En 1960, la junta directiva de la FEUH, nos escogió al estudiante de ingeniería Miguel Roberto Sánchez y a mi persona, para que viajáramos a la República Popular China, atendiendo una invitación de la Federación de Estudiantes de dicho país.
Tanto en el viaje de ida, como en el de regreso, hicimos escala en las ciudades de Zurich, Praga y Moscú. En China, fuimos atendidos por nuestros anfitriones con mucha amabilidad y cordialidad y se nos invitó a hacer un recorrido por varias ciudades de una porción de su vasto territorio, para ese entonces, la población china era de Mil Millones de habitantes, lo que constituía un potencial para el desarrollo del país, como también, un serio problema.
El presidente Mao Tse Tung, proclamaba e impulsaba lo que denominó “El gran salto adelante”, que consistía en pasar, rápidamente, del socialismo al comunismo, quemando etapas. Esto no encajaba con la visión de la ortodoxia marxista instalada en la Unión Soviética, que hacía fuertes críticas a la dirigencia china.
También significó la división del movimiento comunista internacional en dos bandos irreconciliables: Los Pro-Soviéticos y los Pro Chinos. En Honduras tomaron el sobrenombre de “Gordos” y “Flacos”,
La Comuna Popular, era, de acuerdo a la concepción del presidente Mao, el modelo a seguir para dar el Gran Salto Adelante. Cuando nos mostraron una maqueta del modelo de la Comuna Popular, lucía como un vivo ejemplo de lo que sería una vida plena, apacible y productiva. El mayor énfasis, se le daba a la producción agropecuaria, con acequias para regadío y otras facilidades. No faltaban los hornos comunales, para la producción artesanal de acero, base importante de la industrialización, que “inevitablemente” vendría.
Pero el experimento no dio los frutos esperados. Siguió prevaleciendo la pobreza, tanto en el campo como en la ciudad y la ansiada industrialización no llego.
El verdadero Gran Salto Adelante, se produjo cuando la nueva dirigencia del Partido Comunista Chino, resolvió abrir su sistema económico a la inversión privada extranjera, lo que propicio el crecimiento de la economía china y una mejora en el nivel de vida de su población. El Gran Salto Adelante, ahora no opera solamente al interior de la República Popular China. La llamada Ruta de la Seda, se ha extendido por a todos los continentes del globo terráqueo, ampliando a niveles nunca vistos el intercambio y la inversión en grandes obras de infraestructura y la concesión de préstamos. De hecho, en este respecto, la RPCH es, hoy por hoy, el principal acreedor de los EE. UU.
En el Campo Cultural China también está dando un Gran Salto Adelante a nivel internacional. En Occidente, están obteniendo excelentes resultados, sus más altos representantes en el Arte Musical: los famosos pianistas Lang Lang y Yuja Wang, para solo mencionar los más conocidos. Ha pasado a la historia, la tristemente célebre Revolución Cultural, decretada por Mao Tse Tung en 1968, por la que se intentó borrar del mapa toda manifestación cultural de origen occidental, lo que no produjo ningún avance, más bien constituyó una involución cultural y educativa en la vida de los chinos.
En Centroamérica, ya incursionó la Ruta de la Seda, haciendo su primera escala en Costa Rica, luego en El Salvador y, ahora, en Honduras, cuyo actual gobierno decidió establecer relaciones diplomáticas plenas con el gigante asiático y dándole un puntapié a la Republica China de Taiwán, después de 82 años de relaciones de cooperación y amistad.
Pero, como reza el dicho popular: “A lo hecho, pecho”. Será necesario ver, con mucho cuidado, lo que ha significado echarse en los brazos del “dragón chino”. El presidente de Costa Rica, ya dio la primera voz de alerta, al denunciar que la RPCH no está dando cumplimiento a los compromisos contraídos con el hermano país.
Ve y al Salto Chino no se convierta en un Asalto. Hay que actuar con mucha cautela. ¡Ojo al Cristo!
Tegucigalpa, MDC, 27 de mayo de 2023.
