Inicio, auge y apuros de la prensa de papel

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24 de marzo de 2023
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12:04 am
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Inicio, auge y apuros de la prensa de papel

¿Vuelven los oscuros malandrines del 80?

Por: Óscar Armando Valladares

La invención de la imprenta de tipos móviles impulsó la producción de libros y la confección de hojas, avisos y relaciones de mejor factura. Al filo de 1493 circularon por Europa ediciones de una hoja titulada Descubrimiento del Nuevo Mundo por Colón y, por 1550, el suelto Notizie Scritte, en Venecia. Durante el siglo XVII en América surgieron publicaciones periodísticas con noticias, secciones y circulación, digamos, regular. Se sabe que la más antigua, fechada en 1722, llevaba el nombre de Gazeta de México; más tarde (1729), la Gaceta de Goathemala y la de San José, Costa Rica; luego la de Lima (1743), de La Habana y de Buenos Aires (1764), la de Santa Fe de Bogotá (1791); luego, la de Caracas (1806), la de Honduras (1830).

Salen, además, el Diario de Lima, el Mercurio Peruano, El papel periódico de La Habana y El papel periódico de Santa Fe de Bogotá. Nacen también, entre otros, el Diario de la Marina (Cuba), El Redactor Americano y el Semanario del Nuevo Reino de Granada. Las publicaciones de todo el continente incidieron en la conquista de la independencia. Según un dato de 1826, “cuando Hispanoamérica tenía unos 40 millones de habitantes existían 978 periódicos”, buen número de los mismos de efímera duración.

Prensa y periodismo fuéronse desarrollando en el siglo siguiente mancomunados con la actividad política partidaria y el auge empresarial, emergiendo las organizaciones periodísticas privadas de servicio público con, al menos, tres propósitos: informar, formar opinión y divulgar anuncios de carácter comercial. Sin desconocer ni demeritar el rol de otros impresos, El Cronista y El Día, ayer; Tiempo, La Prensa, LA TRIBUNA y El Heraldo, después, han constituido, por decirlo así, la columna vertebral del diarismo hondureño en concepto de vigencia, circulación e influencia.

El crecimiento, empero, de la radio -al ejercer funciones periodísticas- vino a rivalizar con los medios escritos, con la ventaja de que el oyente -a diferencia del lector- capta en su receptor la noticia, la entrevista, la oferta del anunciante servidas con inmediatez.

Sin embargo, lo que ha eclipsado -tanto al medio físico cuanto al medio auditivo o radial- es la comunicación televisiva, que prevalida del poder de transmisión de imágenes en vivo a distancia y en color atrae en sumo grado y capta incluso la preferencia de gente aferrada a canales noticiosos en los cuales entremezclan propaganda evangélica e información ruidosamente sensacionalista.

Es tal el poder e incidencia que ha escalado el medio televisual, que dueños de medios de tinta y papel han optado por abrir canales de pantalla chica e implantar versiones periodísticas virtuales que uno puede leer por telefonía móvil, desde luego con servicio de Internet. Aunado a esto, las “teles” de más notoria presencia también han creado páginas noticiosas, tornando en riesgo mayúsculo la existencia del diario impreso, otrora considerado como el “cuarto poder”. Un caso harto visible de competencia digital, es el diario “Tu Nota.com” que promueve el Canal 5, adscrito a Televicentro y producido con buen sentido profesional.

Por otro lado el uso extendido de la Internet y los ordenadores informáticos, facilitadores a domicilio de lecturas y consultas, han mermado el interés por toda producción impresa -libros, revistas, periódicos-, con lo que la televisión se ha convertido, incluso sobre la radio, en la punta de lanza del estamento mediático, tanto que en foros y platós se interviene en política y el mercado y ahora -como real cuarto poder- maneja a su interés el destino del país y, con invitados de “línea”, traza pautas al gobierno.

Con factores semejantes en contrario, ¿qué será de la prensa en poco tiempo? ¿Una pajarita de papel en riesgo de extinción? ¿Un salto definitivo a las plataformas de Internet o al periodismo por TV? La merma de páginas, de tamaño físico y de ventas al pregón, ¿pronostican su debacle? Lamentable es si esto llegase a suceder, pues en ella -en la prensa diaria- el periodismo respira a todo pulmón, con sus géneros o formas de expresión debidamente perfilados: noticia, entrevista, reportaje, crónica, editorial, artículo de fondo, y sus secciones del más amplio abanico: cultural, social, deportiva, plano internacional, clasificación de anuncios, epistolario del lector. “Bueno o malo, cierto o falso, comercializado o no, el periodismo es el principal artículo de la prensa escrita”, resume un avezado articulista mexicano.

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