Mejoría de suelos y reducción de costos de producción de frijol y maíz
World Vision Honduras realizó acercamientos con la Universidad Agrícola Panamericana Zamorano, para conocer algunos productos biológicos innovadores que han estado validando en estos últimos años.
Una socialización de resultados obtenidos con productores de frijol y maíz en distintos departamentos del país, utilizando tecnología producida por la Universidad Zamorano, realiza World Vision Honduras con el fin de reducir los costos de producción y contribuir al cuidado y mejoramiento de la salud del suelo, ya que son agentes biológicos compatibles con la agricultura regenerativa y de conservación.
Ante el alza del precio de los fertilizantes y de ciertos insumos agrícolas, el Proyecto THRIVE de World Vision Honduras se planteó poder explorar posibles alternativas de manejo de los cultivos con los que se trabaja, orientadas a reducir los costos de producción y mejorar utilidades para los productores, así como un esquema de producción que reduzca su impacto en el ecosistema.
De esta forma se realizaron acercamientos con la Universidad Agrícola Panamericana Zamorano, para conocer algunos productos biológicos innovadores que han estado validando en estos últimos años.
El objetivo principal del proceso fue poder probar cómo funcionaban dos bacterias Azospirillum sp. y Pseudomonas fluorescens, las cuales mejoran la disponibilidad en el suelo de nitrógeno (n) y fósforo (p),
respectivamente, y que el uso de las mismas puede llegar a reducir hasta un 50 por ciento el uso de fertilizantes químicos sintéticos que contengan nitrógeno y fósforo, pero sin que baje la producción usual del productor, con lo cual puede representar un ahorro y se puede cuidar y mejorar la salud del suelo. Este proceso se llevó a cabo en los departamentos de Ocotepeque, El Paraíso, La Paz, Copán, Lempira, Intibucá y Santa Bárbara, en diez municipios e involucrados 287 productores.
CULTIVOS DE FRIJOL
En el caso del cultivo del frijol en las zonas de occidente, los rendimientos del tratamiento de las dos bacterias + el 50 por ciento del fertilizante químico superaron en 10.88 quintales/hectárea al tratamiento con fertilización tradicional 100 por ciento químico de acuerdo a la zona.
El análisis de costos de los dos tratamientos y del valor de la diferencia en la producción registró un ahorro del 28.91 por ciento, que equivale a 1,355 lempiras, beneficiando al productor, ya que el uso de las bacterias superó los rendimientos de la fertilización química tradicional, este aumento tiene un valor de mercado de 20,672 lempiras por hectárea, lo cual representa un beneficio tangible para el productor.
En el caso del cultivo del maíz las bacterias + el 50 por ciento del fertilizante químico observaron un comportamiento constante, y en la sumatoria de todas las parcelas, tiene un mejor rendimiento promedio en la producción respecto al tratamiento de la fertilización tradicional 100 por ciento químico. Resultando un promedio de 41.8 quintales de maíz por manzana versus 40 quintales de maíz por manzana con la fertilización tradicional de 100 por ciento fertilizante químico.
El análisis de costos de los dos tratamientos y del valor de la diferencia en la producción del nuevo tratamiento, se puede observar un ahorro del 39.21 por ciento que equivale a 3,592 lempiras por hectárea, también representó un beneficio económico para el productor, ya que el uso de las bacterias superó en 1.8 quintales por hectárea al rendimiento de la fertilización química tradicional.
El valor comercial del aumento de la producción es de 1,364 lempiras y sumando el ahorro en los costos de fertilización representa una ganancia para el productor de 4,956 lempiras por hectárea de maíz, lo cual contribuye a mejorar la rentabilidad del cultivo.
PARCELAS DE GRANOS
A través de esta experiencia se verificó que reduciendo al 50 por ciento e incorporando las dos bacterias en la semilla o aplicada con agua al pie de la planta las parcelas de maíz y frijol produjeron en su mayoría más que cuando se utiliza solo el 100 por ciento de fertilizante químico, en otros casos el rendimiento fue muy similar.
Este tipo de tecnología, basada en la ciencia, ayuda a reducir la dependencia de insumos externos al menos en un 50 por ciento, ya que los fertilizantes químicos que utilizan los productores son importados de países como Rusia, Estados Unidos, China, entre otros.
Al utilizar un sistema de fertilización mixto como en esta experiencia, reducimos la incorporación de sales (fertilizantes químicos) al suelo y, por consiguiente, reducimos la acidificación del suelo por la fertilización nitrogenada y se reduce la contaminación de aguas subterráneas.
Es una tecnología segura para el productor y el medio ambiente, los productores manifestaron que no tuvieron dificultad en el uso y aplicación del producto biológico (bacterias) y, además, se mejora la salud del suelo, ya que es un ente vivo, el cual es el sustento de la agricultura y por ende de la seguridad alimentaria en el mundo.
Este tipo de alianzas, entre la academia y organizaciones como World Vision que están comprometidas con las comunidades del país, promueven un desarrollo sostenible.
