Más allá de la playa y el pescado

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26 de marzo de 2023
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12:29 am
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Más allá de la playa y el pescado

Por: Capitán de Fragata C.G. Jairo Laínez

De acuerdo con los manuales de marinería que mis superiores me mostraron por primera vez en enero de 1997, tratando de hacer de mi un oficial naval, debido a que provenía junto a nueve compañeros más del glorioso Ejercito de Honduras, que recién en diciembre del año anterior habíamos logrado nuestro sueño de graduarnos en la Academia Militar de Honduras General Francisco Morazán, escuchamos la frase vocación marinera. Según la definición no es más que la llamada en su interior, que los habitantes de una nación sienten hacia la vida en el mar. Desde ese momento me di cuenta que los hondureños no teníamos conocimiento siquiera de las cosas que atañen al mar, mucho menos que sintiéramos amor por todo lo que representa.

Cuando revisamos la historia nos damos cuenta que, desde tiempos ancestrales, el océano ha sido fuente de sustento, deseo por controlarlo, lugar aventura y medio para el descubrimiento de regiones desconocidas para la humanidad. La vida en el mar es una forma única de existencia, es una pasión donde se experimenta una libertad y una conexión con la naturaleza que no se encuentra en ninguna otra parte.

Para los marineros, el océano es una fuerza poderosa y, como tal, exige respeto y habilidad para navegar, por tal razón deben de estar preparados para enfrentar los desafíos que ofrece, como tormentas y condiciones climáticas adversas, para lo cual tienen que ser capaces de trabajar en equipo para garantizar la seguridad y la eficiencia de la embarcación.

Para aquellos con una verdadera vocación marinera, la vida en el mar es más que un trabajo, es una forma de vida que se extiende más allá de las horas de trabajo, debido a que el mar exige una fuerte camaradería entre ellos, y los lazos que se forman a bordo a menudo duran para toda la vida. Los marineros son también conscientes de su papel en la conservación de los océanos y su vida marina, y a menudo tienen una profunda conexión emocional con los ecosistemas marinos que exploran.

En nuestro país la vocación marinera la demostramos yendo cada ano en Semana Santa a la playa a degustar de la deliciosa comida marinera que ofrecen los restaurantes que están establecidos frente a esa inmensa masa de agua, donde también disfrutamos de sus maravillosas playas que nuestro señor nos ha regalado en ambos océanos.

Pero no todo es malo, ya que en Honduras tenemos ciertas regiones que tienen una especial vocación por el mar, las cuales se resumen en tres regiones; las Islas de la Bahía donde sus habitantes han establecidos una importante flota pesquera industrial, la cual le permite a muchas familias tener trabajo y así un ingreso importante para sostener a sus miembros. También está el sector de La Mosquitia donde su conglomerado se dedica en gran parte a trabajar a bordo de esa flota pesquera industrial de las Islas de la Bahía, permitiendo traer recursos para fortalecer la economía de sus hogares y de paso fortalecer la economía de nuestro país. En la región sur, las comunidades que están establecidas en la costa del Golfo de Fonseca dependen en gran manera de la economía que ofrece la pesca artesanal que realizan los habitantes con lo que sostienen la economía de sus hogares.

¿Pero que debemos hacer? Para tener vocación marinera debemos de empezar desarrollando una cultura marítima la cual se refiere al conjunto de tradiciones, costumbres, conocimientos, creencias y prácticas que han surgido a lo largo de la historia de la humanidad en relación con el mar y la navegación. Para ello debemos de desarrollar cultura marítima desarrollando la pesca, la acuicultura, la construcción naval, la exploración, estudio oceanográfico y el comercio marítimo entre otros, y que estas habilidades que son cruciales para aprovechar los recursos que el mar ofrece, sean transmitidas de generación en generación a través de la tradición oral, la enseñanza formal y la experiencia práctica.

Finalmente se motiva a cada hondureño, para que desde su posición se involucre en el tema, desarrollando su vocación marinera, lo que servirá para aportar soluciones, permitiendo que el Estado de Honduras ejerza su derecho de explotar los recursos alimenticios y la riqueza mineral que pudiera existir, a la cual no puede renunciar, por lo que se deberá promover, con el fin de ejercer control en las aguas jurisdiccionales que nos corresponden y así usar el mar para nuestro propio beneficio, lo que nos permitirá que lo podamos ver, más allá que la paya y el pescado.

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