Nepotismo: tentáculo de la tiranía socialista

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6 de junio de 2023
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12:31 am
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Nepotismo: tentáculo de la tiranía socialista

Ángela Marieta Sosa

El socialismo antidemocrático necesita del nepotismo para asegurar el poder público, tanto así que hasta se vuelven proyectos familiares y no de país, con resultados terriblemente dañinos para la población hondureña que cada vez se ve aumentada en extrema pobreza. El Estado en manos de una familia que gobierna es presa fácil de la corrupción y el abuso de poder, violenta los derechos humanos y fomenta la migración irregular.
El nepotismo es un vicio que condiciona la corrupción y práctica fraudulenta, consiste en asignar recursos para trabajo a familiares y amig@s, tomando en cuenta solamente su cercanía emocional y sus lealtades personales, es decir la meritocracia no existe como criterio para nombrar gente competente, capaz o formada en una ciencia específica, eso es lo de menos, lo que importa es la lealtad y la complicidad filial que compone el tracto sucesivo de sus relaciones, evidentemente este flagelo violenta el derecho de igualdad ante la oportunidad de servir en la administración pública.

A propósito, la historia narra como en Atenas de Pisístrato un tirano griego, que gobernó durante el siglo VI a. C., asignaba los cargos públicos del Estado a sus familiares y amigos para garantizarse el poder. Tras su fallecimiento en 527 a. C., dejó a sus dos hijos, Hipias e Hiparco, quienes serían derrocados posteriormente para instaurar la democracia ateniense; asimismo los delegados del Imperio napoleónico de Francia, en el siglo XIX, cuando Napoleón Bonaparte conquistó buena parte de Europa, repartió cargos reales entre sus propios familiares, para asegurarse la lealtad de los reinos sometidos y su hermano José Bonaparte fue nombrado rey de España. Cualquier parecido con la realidad política de Honduras no es coincidencia.

En nuestra sociedad el Nepotismo no ha sido frontalmente cuestionado por los electores, hasta ahora que el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) a sensibilizado a la población, así por ejemplo en el Congreso Nacional se presentó hace algún tiempo un proyecto de ley que penaliza tal práctica política y que por cierto esta engavetado (¿por qué cree usted?); en la mayoría de los países democráticos, el nepotismo es punible, en especial en la administración pública, dado que existen códigos específicos que regulan el acceso al trabajo con el Estado.

Cada vez que se elige un funcionario de alto perfil, ingenuamente (en el buen sentido de la palabra) ciudadanos presentan sus autopostulaciones, creyendo que tienen posibilidades de alcanzar tan altos espacios de servicio público, sin embargo quienes son electos siempre resultan estar “apadrinados” por los que aseguran sobre el “ungid@” un desempeño acomodado a los intereses de grupos políticos elitistas dañinos; claramente no pretendo creer que tendremos un gobierno puro, porque ningún sistema es perfecto, pero solo la democracia y el Estado de derechos limita el abuso en el poder y garantiza un mejor cumplimiento de los derechos humanos.
Una vez más, el actual gobierno socialista antidemocrático de Honduras se desmarca de la obligación internacional de la que es parte, irrespetando la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que claramente expresa la necesaria igualdad de oportunidades de acceso al trabajo público, dado que es financiado con el dinero de todos.

El nepotismo daña a la población hondureña, detenerlo debe ser una acción de persecución penal pública; si usted compatriota hondureño cree que esto no le daña, haga una prueba y mande a su hijo (a) profesional a buscar trabajo como cualquier “mortal” como dicen por ahí, y verá que, al no ser recomendado, amigo de confianza o familiar de alguien en el poder, es casi imposible que lo contraten. Los hijos de Maquiavelo dicen “las élites no son malas, lo malo es estar fuera de ellas”; los derechos humanos dicen: “todos y todas tienen igualdad de derechos ante la oportunidad de superarse honradamente en Honduras”, esto significa realmente que aunque no se pueda emplear a toda la ciudadanía necesitada de un solo, un gobierno ético sistematiza progresivamente el ingreso de perfiles ciudadanos según su formación y capacidad, remunerando a cada quien conforme a su productividad en el trabajo.

Especialista en derechos humanos

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