JUTICALPA, Olancho. No importa el lugar del mundo donde se viva, el ser humano tiene diferentes formas y particularidades al momento de hablar su idioma y la población olanchana no es la excepción.
De acuerdo con la coincidencia de muchos académicos, lo que distingue a los habitantes del departamento de Olancho, es ese “silbidito” especial al terminar una frase.
Quizás no lo perciben tanto los olanchanos. Pero los visitantes lo notan de inmediato cuando vienen a este departamento o escuchan a un olanchano hablando en cualquier lugar del planeta.
Sostiene el criterio popular que quitarse ese “silbidito” no es fácil. Viene de los ancestros españoles y de la región de procedencia.
FRASES OLANCHANAS
De acuerdo con un recuento investigativo de los miembros de la Casa de la Cultura de Juticalpa, entre las frases más emblemáticas destaca: “Pelarse la tusa” o salir corriendo.
Para mostrar orgullo y hombría: “¡Viva Olancho, hijos del maíz! Para poner suspenso y dramatismo: “Le voy a decir algo. Escuche bien. Oiga bien”.
Cuando se describe que alguien salió huyendo, muy de prisa: “Salió desbarajustado, salió desmantelado, salió pitado, salió como alma que se la lleva el diablo, patitas para qué las quiero”. Y otras.
Cuando alguien ha ingerido demasiado “coyol”, “cususa”, alcohol o cervezas: “Anda a zumba, anda bien a maceta, anda a pichinga, anda a chimbomba, anda maiceado, anda en Patuca, anda pringado, agarró pata, anda cara de chancho, anda a reata, anda loco de la juma, anda bien a tranca, anda hasta los queques, fondeó”. Y muchas más.
LOS MODISMOS
En todo el territorio nacional existen en el modo de hablar de las personas ciertos modismos o regionalismos que son característicos a cada sector. Algunas palabras son castellanas, pero se les da otro significado distinto al que tienen en el Diccionario de la Real Academia Española. (FS)
Modismos olanchanos:
“Malayel”: que es muy malo. “Quinicho”: desobediente. “Samarro”: muy pícaro.
“Maizón”: Ya no es un niño.
“Chagüite”: lodo con bastante agua.
“Gamonal”: ostentoso, orgulloso, oportunista y arribista en política.
“Gandul”: vagabundo, holgazán, intemperante en el comer y beber.
“Gañán”: fuerte, pendenciero.
“Gorrón”: harto en el comer.
“Jayán”: vulgar, tonto, imprudente.
“Barzón”: haragán.
“Bayunco”: bruto, torpe.
“Bauzán”: vulgar, holgazán.
“Barrabás”: arrojado, temerario, imprudente.
“Lépero”: oportunista, pícaro, arribista.
“Bragado”: arrojado, peligroso, enérgico.
“Bramadero”: poste para atar el ganado bravo.
“Bitoque”: tener prestigio.
“Blofear”: hacer alarde de grandeza.
“Badulaque”: medianía, persona insignificante.
“Cuja”: gordo (qué cuja: qué gordo es)
“Cacamuco”: viejo.
“Bruñir”: molestar.
“Tramojo”: bocado de salmuera que se pone al caballo que se enfrena.
“Redomón”: caballo medio domesticado.
“Matrero”: astuto, traidor, solapado.
“Gobernador”: jolote (en Navidad nos comemos al gobernador).
“Tolete”: apéndice sexual del toro, instrumento para golpear (toletear).
“Majar”: golpear (a fulano de tal lo majaron).
“Majadero”: tonto, bobo, bellaco.
“Mandarria”: tolete para golpear.
“Patatús”: parar las patas, morir.
“Ponchar”: matar (lo poncharon: lo mataron).
“Rémora”: molesto, fastidioso.
“Cacalota”: deuda, tramposo.
“Camagüe”: seco, destemplado.
“Cacharpa”: chatarra, inútil.
“Cachucha”: gorra, sombrero viejo.
“Cachimba”: pistola de balines, con pólvora y mecha.
“Cachimbazo”: golpe fuerte.