La anomia del Estado

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2 de junio de 2023
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01:24 am
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La anomia del Estado

Por: Annie Ponce*

La participación civil y el papel activo de la población en la política nos hace un llamado a reflexionar en este amplio concepto. La anomia es una terminología no conocida coloquialmente, ya que no fue instaurada para referirse específicamente a cuestiones del Estado, sin embargo, su aplicación al eje político hoy en día se puede conectar fácilmente al panorama nacional. El término fue acuñado por el sociólogo francés Émile Durkheim, refiriéndose a la ausencia o desvanecimiento de las normas sociales. Anomia, en un eje sociopolítico, engloba todos los aspectos fallidos de un Estado y su desviación de sus objetivos originales. Un ejemplo muy claro es el incentivo y promulgación de pensamientos e ideologías antidemocráticas dentro de un sistema democrático.

Como se puede apreciar bajo su definición, es muy preciso al descarrío de los valores y reglas de la sociedad. En el caso hondureño, podría relacionarse con la alta tasa de corrupción, la falta de transparencia e ineficiencia de la gestión pública. Hechos que no son narrados únicamente por este ejemplar, pero basta con una rápida búsqueda en el internet para encontrarlos reflejados en múltiples reportes e investigaciones realizadas por organismos tanto nacionales como internacionales.

Por otro lado, cabe destacar que los valores y normas son dictadas según la sociedad emergente, esto quiere decir que los cambios generacionales son un factor influyente en su desarrollo. Este relevo presenta un conflicto de ideologías que, si no hay una disposición de comunicación y resolución de parte de los participantes, no contribuye al consenso y falla al implementar políticas públicas. Tal y como lo podemos apreciar en las sesiones de nuestro Congreso Nacional.

De modo que la intención es poner a su conocimiento las cuatro formas de adaptación social del entorno anómico por Parson, Merton y Bale, con el propósito de que los servidores públicos puedan entender y considerar en su labor estas variables penetrantes del sistema político. En primer lugar, la innovación de los valores “socialmente aceptables” y quién definiría estos en la sociedad actual. Agregaría a este, la reflexión de todos los grupos minoritarios que son afectados por estas normas y cómo se puede formular una sociedad donde exista un asiento representativo para todos y todas.

Seguido, el ritualismo, donde el fin justifica los medios. Se hace ver así mismo como maquiavélico, al describir el proceso consuetudinario (no necesariamente lícito) para realizar una labor pública. Al conocer y estudiar estas estructuras informales, se tiene el poder de realizar cambios dentro del sistema para evitar fenómenos como el clientelismo o el nepotismo.

En tercer lugar, la separación, la cual un poco contradictoria con la forma anterior, ya que sí concuerda con rechazar el objetivo final, pero no la norma (lo lícito). De manera que los individuos pueden entrar en una disputa por cuál de estos dos predomina.

Finalmente, la rebelión, palabra que habla por sí sola y es la más evidente en el término de anomia. La rebelión inevitable que existe entre aquellos a favor y en contra de una postura o la misma fuerza civil que con su protesta y voz genera cambio.

La anomia del Estado es debate académico, porque su aplicación llama a todas las disciplinas, las desorganizaciones en ejes económicos, sociales, culturales y políticos. A pesar de ello, su versatilidad implica la facultad de nombrar las características a las cuales no referimos comúnmente al describir el Estado de Honduras.

Es necesario, y se debe relucir los rasgos que caracterizan la anomia del Estado y su diferencia en cuanto a la aplicabilidad. De alguna manera la nueva crisis entre las instituciones de Estado y las sociedades modernas da pie a una nueva anomia, una diferente y no tan concentrada los valores de la sociedad. La anomia del Estado no solo propone un adjetivo adicional a lo situacional, intenta encontrar una palabra para resaltar que es imperativo reaccionar antes que sea demasiado tarde para la democracia y el sistema político. Al incorporar una reflexión sociológica, se puede interpretar de mejor manera los desequilibrios estructurales, económicos, sociales y culturales.

*Lic. Relaciones Internacionales, Máster en Ciencia Política, Doctoranda en Políticas Públicas y Administración.

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