En ocasión del aniversario de la operación militar especial de Rusia en Ucrania (2)

ZV
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9 de marzo de 2023
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12:01 am
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Por: Alexander Khokhólikov*

En cuanto al aspecto internacional, es bastante claro que el mundo está en el umbral de cambios grandiosos. La era del dominio indiviso, ambiciones exorbitantes y el dictado del “Occidente colectivo” toca a su fin. Otros estados influyentes y “polos de atracción” están pasando a primer plano histórico, formando un nuevo orden mundial policéntrico, más justo y equitativo. Al frente de este proceso están China y Rusia, que lanzaron un desafío audaz a los creadores de un “orden basado en reglas” similar al neocolonialismo. Nuestro país libra hoy una lucha existencial con el “Occidente colectivo” no solo por su independencia y soberanía, sus fundamentos morales y valores tradicionales, sino también por un orden mundial multipolar más justo que garantice la seguridad y un futuro pacífico para todos los países que quieran la paz.

El Occidente está haciendo todo lo posible para frenar esa transición, utilizando también las posibilidades de las organizaciones internacionales “privatizadas” por el mismo, inclusive las Naciones Unidas. Un ejemplo notable de ello es la votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la resolución antirrusa referente a “los principios subyacentes a una paz general, justa y duradera en Ucrania”, que tuvo lugar el pasado 23 de febrero. Apoyándose en la política de presión e intimidación sobre los estados en desarrollo, probada a lo largo de muchos años, los “diplomáticos” occidentales obtuvieron su aprobación por 141 votos. Este resultado es presentado por ellos como una victoria innegable. Pero si contamos los votos en contra y las abstenciones, así como los de los países no presentes, la población de los cuales en su totalidad constituye la gran mayoría de los habitantes del mundo, entonces esta es una declaración muy dudosa.

Por lo tanto, el destino de Rusia y del futuro orden mundial se deciden en el frente de Ucrania. No es casualidad que en detrimento de los intereses de la población de sus países, estadistas y tecnólogos políticos occidentales busquen “inflar” al ejército de ultranacionalistas ucranianos con armas más letales y con ello alargar un conflicto agotador para debilitar a nuestro país tanto como sea posible. No es por nada que el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo recientemente que no se puede permitir la victoria de la Federación de Rusia en Ucrania porque eso significaría automáticamente la derrota de la Alianza del Atlántico Norte.

Hay otro aspecto muy importante. Ahora se nos acusa constantemente de socavar la seguridad mundial y crear un problema alimentario. Sin embargo, Rusia participó activamente en las negociaciones con Turquía y el Secretario General de las Naciones Unidas sobre el “acuerdo de exportación de grano” y facilitó los corredores seguros necesarios para la exportación de alimentos desde Ucrania. Sin embargo, a pesar de las promesas del Occidente, la mayor parte del grano y el maíz ucranianos nunca llegaron a los países pobres, sino a la rica Europa. Al mismo tiempo, los medios de comunicación mundiales ocultaron deliberadamente la noticia de que Rusia estaba dispuesta a enviar libremente hasta 500 mil toneladas de grano a los países más pobres del mundo y a suministrar fertilizantes gratuitamente. Además, olvidan mencionar que fueron exactamente las sanciones occidentales contra nuestro país las que interrumpieron los lazos logísticos tradicionales con nuestros socios, incluyendo en América Latina.

Y para concluir subrayo, que aquellos que piden el cese inmediato de la operación especial rusa se obstinan en no entender que ningún gobierno normal toleraría en su vecindario un Estado títere neonazi como el que es hoy Ucrania y con mayor razón no lo tolerará Rusia, que ofrendó 27 millones de vidas de sus ciudadanos, entre ellos ucranianos, para alcanzar la victoria sobre el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial. La experiencia de los Acuerdos de Minsk y las negociaciones de paz en Estambul demuestran que estamos frente a un socio no confiable. Por lo tanto, no cabe duda de que se alcanzarán todos los objetivos de la operación militar especial establecidos por las máximas autoridades rusas, es decir, Ucrania será desmilitarizada y desnazificada.

*Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Federación de Rusia en la República de Nicaragua, concurrente en la República de Honduras y la República de El Salvador.

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