El destierro de los políticos nicaragüenses

MA
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28 de febrero de 2023
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12:28 am
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El destierro de los políticos nicaragüenses

Rafael Delgado

Lo que acontece en Nicaragua merece solamente repudio. En el nombre de una causa con profundas raíces históricas y sociales, pero puesta en descrédito por la cúpula gobernante nicaragüense, se están cometiendo verdaderos atropellos. Contra lo que se luchó en un momento hasta derramarse sangre, se ha convertido ahora en acciones aceptables para ejercer y retener el poder. Ridículos discursos se divulgan para justificar lo que se hace; acciones desde el poder absoluto se decretan en abierta pugna con los esenciales principios de la tolerancia y la democracia, hundiendo al país en una situación política y social que nadie desea por su enorme costo.

He leído a Sergio Ramírez Mercado, conocido intelectual y político nicaragüense quien además de testigo, ha sido actor importante, primero de la lucha contra la dictadura somocista, como también dirigente político, concretamente vicepresidente de Nicaragua, en los primeros años de la revolución. Ramírez, así como lo ha hecho en el pasado cercano, ha denunciado lo que ha acontecido en Nicaragua recientemente. Afirma Ramírez que largas penas de cárcel han tenido que sufrir centenares de dirigentes opositores a Ortega, acusados de delitos que nunca cometieron en los eventos del año 2018, cuando el país pasó una profunda crisis política que no solamente desembocó en protestas, sino en violentos disturbios con muertos y presos.

Continúa Ramírez informando que después de pasar varios años en prisión, para esos presos políticos la dictadura, con los aparatos de justicia y políticos a su servicio, decidió conmutar las largas penas de cárcel de esos nicaragüenses por el destierro. En una operación de madrugada, fueron subidos a un avión centenares de nicaragüenses y enviados a los EUA. Posteriormente y de manera unánime en la Asamblea Legislativa, se despojó de la nacionalidad nicaragüense a los que ahora son llamados traidores a la patria. Dentro de ese grupo está el obispo de Matagalpa y Estelí, monseñor Rolando José Álvarez, quien se opuso a su destierro prefiriendo sufrir con cárcel su oposición al régimen.

Evidentemente que Nicaragua padece una profunda crisis política desde hace ya varios años sin voluntad por parte de los que detentan el poder de resolverla en términos democráticos y aceptables para la mayoría de los actores. Lamentablemente, el frente sandinista que liberó al pueblo nicaragüense de la dictadura cruel y corrupta de Somoza, envejeció en el poder para convertirse, no en un sabio y experimentado partido político que trae bienestar y paz a los nicaragüenses, sino en un peligroso demente que ejerce el poder al mismo estilo que cualquier otro dictador latinoamericano, repartiendo favores a su antojo, violentando los derechos con su particular criterio y machacando en su discurso sobre su vocación progresista, pero que en términos reales no tiene nada que ver con ello.

Esto no solamente es un peligro para Nicaragua, sino que representa un riesgo para toda la región centroamericana. Si estas prácticas no se condenan y se eliminan quedan en algo así como un ejemplo a seguir; se convierten en opción viable, en el último recurso tolerado al que recurrirán los políticos autoritarios y corruptos para ejercer su voluntad en su afán de pisotear a la oposición y de conservar el poder a toda costa. Por ello no debemos callar, ni tolerarlas. ¿Qué queda en los que ejercen el poder de todo aquello que soñaron los nicas a lo largo y ancho del país? Indudablemente que ya no se nota, ya no define el espíritu de la agenda que persigue el gobernante y su grupo; se ha quedado allí en un simple membrete que mal utilizan a su antojo. Hace mucho tiempo, en los inicios del pensamiento progresista el célebre novelista ruso Dostoievski ya lo advertía cuando explicaba sobre los testarudos ignorantes que se apasionan por cualquier tendencia de moda para envilecerla y desacreditarla en seguida; sobre esos individuos, esos políticos diríamos ahora, que ponen en ridículo todas las causas. Mucho de eso pasa en Centroamérica y en especial en Nicaragua hundiendo más en la crisis a la región.

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