Noé Pineda Portillo
Es cuestión de patriotismo hacer nuevo llamado de conciudadanos. Llevamos 201 años de independencia política y todavía no hemos logrado definir y demarcar nuestras fronteras y país que no tiene totalmente definidas sus fronteras no es completamente soberano. En el Golfo de Fonseca, todavía existen algunas ranuras que ratificar y es urgente completar para continuar con el desarrollo nacional y centroamericano.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Holanda, es el organismo especializado de las Naciones Unidas que tiene la doble misión de arreglo conforme el derecho Internacional de controversias que le sean sometidas por los estados, y la emisión de dictámenes sobre cuestiones jurídicas que le sometan los órganos u organismos del sistema de las Naciones Unidas que tengan autorización para hacerlo.
Honduras como país pobre y pequeño, hasta finales del siglo pasado logró (s. XX) definir en gran parte las fronteras terrestres y marítimas, pero le quedaron rescoldos que aún hoy falta por definir y que urge si queremos vanagloriarnos de ser un país verdaderamente soberano e independiente y en proceso de desarrollo.
Durante los años recientemente anteriores, se logró con el gobierno de Nicaragua llegar al acuerdo de firmar un tratado de límites marítimos en el Caribe y el Golfo de Fonseca, pero quedaba pendiente la ratificación por las legislaturas representativas de ambas naciones, la Asamblea Nacional de Nicaragua y el Congreso Nacional de Honduras.
La bancada nacionalista del Congreso Nacional a través de un comunicado a pedido agendar la ratificación del Tratado de Límites Marítimos con Nicaragua y nos parece que están en lo correcto y en ese sentido deben unirse las otras bancadas para no retrasar algo tan importante para que ya no existan problemas con la población del Golfo de Fonseca. Por otro lado, esto obedece a un mandato mismo del Fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en lo relativo al manejo de las aguas del Golfo como bahía histórica.
A este respecto, es oportuno recordar” lo dicho por la Sala de la Corte Internacional de Justicia, en el sentido de que es manifiesto que un Estado no pueda tener dos mares territoriales a lo largo de un mismo litoral, y que cabe preguntarse, sin embargo, si las cinturas marítimas de una legua marina a lo largo de las costas del Golfo constituyen realmente mares territoriales en el sentido del Moderno Derecho del Mar”. Luego, en otro apartado, la Sala de la Corte afirma: “si la línea de cierre Punta Amapala, Punta Cosigüina, es una línea de base, no hay en el Golfo ningún mar territorial de los otros dos estados que puedan producir el efecto de enclavar a Honduras atrás en la bahía”. (Pág. 273 número 418). Es importante salir primero con lo de Nicaragua y después seguir con lo de El Salvador, tal como se nos presentan las cosas.
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