Danlí continúa bajo la presión de migrantes

ZV
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29 de mayo de 2023
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04:20 am
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Danlí continúa bajo la presión de migrantes

El gobierno y las organizaciones están al tope de sus capacidades atendiendo a los miles de migrantes.

DANLÍ, El Paraíso. Esta ciudad se ha convertido en un permanente campamento y zona de mendicidad debido al paso de miles de migrantes, no hay baños públicos, ni alimento para tantas personas que hacen su tránsito migratorio por el oriente hondureño.

Se estima que el 90 por ciento son venezolanos que esperan recobrar fuerzas y recoger unos pocos dólares para seguir su camino a mitad de alcanzar el “sueño americano”. Las áreas verdes de Danlí hoy día son campamentos, cocinas y baños públicos; unas doscientas personas se alojan casi a diario en el reconocido Monumento a la Madre, esta es un área verde y zona de recreación para los danlidenses.

El alcalde municipal, Abraham Kafati dijo que “en alianza con el padre Ferdinando Castriotti hemos tomado la decisión de movilizar cada tarde esta gente que está en las áreas verdes de Danlí para El Paraíso, al Centro de Descanso Temporal Alivio al Sufrimiento”.

“Allí -prosiguió- podrán dormir cómodos, tener alimentación, servicios sanitarios; la realidad es que se han tomado el Monumento a la Madre y allí no hay baños, por lo que hacen sus necesidades al aire libre y esto lo debemos parar porque podríamos enfrentar serios problemas en el tema de salud”.

La ciudad no respira ante el paso de miles de migrantes que a diario llegan y se quedan sin dinero para continuar la ruta.

AL TOPE

“Tenemos casi tres meses de insistir con la instalación total con toda su capacidad del Centro de Atención al Migrante que prometió el gobierno y que por ahora solo tiene capacidad para 150 personas y con atención de un solo día”.

Incluso “hemos tenido el problema con los residentes de la Residencial El Zarzal, donde se ubicó la oficina de Migración, porque también en esa zona se han tomado las áreas verdes para hacer sus necesidades”.

El munícipe comentó que debido al paso de los migrantes, por la “ciudad de las colinas”, como también se le conoce a Danlí, algunos pobladores ya “instalaron portones y ahora están como encarcelados”.

Por tal razón ya “estamos buscando soluciones y la más práctica es llevarlos a El Paraíso, mientras siguen su ruta a los Estados Unidos; es triste verlos como pasan aquí de esquina en esquina pidiendo dinero con sus niños, no deseamos verlos mal porque muchos de nuestros paisanos pasan momentos duros también en la ruta migratoria”, reconoció Kafati.

Entre los muchos esfuerzos de autoridades nacionales y locales figuran la instalación del Centro de Atención al Migrante que solo atiende 150 personas por un solo día, en El Paraíso se habilita el Centro de Descanso Temporal Alivio al Sufrimiento con recursos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

También con el apoyo de la oenegé, Acción Contra el Hambre, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), Pure Water for The World ( PWW), ChildFund.

 

ATENCIÓN ESPECIALIZADA
Stivenson Amador, director general de Proyectos de la Fundación Alivio del Sufrimiento (FAS) explicó que, se ofrece hospedaje, alimentación, materiales de higiene, agua y saneamiento.

Del mismo modo, se les proporciona atención médica, espacios lúdicos, transferencias en efectivo para algunas familias, servicio de transporte, internet, atención psicológica, además otro centro ya funciona en el municipio de Trojes.

Niños venezolanos con signos de desnutrición
Se ha filtrado que se realiza una investigación formal contra las familias que se quedan hasta cinco días en Danlí y que más del noventa por ciento son venezolanos, se presume que podrían estar llevando a sus hijos al límite de la desnutrición para presentarlos ante la ONG Acción Contra el Hambre y cobrar unos cien dólares para seguir su ruta a México y después Estados Unidos.

TESTIMONIOS
UN VIAJE CON CUATRO HIJOS
Andry Molina de origen venezolano confirmó que hace casi un mes que salió de su país: “El mismo día que llegue hice tramite migratorio, pero no tenemos el dinero para seguir”, lamentó.

“Fuimos al albergue, pero solo un día nos dejaron quedar y por eso optamos por venir a esta área, mucha gente nos trae alimento, pero lo que necesitamos es un bus para irnos a la frontera”.

“Voy con mi hija y esta desnutrida por lo duro de este camino, viajo con mis cuatro hijos y la de tres años pesa once kilos y no me quisieron dar una ayuda para seguir adelante, dicen que debe pesar menos de diez kilos”.

Por su lado, Yalitza Hill comentó: “Nos han dicho que nos sacan de aquí y nos quieren regresar a la frontera, pero no quiero retroceder, quiero avanzar con mis hijos, casi venimos de la muerte en la selva y ahora estar en esta situación entre la basura en un parque; viajo sola con mis hijos de seis, ocho y doce años”.

NI UN PASO ATRÁS
Júnior Pereira también venezolano comentó por su lado: “No nos interesa regresar atrás por una noche para dormir, mejor lo hacemos aquí en el campo, tengo tres días y no he podido recoger el dinero para viajar, así que lo que ocupamos es transporte”.

A diario mendigan por las calles de la ciudad, los pobladores empiezan a tomar medidas extremas.
Han convertido las áreas verdes en improvisados alojamientos donde defecan al aire libre.
Para el Estado, también es una presión al tener que destinar más recursos humanos y monetarios frente a este éxodo.

Centro de Descanso Temporal Alivio al Sufrimiento, recibe unas 200 personas diarias.
Agotados física y emocionalmente los migrantes acampan en cualquier sitio de la ciudad.
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