Las naciones que se duermen morirán o despertarán esclavas

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27 de mayo de 2023
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12:05 am
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Las naciones que se duermen morirán o despertarán esclavas

Por: Sigfrido Burgos Flores*

Hace 202 años, el 15 de septiembre de 1821 se firmó el Acta de Independencia de América Central conformada por Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. En otras palabras, han transcurrido dos siglos de supuesta independencia y muchos gobiernos civiles y militares. La pregunta obligada es ¿en Honduras hemos progresado o nos han mantenido dormidos a base de discursos, promesas y esperanzas? Con las nuevas tecnologías visuales nos han vendido proyectos que nos ponen a soñar con prosperidad, pero, que son únicamente imágenes de videos que se publicitan por la televisión y masivamente por las redes sociales.

Es importante definir el concepto de nación como el conjunto de personas que comparten una cultura, etnia e idioma y que viven en un territorio determinado. Sí, aquí vivimos, pero en verdad ¿cómo ha hecho la gran mayoría de la población para subsistir décadas tras décadas? Así vamos sumando siglos y en vez de tener prosperidad, lo que observamos es un aumento de la pobreza y una población caracterizada por condiciones miserables de vida.

Como ciudadanos nos educaron y programaron para creer que sobrevivir y llegar a fin de mes con un presupuesto que no ajusta, es una condición económica normal. Además, que endeudarnos es parte de lo que podríamos llamar un estilo de vida. Por otra parte, cuando los ingresos no ajustan, no hay problema el sistema financiero presta y consolida deudas; ¡listo! Ya se forma parte de la nueva esclavitud.

El que logra un empleo en el sector público y tiene un salario, lo considera como aceptable y debe estar agradecido con la persona que le ha dado la oportunidad de trabajo. En el sector privado, hay exigencia en el desempeño para obtener resultados, la persona recibe entrenamiento y sabe que si no produce se hace merecedor al despido, o sea, se tiene que ganar lo que le están pagando.

Toda persona que no es dueña de su tiempo, ni de su dinero, no goza de libertad, es un esclavo de su tiempo, el cual vende a cambio de un salario y ha aceptado que la única manera de generar un ingreso es siendo un empleado. Sino recuerde cuántos años tiene de escuchar a los políticos ofrecer la creación de empleos para todos. La nueva oferta es que el Estado se vuelva el mayor empleador y para lograr este objetivo tiene que dedicar casi todo el presupuesto para pago de salarios y del servicio de la deuda.

Una población que se orienta por los comerciales es programada mentalmente para comprar mediante tarjetas de crédito lo que no necesita, “con mini cuotas”; se vuelve esclava del sistema financiero que los necesita obedientes haciendo filas cada mes para pagar en las ventanillas de los bancos.

El uso indiscriminado de las tarjetas de crédito forma parte de la nueva esclavitud, también, aceptar un empleo con condiciones de trabajo extenuantes porque no se tiene otra opción, ya que fuimos programados por el sistema educativo a estudiar para buscar un empleo, no para ser un emprendedor; creador de sus propios ingresos y no depender de nadie, más que de su dedicación y esfuerzo.

Se produce un fenómeno cuando hay una gran población desempleada y aparecen los políticos de turno ofreciendo una opción en la cual el Estado se vuelve el benefactor de todas sus necesidades y hace creer a los ciudadanos que, con tal de dormir, en medio de la inseguridad, comer miserablemente y tener un poco de salud, con sistemas hospitalarios débiles, es suficiente. Sin embargo, los lideres, las cúpulas viven en la opulencia, odian el capitalismo, pero les encanta la buena vida y sin trabajar. La pregunta es ¿cómo se va a sostener una economía donde casi todo mundo desea ser empleado público y nadie quiere dedicarse a producir?

La esclavitud mental es la peor, porque no tenemos una educación que nos capacite a pensar, evaluar, analizar y tomar decisiones inteligentes. Es la más delicada y responsable de todas las demás esclavitudes planteadas. Entre menos educación, mayor es la esclavitud y domesticación de la población para asegurar los votos y seguir en el poder. Una población indefensa y miserable es más fácil de manipular.

Los ciudadanos de Cuba, Venezuela y Nicaragua hoy se han despertado, pero un poco tarde, ya viven como esclavos, amenazados y reprimidos por unas Fuerzas Armadas que son parte de la cúpula del poder y de los nuevos capitalistas del socialismo democrático del siglo XXI. Las naciones que se duermen morirán o despertarán esclavas.

*Asesor y Consultor Independiente.

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