VIEJAS CALLES

Con varios amigos conocedores de la historia del viejo poblado minero que se instaló en la geografía nacional en 1578, nos hemos propuesto iniciar un proyecto para ubicar vetustas edificaciones de Tegucigalpa y Comayagüela y emprender así un rescate del área histórica de las ciudades gemelas.

Pero antes de buscar aquellas casas de las épocas colonial y republicana que fornan parte del patrimonio cultural de la ciudad, hoy queremos recordar aquellas viejas calles capitalinas, muchas de ellas empedradas y otras que antes de ser adoquinadas eran de tierra con material selectivo aplanado por una pesada máquina a vapor que llegó a la ciudad allá en los primeros años treinta del siglo pasado (FOTO 1).

La amplia y recta calle de El Guanacaste (FOTO 2) fue de las primeras en recibir el tratamiento con aplanadora desde el puente sobre el Río Chiquito hasta el cerrito del Carrusel donde hoy está el Parque Finlay.

Considerada como la más importante calle citadina por estar trazada desde La Plazuela hasta La Moncada, por pasar al costado sur de la Catedral, de la Plaza Central, al norte del Cabildo Municipal y la Casa de Rescates, después Tipografía Nacional, hoy Biblioteca Nacional, los hoteles céntricos y los grandes negocios, la calle de Los Naranjos que se bautizó en los años treinta como la Avenida Cervantes (FOTO 3) siempre fue mantenida como la principal calle de la Villa, primero empedrada, después aplanada y de las primeras en ser adoquinadas.

Hoy cambiada totalmente en la época colonial fue una de las calles emblemáticas porque en ese sector residían los más grandes mineros españoles como Carlos Ferrufino, Nicolás y Cristóbal Rodríguez Bravo, los Comuneros Labradores de La Plazuela y otros personajes, nos referimos a la Calle de Los Horcones (FOTO 4) donde nada se pudo conservar de ese antiguo rincón tegucigalpense.

La calle Real de Comayagüela (FOTO 5) la vía principal de la ciudad gemela fue otra de esas calles que se les dio el debido mantenimiento desde el puente Mallol hasta el paseo de El Obelisco.- En ese entonces la segunda avenida contaba con árboles de sombra que fueron plantados a orillas de la misma.- Antiguas casas de adobe como la de familia Reina fueron destruidas por la inundación del MITCH en 1998.

Cuando se trazaron las primeras calles del Real de Minas y los Alcaldes Mayores dieron nombres a las estrechas vías del poblado, una de ellas por las tradiciones religiosas de las conmemoraciones de la Semana Santa fue llamada “Calle de la Amargura” porque se destinaba para las procesiones del Prendimiento, después se le conoció como Avenida Paz Barahona y al transformarla en peatonal hoy se le conoce como la “Calle del Liquidámbar”.

Paralela otra calle que de oriente a poniente se le conoció por las mismas razones religiosas como la “Calle del Vía Crucis” después en los años treinta se le dio el nombre de Avenida Colón y todavía se conserva manteniéndose en el centro algunas de las viejas edificaciones de adobe, ladrillo y piedra de cantera (FOTO 6).

Un tramo de la Cervantes que conducía a La Moncada (FOTO 7) nos permite ubicarnos en el ayer con las casas del Dr. Jesús Rivera, la del Dr. Urbano Quezada, de Don Humberto Rivera, con la esquina de La Proveedora, los Laboratorios del Dr. Zoilo Valle y una serie de viejas casas con aceras altas y gradas donde en la actualidad hay un estacionamiento de vehículos al costado oriental del Ministerio de Salud.

La Cuesta Lempira (FOTO 8) empinada calle que baja desde La Leona hasta La Fuente, es otro recuerdo de la vieja ciudad, a pesar de su inclinación y empedrada por ahí bajaban y subían carretas tiradas por bueyes y cuando aparecieron los automóviles la Lempira era el sitio para probar pericia de conducir y otorgar licencias para manejar.

En el centro de la ciudad existió una calle (FOTO 9), parte de la Avenida Paz Baraona, que ahora está integrada a la zona peatonal, ubicada al costado norte de la Catedral Metropolitana.- En esta estrecha calle que desembocaba en la Plaza Morazán se nos viene al recuerdo la Barbería Central, la esquina de la Farmacia Unión, el punto de taxis de los hermanos Albino y José Castillo y un negocio donde vendían tacos y bebidas.

Por último lo que hoy es una vía congestionada en el centro de la ciudad porque en ese sector convergen rutas de autobuses y taxis, por el transitar de personas a las tiendas ubicadas en la calle del comercio, por el acceso al Palacio Legislativo, una calle desde La Merced hasta la esquina poniente de La Hoya (FOTO 10).

Hasta la próxima semana.