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Por: Marcio Enrique Sierra Mejía
En Honduras, los colores mueven la pasión política ciudadana y desborda la identificación con uno u otro partido político de su preferencia. El color marca el símbolo de una postura política y la identidad popular que mueve voluntades y genera participación social.
Pues bien, hasta cierto momento de la historia política nacional, los colores identificaban preferencias políticas electorales con pasión intensa. Los nacionalistas se ven identificados con el color azul oscuro y una estrella solitaria, los liberales con el rojo y blanco. Y detrás de dichos colores existía toda una línea política de conducción del Estado y la nación. En otros términos, esos colores se constituyeron en representaciones sociales que definían la identidad política de grupos sociales o de ciudadanos que pueden votar, es decir, sus creencias compartidas acerca de sus condiciones fundamentales y sus modos de existencia y reproducción social. Más que postulados fundamentales políticos, a la gente lo que le atraía era el fulgor del color de sus banderas en las campañas políticas electorales.
En la actualidad, desde los inicios del siglo XXI, la atracción por el color de la bandera cambia, y la presencia de la ideología política socialista, hace gala de existencia en la contienda electoral, y no cabe duda que, por tal hecho real, la importancia de conocer la ideología política en el debate electoral, detona como una bomba sonora en la sociedad hondureña. Los colores pasan a ser menos importantes para jalar ciudadanía electoral y, la identidad ideológica, con la formación del Partido Libre, hace que importen más los argumentos, las proposiciones y las aseveraciones que caracterizan la ideología del partido, sobre todo, las acciones que proponen o se emprenden para conducir el desarrollo de la nación.
Se ha transitado del color a la ideología política. A un juego de atención de ideales, principios, propuestas de políticas sociales, económicas, culturales, interés doctrinario, ficciones o alegorías de demostraciones sociales que promueven el cambio social, institucional o de una clase social. Estamos viviendo en un tiempo político en que los argumentos políticos importan porque ofrecen planteamientos sobre el desarrollo de un orden social político y cultural. Ahora la atención política está en cómo debe asignarse el poder y qué propósitos concretar, por la vía democrática o la dictadura marxista, qué sistema económico, si es capitalista o socialista o comunista, etc.
El argumento político tiene más importancia que el color de la bandera. Sin postura política argumentativa, grandes segmentos electorales no se lograrán atraer porque no saben qué rumbo político es el más conveniente.
La relevancia de los argumentos políticos, es debida en gran parte, a la influencia de líderes políticos que hacen muy bien su trabajo de movilización y de formación doctrinaria y reciben apoyo económico, de entidades privadas o propiamente de otros partidos políticos de nivel internacional u organizaciones políticas aliadas. Finalmente, son los argumentos políticos, lo que hacen la diferencia y demuestran el cómo debe organizarse y funcionar la sociedad y el método que se aplica para lograrlo.
Actualmente, en Honduras los argumentos socialistas marxistas no son los dominantes, empero los políticos marxistas, utilizan a burócratas enquistados en posiciones claves del gobierno, para fomentarlos y lograr su instauración en la conciencia del ciudadano. En este sentido, están difundiendo los argumentos marxistas utilizando los aparatos del Estado para lograrlo. Esto ocurre de este modo, porque han logrado concretar acuerdos con el gobierno cubano y el venezolano, para penetrar por la vía de programas de alfabetización, acciones de formación comunitaria y de seguridad ciudadana, a través de las cuales sutilmente, van metiendo en el pensamiento del ciudadano, argumentos ideológicos básicos del socialismo.
Afortunadamente, este proceso se ve afectado negativamente por las acciones torpes de manejo gubernamental que están imponiendo, o sea, por la incompetencia que demuestra el gobierno en la ejecución de políticas económicas y sociales, al causar el empobrecimiento general o el aumento del deterioro económico y social. Lo que revierte las condiciones favorables necesarias para que la ciudadanía acepte gradualmente la argumentación socialista marxista. La concreción de acuerdos con el gobierno cubano y el venezolano tienen como finalidad atenuar el mal desempeño gubernamental con acciones de formación comunitaria que fomentan los argumentos ideológicos básicos del socialismo
En este sentido, las fuerzas políticas opositoras nacionalistas que buscan la renovación y la instauración de nuevas autoridades y del liderazgo nacional, han hecho muy bien al haberse amalgamado en la plataforma de oposición política renovación azul, a través de la cual, pueden ejecutar programas de capacitacion, debidamente consensuados y aprobados por los líderes o precandidatos de los movimientos políticos opositores, no con fines proselitistas individualizados, pero sí en función de objetivos generales de concientización y educación democrática no marxista, que a la larga contribuye al fortalecimiento de las bases del Partido Nacional.
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