¿Identidad de género o estupidez generalizada?

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27 de febrero de 2023
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12:05 am
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¿Identidad de género o estupidez generalizada?

Por: Otto Martín Wolf

Empezaré diciendo que todo mundo es libre de creerse lo que quiera.

Si alguien decide que es un león, ¡perfecto! Nadie debe oponerse, es su derecho.

Ahora, de allí a que en realidad sea un león, eso es otra cosa.

Nadie, por ejemplo, le pediría que se metiera en una jaula con otros leones y creo que si intentara hacerlo la gente trataría de impedírselo para salvarle la vida.

Hace pocos días un grupo de nadadoras, en los Estados Unidos, fueron obligadas a competir con un hombre de 1.93 de estatura que se cree mujer.

Su ventaja física fue el factor decisivo para que ganara todas las categorías en que participó.

Lo que es peor; a ese hombre que se cree mujer se le permitió compartir los baños con muchachas de verdad y a ellas se les obligó a aceptarlo.

El extremo es que, según declararon las perjudicadas, el hombre tiene sus partes masculinas completas.

No puedo entender lo que tienen en la mente quienes, con el deseo de reconocer una supuesta “identidad de género”, permiten y hasta promueven esas cosas, tal y como ocurrió hace unos años en el concurso Miss Universo, cuando “la” candidata de España era en realidad un hombre que se había implantado senos y cortado sus genitales.

De nuevo, cualquiera puede creerse lo que quiera, no hay problema por ahí.

Pero que haya estúpidos que acepten que una combinación de bisturí y maquillaje en realidad signifique que alguien cambió su género, eso es incomprensible.

Hay un hombre que se implantó colmillos y hasta algo que parece un rabo, tatuó su piel como tigre, se operó los ojos para hacerlos lucir felinos.

Resumiendo, el hombre se creía tigre (Dennis Avner, USA, disponible en la red), se realizó más de 14 operaciones que lo convirtieron no en tigre, más bien en un objeto de circo, un caso raro de esquizofrenia (término suavizado que significa locura) más o menos como el ejemplo del león hecho realidad.

Su caso no podía ser catalogado como de identidad de género, más bien sería algo así como identidad de especie, no es cierto?

Y, desde luego, un caso para psiquiatras, tanto el suyo como el de quienes lo hayan aceptado como tigre.

Si un hombre se cree mujer es asunto personal, pero jamás podrá serlo, solo parecerá, que no es lo mismo (aunque siempre se les nota) y aplica igual para las mujeres que se creen hombres (también a ellas).

En busca de notoriedad o con la cabeza tan confundida como la tienen quienes se creen de un sexo diferente, los que deciden las participaciones cruzadas en cualquier clase de competencia, realmente no entienden de lo que se tratan los géneros.

Pongámoslo simple: Si alguien nace con ovarios es mujer y hombre si tiene próstata, no hay margen para mucha confusión.

No existe un tercer género, solo hay dos: femenino y masculino.

Las preferencias sexuales o gustos de apariencia es otra cosa, nada que ver con el género, que es asignado por la naturaleza y que nadie puede cambiar, no importa cuán liberal sea la manera de pensar o lo mucho que gasten en cirujanos plásticos.

Dejando eso claro, puedo ser mucho más amplio. Si dos hombres -o dos mujeres- deciden hacer vida de pareja y casarse donde las leyes lo permiten, bien por ellos, adelante.

Inclusive me atrevo a decir que si tres o más personas (de uno o dos sexos) desean hacerlo, pues también debería de existir esa libertad. Por cierto, la poligamia es legal en algunas naciones.

No se trata de que eso ocurre ahora, “estos tiempos”.

Las variantes sexuales más extremas han existido siempre, hay pruebas arqueológicas al respecto.

Muchas ilustraciones en cerámica, estatuas y hasta pinturas, así como antiguos textos, comprueban que no hay nada nuevo bajo el sol… ni en la intimidad nocturna.

Lo que tampoco es nuevo es la estupidez humana, tratando de cambiar las cosas por modas, intereses personales o en un afán de parecer más abiertos y libres de lo que dice el sentido común -y la ciencia en el caso de los géneros-.

Llevemos la cosa al límite; supongamos que alguien se cree piloto de avión, compra un uniforme con gorrita y unos buenos Polaroid, habla con términos de aviación y en todo semeja ser un piloto comercial, de verdad algunos de los que promueven la identidad de género trastocada se montaría en un jet piloteado por el iluso?

Nuncamente, como dirían en el pueblo.

Debo agregar que hay muchos desocupados buscando temas con los cuales complicarle la vida a la gente; son los modernos “rebeldes sin causa”.

[email protected]

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