CÁRCELES HONDUREÑAS: “Festín” de incendios, tráfico de drogas, extorsiones, crímenes horrendos y fugas espectaculares
Más de 650 reos murieron en las últimas dos décadas en asesinatos horrendos, pavoroso incendios y violentas reyertas en los centros penales hondureños, según un informe de la Secretaría de Derechos Humanos, publicado ayer.
Con este informe, la actual administración quiere demostrar que la violencia en las cárceles hondureñas tiene larga data, alentada por desacertadas políticas en el manejo de los reclusorios y la confabulación de los mandos policiales, militares y políticos con el crimen organizado.
Las primeras muertes masivas se produjeron en el centro penal de La Ceiba, cuando murieron 60 reclusos en una reyerta, en 2003, según el reporte de la Secretaría de Derechos Humanos.
En 2004, otros 117 más fallecieron calcinados en un incendio en la cárcel de San Pedro Sula, clausurado durante el primer mandatario del presidente Juan Orlando Hernández.
La peor tragedia, sin embargo, se registró en otro pavoroso incendio en la granja penal de Comayagua, donde murieron 382 privados de libertad en 2012.
ESCUELAS DEL CRIMEN
Asesinatos dantescos de diferentes formas, fugas espectaculares, extorsiones desde su interior, tráfico de arsenales completos, detenciones de familiares intentando introducir droga y armas y abusos de custodios y directores, ha sido también otra de la constante en esta línea histórica de anarquía en los recintos penales, destaca el gobierno.
En lugar de centros reformatorios, ha quedado claro, a la luz de los hechos violentos, que las cárceles son auténticas escuelas del crimen donde abunda la droga, las armas y la extorsión.
Entre los crímenes recordados destaca el de Magdaleno Meza, el capo en planes de extradición por supuestos vínculos con el cartel que lideraba Tony Hernández, preso en Nueva York.
Según sus abogados, Magdaleno fue asesinado para silenciarlo y sus ejecutores, un grupo de reos del penal, actuaron a placer frente las cámaras del recinto para luego distribuir el video en las redes sociales, como mensaje para quienes ordenaron su muerte.
Hasta ahora, nunca se supo el móvil, como tampoco se conoce nada sobre la espectacular fuga del también jefe de la Mara Salvatrucha, Alexander Mendoza, alias El Porkys, quien fue rescatado por sus compinches en un operativo, también grabado y difundido en las redes sociales, cuando comparecía a una audiencia judicial rutinaria.
A la par, los gobiernos de turno han tomado diversas medidas para erradicar la violencia al interior de estas cárceles sin ningún resultado: Endurecimiento de las penas, intervenciones civiles, militarización, arrestos de guardias confabulados con los reos y construcción de recintos de máxima seguridad como El Pozo y La Tolva.
El nivel de corrupción al interior de estos recintos llegó al punto que en la actualidad los cabecillas tienen el control absoluto, por encima de la autoridad, decidiendo quién entra y sale, trato VIP en su alimentación y gustos exóticos como la contratación de mujeres prepagos, como lo evidenció LA TRIBUNA en varios reportes recientes.
En un intento por revertir esta podredumbre, la presente administración ordenó, como última medida, volver la custodia al fuero policial, después de haber estado bajo el mando de los militares desde el 2010. Los resultados, obviamente, tampoco han sido lo esperado.
