Historia de los municipios del sector fronterizo

ZV
/
4 de junio de 2023
/
12:46 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Historia de los municipios del sector fronterizo

Por: Teniente coronel de infantería DEM. Marco Antonio Thompson Fuentes

Sabemos que a nivel mundial los sectores fronterizos entre dos países, siempre han sido vistos como zonas para la defensa de la Soberanía Nacional, o como escenario de conflictos internacionales, que se pueden suscitar por distintos factores, como ser: el desacuerdo en la delimitación de los territorios fronterizos, por manejo de forma inadecuada de los recursos naturales, o por aspectos económicos; El Salvador y Honduras, no han sido ajenos a estas situaciones, sectores como estos han sido regiones poco desarrolladas, con características de espacios periféricos aislados y marginados de los planes de desarrollo y políticas públicas nacionales, no se ven como territorios poseedores de importante riqueza, poblacional y natural, como ser las cuencas hidrográficas, es aquí donde fluyen en forma dinámica relaciones inter fronterizas, entre los pueblos vecinos de ambos países y es aquí donde se comienzan a formar identidades locales transfronterizas, las que sobrepasan los nacionalismos promovidos desde la antigüedad por los estados o nación.

La historia entre Honduras y El Salvador, marca períodos conflictivos que han llevado al rompimiento de relaciones diplomáticas, cuyas consecuencias fueron el estancamiento por aproximadamente 10 años. Todos nosotros, (los hondureños) sabemos que nuestro país al igual que los otros países de Centroamérica; que los lugres apartados del centro de la República han carecido de muchos de los servicios básicos incluso, con los cuales un ciudadano se puede sentir con el debido sentido de pertenencia y también sabemos que nuestro país es uno de los que más ha descuidado los municipios de su sector fronterizo sobre todo los que colindan con la República de El Salvador, que pertenecen a los departamentos de Ocotepeque, Lempira, Intibucá, La Paz y Valle, en los cuales el principal problema que comparten, es la falta de una infraestructura vial que interconecte estos departamentos con sus municipios y aldeas del límite fronterizo, para que se sientan parte y se conecten con los centros de desarrollo tanto político como económico del país.

De los departamentos antes mencionados, únicamente dos de ellos tiene una carretera pavimentada bien definida, que son: los departamentos de Ocotepeque y Valle; Ocotepeque se interconecta con el norte del país, por medio de la carretera Panamericana, en su ramal noroccidental, el cual actualmente está en lamentables condiciones de transpirabilidad en el tramo que interconecta el departamento de Ocotepeque con el departamento de Copán, esto en primer lugar se debe a lo alejado del sector o tipo de terreno, ya que por el sector se ubica parte de la falla tectónica de Cuscatlán, con estas condiciones el terreno es proclive a derrumbes, deslaves y hundimientos de tierra, todo esto, unido de programas de mantenimiento por parte del gobierno central lo que hacen que los municipios de este departamento no tengan una red vial aceptable lo que contribuye a que se presenten otros problemas, que aquejan a este sector, como ser la falta de centros de salud, hospitales, para poder atender a la población y hacerla sentir parte del país al cual pertenece.

El departamento de Valle, que está interconectado con el centro del país por el otro ramal de la carretera Panamericana, tiene la misma situación precaria para su transitabilidad, y por consecuencia también tendrá las mismas necesidades y que decir de los otros departamentos como ser Lempira, Intibucá y la Paz, los cuales tienen como infraestructura vial carreteras de segunda, tercera y cuarta clase, así como calles, veredas, trochas y caminos de herradura que es con que se comunican sus caseríos, aldeas y municipios del sector fronterizo, con el resto del país; estas vías en la temporada de verano son transitables, pero en épocas de lluvia es muy difícil, su transitabilidad y a veces hasta imposible, esto como problema principal ya que junto con esto viene a sumarse la falta de los servicios básicos con los cuales debe proveer el gobierno a sus ciudadanos lo cual orilla a las personas de este sector a lo siguiente:

1. Buscar mejores perspectivas de vida en el país vecino (El Salvador), ya sea en el aspecto de salud, educativo y económico; pues, les es más factible buscar estos servicios en aquel país, que dicho de paso, lo aprovechan los gobiernos del vecino país, para ganarse la voluntad y simpatía de este núcleo poblacional.

2. Emigrar ya sea para El Salvador, o para los países del norte del continente como ser: México, Estados Unidos y Canadá, unos pocos a otros continentes ya que en el corredor fronterizo desde Ocotepeque, hasta Valle, al menos un miembro de cada familia está en el extranjero y del cual depende la subsistencia de ese grupo familiar, lo que los vuelve vulnerables a la desintegración familiar y esto nos trae a la pérdida de valores, por lo cual encontramos en estos sectores grupos vulnerables a la delincuencia común, robo de vehículos, secuestros, sicariato, trata de personas y narcotráfico.

Las estadísticas que algunos expertos dan a conocer, que en estos sectores la delincuencia es menor, no es tan cierta, lo que sucede es que no hay ni existe la infraestructura necesaria de comunicación para poder difundir estas noticias, solo se transmiten las que a veces quiere o quieren los personajes pudientes del sector, también se debe a la facilidad que existe para trasladarse al vecino país.

A lo antes expuesto, se puede agregar que el único ente gubernamental que siempre ha estado en estos remotos lugares por medio de apostaderos navales, destacamentos militares o en misiones ya sea de reconocimiento, o de estabilidad son las Fuerzas Armadas, inclusive muchos de estos poblados, surgen o se han desarrollado a causa de la presencia militar en el sector, por lo que nos convertimos en el bastión que une a los pobladores de esta zona con el resto del país y somos nosotros (los soldados de Honduras) los encargados de mantener viva la llama del hondureñismo en estas poblaciones, somos quienes prestamos el apoyo a estas personas, ya sea salvaguardando la integridad territorial o apoyando a los pobladores de distintas formas y que con nuestro aporte como Fuerzas Armadas, somos los llamados a mantener y evitar, que la situación de la cual gozamos en estos sectores como la institución en la cual se forjan las esperanzas para poder unir graníticamente el espíritu de estas poblaciones, ya que por ser los que siempre estaremos en estos lugares, nos corresponde mantener o de ser posible mejorar el concepto e imagen que se tiene de nosotros como institución.

En conclusión, sabemos, que la situación precaria de los municipios fronterizos de nuestro país con la República de El Salvador, no lo podemos mejorar de la noche a la mañana, pero si con nuestro aporte, como Fuerzas Armadas, somos los llamados por lo menos a mantener y evitar que esta situación se deteriore más de lo que ya está, con nuestro aporte ya sea en los factores económicos, con las brigadas médicas, acciones cívicas y culturales, en el aspecto social manteniendo los valores personales y religiosos en estos municipios cuando nos encontremos en misión en estos sectores; y en el aspecto de seguridad manteniendo la integridad territorial en nuestra frontera y la seguridad personal de los pobladores de estas comunidades, para así seguir manteniendo o de ser posible aumentar la confianza y estima de la población con nuestras Fuerzas Armadas.

Más de EL DOSSIER DE ATENEA
Lo Más Visto