Papá zapatero “remienda” la vida con trabajo para sacar adelante a sus hijos

Dagoberto Gómez Gómez (58), un capitalino que desde los 13 años repara y fabrica zapatos, ha enfrentado muchos obstáculos para ganarse el pan de cada día, sin embargo, rodeado de suelas, pegamento y con aguja en mano, trabaja sin descanso para que sus hijos tengan un mejor futuro.

Mientras repara un par de zapatos, Gómez confiesa que “mi sueño es que mis hijos tengan un mejor futuro, mi hijo mayor trabaja en pintura de carros, y los menores uno está en su primer año en la universidad y el otro por salir del colegio y yo quiero verlos como universitarios”.

El pequeño local donde labora este abnegado papá, a quien le llaman don “Dago”, se ubica una cuadra arriba del edificio del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa), en Comayagüela. Allí espera a sus clientes, todos los días, tras haber empezado de cero, luego que el huracán Mitch le arrebatara el taller que tenía en 1998.

EMPEZÓ “DE CERO”

Con tristeza, recuerda que “lo perdí todo, todo… En mi taller trabajaba con otras personas y tenía clientes de todo el país, fabricábamos al por mayor y después de eso luché por recuperarme y mi situación mejoró un poco”.

Después del huracán y sin su taller, nació su tercer hijo, por lo que lejos de lamentarse por lo ocurrido, sus ganas de luchar y su optimismo se fortalecieron para seguir trabajando en el oficio que desde niño se vio obligado aprender, ya que nació en una familia humilde de la capital.

El esfuerzo de don “Dago” para mantener a su familia ha sido constante y diario, según asegura, a pesar que las dificultades lo han golpeado, pues ha tenido tres razones grandes para secarse las lágrimas y sonreír: sus hijos.

Con ese espíritu laborioso y lleno de fe les ha demostrado que por ellos seguirá agarrando la aguja y costurando sus sueños.

ES PADRE SOLTERO

Don “Dago” es un padre soltero que por la calidad de su trabajo ha logrado gozar de muy buena fama entre personas de todo el país.

Al consultarle sobre la madre de sus muchachos, se limitó a decir: “Nos separamos”.

Cuando llegó la pandemia del COVID-19 al país, en marzo del 2020, sus amistades le ayudaron a sobrevivir, ya que debido al confinamiento los clientes se esfumaron y con ello el trabajo.

“La pandemia fue otro golpe muy duro, no había trabajo, todo cerrado y yo pago aquí este local… Pero Dios es tan grande que mis clientes me regalaban cosas de comida o dinerito y así logré sobrevivir y darles de comer a mis hijos”, manifestó.

Con la voz entrecortada y los ojos humedecidos por lágrimas, el zapatero relata que se vio obligado a vender una de sus máquinas para cubrir las necesidades de sus hijos y sus gastos, y debido a esta venta, ya no puede elaborar zapatos, por lo que solo hace reparaciones.

El sacrificado padre aseguró que, a pesar de haber crecido en una familia con escasos recursos económicos, nunca le faltó en su casa las buenas enseñanzas de valor y respeto hacia los demás, pero sobre todo el amor y dedicación por los hijos. (DS)

DATOS
Si algún hondureño de buen corazón, organización o dependencia estatal desea premiar al papá luchador, Dagoberto Gómez Gómez, ayudándole a comprar la máquina que necesita para retomar su oficio de fabricante de zapatos, pueden comunicarse con él al número de celular 9851-7377, para aportar su “granito de arena”.

PARA RECUPERARSE
NECESITA CAPITAL SEMILLA
Dagoberto Gómez Gómez solicitó apoyo del gobierno o de alguna institución para poder levantar su negocio, así como capital semilla para volver a montar su taller con el equipo necesario y lograr que sus hijos culminen sus estudios universitarios.

Actualmente, solo repara calzado, pero sueña con darle rienda suelta a su talento y volver a fabricar zapatos al por mayor, como lo hacía antes.

“Yo les digo a mis hijos que también aprendan un oficio, aquí a veces los oficios son más beneficiosos, pero sin dejar sus estudios; aquí estoy, y voy a seguir luchando por mis hijos”, afirmó Gómez. (DS)