy: vale la pena estudiar, leer, ser pensador y escribir con la profundidad de los intelectuales nicaragüenses. Varios gobiernos de Iberoamérica se pelean por hacerlos ciudadanos de sus países”. ¿Y los no intelectuales, que son los más y los que más emigran? ¿Y los iletrados? (Bueno en esta última categoría caerían los zombis con inteligencia dependiente de sus chunches inteligentes, y demás analfabetos de esta generación, que aun sabiendo leer nada leen y sabiendo escribir, nada de ver escriben). “Bien ha dicho el lector del colectivo –escribe una lectora– al que secundo su comentario porque también me pasó eso por la mente”. “Hoy, todo el día, no hago nada sin preguntarme ¿si estoy de mono organillero o si soy la mente inteligente y talentosa?”. “Yo me miraba en mi trabajo queriendo descifrar cuál personaje era”.

La buena amiga que le obsequió la frase de cierre a Winston y al Sisimite utilizada en el último editorial: “Cómo, a través de esta modalidad de tus editoriales, has ido sacando de los miembros del colectivo anécdotas y mucho humor”. “Cómo me reí con el que habla del chucho pariente de Churchill… (Se refiere al mensaje del viejo amigo inteligente y talentoso: Hoy, todo el día, no hago nada sin preguntarme ¿si estoy de mono organillero o si soy la mente inteligente y talentosa?”. “Lo que me faltaba, que el tal chucho pariente de Churchill me ponga a dudar ahora”. “Unos días soñamos que Honduras va a salir y dejamos a los hijos un gran país, pero otros nos sentimos intelectuales nicaragüenses desconsolados”. “Y aunque “los sueños, sueños son”, la realidad es que siempre la lucha es por esa libertad ya que sin ella no somos nada”). (“Será un homónimo y a mucha honra”, expresa Winston. El Sisimite le dice que es una confusión, citando a Nisargadatta Maharaj: “Viendo claramente la confusión uno se libera de la confusión”. Winston, le responde con Einstein: “Perfección en los medios y confusión en los fines”. Bueno –lo tranquiliza el Sisimite– “cualquier cosa estúpida que alguna vez hayamos dicho, fue por confusión, no por malicia”. “Así es –Winston se apoya en Newton– “la verdad se haya siempre en la simplicidad y nunca en la multiplicidad y confusión de las cosas”. Perfecto –fin de la conversación, le dice el Sisimite– pero si no puedes convencerlos, confúndelos”).

 

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