La encuesta de 1812, una opinión pública virreinal

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1 de junio de 2023
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12:01 am
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La encuesta de 1812, una opinión pública virreinal

Por: Jorge Raffo*

“Poco es el afecto o la inclinación que estos tienen al español americano, y menos al europeo, más bien temor y respeto” (Almonte, 1813, refiriéndose a los andahuenses).

Desde 1808 se hizo evidente que las élites virreinales disputarían a la Corona el control de los territorios de la América Española. Al inicio, esas élites trataron de lograr medidas inclusivas de carácter administrativo donde el término “autonomía” no tuviese un contenido asociado a “separación”, sin embargo, cuatro años después la opción por la independencia se había impuesto, fraccionando la sociedad virreinal en realistas y patriotas, fragmentándose estos últimos a su vez, en republicanos y monárquicos, en conservadores y liberales, en unitarios y federalistas.

Debido a la constante agitación política, para la península era crucial conocer si la población latinoamericana se plegaría voluntariamente a los levantamientos que empezaban a hacerse frecuentes en los virreinatos, y así, el 6 de octubre de 1812, las autoridades de Madrid formularon una encuesta de treinta y seis preguntas para que el clero de todas las diócesis americanas la respondiese y canalizase el conjunto de sus respuestas a través de los respectivos obispados. El documento y sus respuestas fue hallado, para el caso del Perú, por los historiadores Millones y Villanueva, en 1970 (Archivo General de Indias, Audiencia de Lima, Legajo 1598). Para ambos historiadores, el documento constituye la primera encuesta de opinión pública realizada en tierras americanas. Hasta ese momento se habían llevado a cabo los registros y estadísticas habituales -asociadas al comercio, a la recaudación y a los impuestos- que permitían a la Real Hacienda evaluar cómo estaba la salud financiera del virreinato peruano o de cualquier otro territorio pero la encuesta de 1812 se constituye en la primera de carácter político donde la Corona se preocupa por indagar acerca del pensamiento de los encuestados y no perseguía propósitos de represión o espionaje.

La encuesta llegó, vía Panamá, a la Ciudad de los Reyes en el primer trimestre de 1813 y entregada a Mariano de la Torre y Vera, canónigo de la Iglesia Metropolitana de Lima y Vicario del Ejército del Alto Perú, quien se encargó de su distribución en todo el territorio virreinal. Tocó al obispo de Arequipa, Mons. Luis Gonzaga de la Encina, dar cumplimiento de la encuesta en todo el sur del país. Andahua es parte de Arequipa y, en la época, era un territorio prácticamente rodeado de insurrecciones patriotas, es por ello por lo que resulta interesante detenerse un momento para examinar el sentir de una población en constante confrontación -de palabra y obra- con los poblados y villas vecinas y cómo reflejaron esa conducta en sus respuestas a la encuesta.

La primera información que arroja la encuesta de Andahua -que se aplicó el 5 de noviembre de 1813- es la diversidad étnica de sus pobladores. Se habla quechua (inca), aymara, coli, puquina y sapi. Sus preferencias políticas por un bando u otro de los que estaban en liza en 1813 responderán al pasado histórico de relaciones de dominio o vasallaje que los quechuas (incas) sostenían con las otras comunidades, es decir, el encuestador Almonte deja entrever que los nuevos contenidos con que se definía “patria” o “nación” no eran decisivos al momento de adoptar “contra quien luchar” ya que priorizaban su propia cosmovisión. Según Duviols (1966), los habitantes de Andahua son de origen Chichas en el oriente boliviano, trasladados a la zona por disposición de los incas para expandir así sus habilidades textiles. De hecho, en 1813, Andahua era un reconocido centro de ganado de llamas y de vicuñas, de producción de textiles y, lo más importante para el cura encuestador, de producción de tintes blanco, negro, rojo, verde, amarillo, azul y morado que se vendían en Cuzco, Potosí (hoy Bolivia) y Tucumán (Argentina). A la pregunta medular sobre por quién tomarían partido los andahuenses, el cura Almonte especula y cree que lo harán por la Corona no por afecto a ella sino porque su rechazo a los criollos americanos era mayor debido a las vejaciones que sufrían cuando tenían que servir en las haciendas de estos. Vargas Ugarte (1956) indica que toda la región se plegó al bando patriota después de conocerse la victoria de Junín (1824).

Los estudios de Millones y Villanueva permiten inferir que la encuesta de 1812 arribó antes al Reyno de Guatemala y, por ende, a Honduras, antes que a Lima. Sería interesante conocer lo que los encuestadores hondureños consignaron como respuesta a la quinta pregunta de la encuesta acerca de qué bando adoptarían los pobladores indígenas de producirse una guerra de emancipación.

*Embajador del Perú en Guatemala.

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