Luzuriaga, un peruano en la independencia argentina

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17 de junio de 2023
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Luzuriaga, un peruano en la independencia argentina

Por: Jorge Raffo*

En tierra de los incas se reconoce y estudia con detenimiento el aporte argentino que, en la persona del Libertador San Martín, significó para el Perú la jura de la independencia aquel 28 de julio de 1821. Sin embargo, poco se sabe sobre la participación peruana en la consolidación de la Provincias Unidas del Río de la Plata en los años siguientes a 1810. Uno de esos trabajos sobre este tema fue el que el historiador Salas desarrolló para el Quinto Congreso Internacional de Historia de América llevado a cabo en Lima en agosto de 1971. El prócer que llamó su atención fue Manuel José de Luzuriaga, nacido en Huaraz en 1776 y fallecido en Buenos Aires en 1841.

A los quince años viaja con sus padres al Virreinato del Río de la Plata -creado coincidentemente en el año de su nacimiento- que, en el afán de completar sus cuadros burocráticos y poblar su territorio, lanzaba constantes invitaciones a comerciantes y jóvenes emprendedores que quisieran instalarse allá. Sus padres Manuel José y María Josefina aceptaron el reto confiando, de un lado, en sus contactos como proveedores del ejército virreinal de Lima, y de otro, en los conocimientos que el cabeza de familia tenía sobre pólvora y armas de fuego. Hacia 1798, el joven Luzuriaga era un diestro jinete y no cuesta mucho convencerlo de seguir la carrera militar y en 1803 había alcanzado el grado de oficial en las milicias de caballería de Buenos Aires. A los treinta y cuatro años asistió al Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 que declaró que el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros fuese reemplazado por una Junta Gubernativa, preludio de la separación de la Metrópoli y la aparición de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Su rostro es uno de los muchos que aparecen en el extraordinario lienzo del artista chileno Pedro Subercaseaux que retrata el momento del debate y que fuera realizado para el centenario de la Revolución de Mayo.

A finales de 1811, Luzuriaga recibe la comisión de organizar el primer tercio de los Guardias Nacionales de infantería. Salas (1971) señala que “el 8 de octubre de 1812 formó parte de los once ciudadanos elegidos por el Cabildo para que en representación del pueblo eligieran el Segundo Triunvirato”, forma democrática con la que se organizaron inicialmente los independentistas rioplatenses. Desde febrero a diciembre de 1813 Luzuriaga participó en la Asamblea General Constituyente como diputado por Buenos Aires, lo que da un claro indicio del juego político en el que estaba involucrado y de su compromiso con la causa independentista. Además de esta responsabilidad política recibió, en junio de ese mismo año, una responsabilidad castrense ya que se le nombró Comandante del tercio de Guardias Nacionales.

Durante los tres años siguientes siguió con esa doble responsabilidad hasta que en diciembre de 1816 es nombrado comandante del batallón “Auxiliares Argentinos”. Cuando todo parecía indicar que se avocaría a la vida militar, en 1819 es designado regidor del Cabildo, consolidando desde ese momento un papel cívico-militar. La noticia de la independencia del Perú, el 28 de julio de 1821, llega a sus oídos cuando se desempeñaba como diputado en la Legislatura de Buenos Aires. Su emoción y contento fueron tan evidentes que -señalan sus biógrafos- propuso una Moción de Saludo para los héroes de esa epopeya y, al sentir que los homenajes tardaban, costeó con su peculio la acuñación de medallas conmemorativas.

Como político, Luzuriaga abogó por la expansión hacia otros mercados del cuero vacuno argentino, uno de los principales productos del comercio ultramarino de las Provincias Unidas. Siguiendo el ejemplo de Tomás Romero, mercader de finales del s. XVIII, en su gestión se realizaron embarques de cuero a Honduras, Cuba y Brasil, y por tierra, a Chile y el sur del Perú (Galmarini, 2000; Jumar, 2001), aunque le tocó constatar una dura realidad, más de la mitad de las exportaciones de cuero estaban concentradas en treinta y cuatro comerciantes mientras que 805 pequeños y mediados mercaderes representaban solo el 17% de la cantidad de cuero exportado (Camarda,2015) lo que da un atisbo del papel de los intermediarios y de la necesidad de brindar reglas de intercambio.

Luzuriaga tuvo una vida política y personal tan agitada como los tiempos que le tocó vivir y junto a su hermano menor Toribio de Luzuriaga, destacado mariscal, y a sus coetáneos, el limeño José Darregueira y el arequipeño José Ignacio Álvarez Thomas dejaron una huella en el proceso independentista latinoamericano usando las armas del intelecto, combatiendo con la palabra hablada o escrita a todos lo que iban contra la libertad ciudadana.

*Embajador del Perú en Guatemala.

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