CONTRACORRIENTE: Miedo y reacción defensiva
Por: Juan Ramón Martínez
La semana recién pasada fue, provechosa para la transparencia. Los políticos -del gobierno y opositores- hablaron copiosamente. Y dijeron cosas que, posiblemente en contra de sus deseos, permiten clarificar la situación y, proyectar, algunas conclusiones. La Presidente Castro, demostró que no tiene mentalmente, priorizados los problemas que enfrentamos. Manuel Zelaya, quiere dirigir la agenda de la presidente de la Corte Suprema de Justicia. Algunos ministros, hablan más de la cuenta; pero se les descalificó, afirmándose que no hablan en nombre del gobierno. Aunque desautorizados, ninguno renunció a los cargos, por pudor elemental. Los líderes de la oposición, insinúan la posibilidad de una coalición para derrotar a Libre en las próximas elecciones. Entre los liberales crece el disgusto porque un correligionario, los desprecia llamándolos “los tuquitos”. Una facción de Libre, vinculada al narcotráfico, mostró sus miedos a la extradición. Y como resultado de tal inseguridad, incrementada por la violencia común, crece el miedo entre la población; rechazo a la cubanización y venezolanización del país, fortaleciéndose como respuesta un fuerte anticomunismo cuyo crecimiento no se puede anticipar; pero que puede comprometer el futuro de Libre, cuyas fisuras partidarias, son visibles a distancia.
Libre está anticipando, en forma suicida, la confrontación general. Creen que basta con controlar las instituciones, para dominar a la sociedad. Olvidan las inevitables reacciones que tienen mucho que ver con los miedos que provocan, -con alguna ingenua inocencia-, pasando por alto que el factor sorpresa es muy importante para el éxito en la política; y, en la guerra. Por ello, no tienen conciencia que el miedo está apoderándose de las mayorías. Que la clase media está mostrando incomodidades. Que los pobres se quejan por la falta de bienes básicos para la alimentación, los precios; e incluso por la inseguridad. Y que los ricos, levantan las cejas. Al tiempo que, muestra algunas costuras sueltas: la existencia de facciones en su interior, desde los conservadores de origen rural, los ansiosos por ingresar a la burocracia, los temerosos de ser extraditados, hasta los marxistas (Torres, Salgado, Reina, Cardona, Medina) pasando por los demócratas reformistas, y -porque no señalarlo- el grupo de seguidores de Castro, enfrentados a los de su marido que, no se ponen de acuerdo cuando se colocan frente a la opinión pública. La descalificación de Marcio Sierra -detrás del cual están los miembros del gabinete más equilibrados: Pastor, Vaquero, Barquero y Orellana -insinúa que hay en el matrimonio gobernante, desacuerdos. Incluso en el interior de la Corte, las fotografías muestran a Marlina Dubón, ejerciendo marcaje personal a Raquel Obando que, no es obediente al marido, sino que de la gobernanta. Cosa que no es buena, en cualquiera dirección que se trate; pero que indica una debilidad que la oposición tendrá que manejar cuando se produzca la confrontación electoral en caso que esta no sea suspendida o manipulada, como hicieran Chávez y Maduro que nunca perdieron en 19 oportunidades. Y para esta, la fortaleza del PN y la imaginación del PL, son variables a considerar.
Pero en el fondo, hay cuestiones culturales y psicológicas a tomar en cuenta. La primera es que los hondureños, fuera de algunos jóvenes universitarios, no son antiestadounidense. Y no es que seamos conservadores, sino que sabe -por cuenta propia- que es suficiente la confrontación de las maras privadas, para sufrir una confrontación entre las maras públicas. Por ello, favorece los acuerdos, privilegia la paz y defiende lo establecido. Algunos llaman a esto conservatismo. Creo que es, equilibrio emocional. En segundo lugar, el bipartidismo sigue vivo. Libre es un pasajero e incómodo visitante que, si no se porta bien, morirá con el final de su fundador y dueño absoluto. Finalmente, los hondureños saben que Honduras no puede romper con Estados Unidos; que las remesas son importantes. Y que, la institución militar por más que la quieran manipular, tiene compromisos con los Estados Unidos y la democracia que, no podrá descuidar jamás.
Por ello, hay que aceptar que al final, como conclusión, que Libre ha iniciado su declive. La ruptura con Nasralla le resultará muy costosa. Y que el PL, si entierra al “florismo”, podrá recuperarse. Y que lo que pase en Nueva York, no afectara a los nacionalistas que, podrán hacer morder el polvo a los indigestos jóvenes marxistas argentinos que ahora, creen que han conquistado los cielos.
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