¿“NATIVOS O CRETINOS DIGITALES”?

ZV
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30 de junio de 2023
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12:16 am
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¿“NATIVOS O CRETINOS DIGITALES”?

SEPAN disimular la necedad, pero, si no se han percatado todavía, esto sobre lo que hemos venido insistiendo –sumado al empobrecimiento educativo– es lo que ha trastornado la vida, la afable convivencia, la calidad humana, el comportamiento, la capacidad de pensar, la posibilidad de incidir positivamente en la comunidad para enfrentar los males que nos aquejan, de la presente generación. En una frase corta, una fundadora del colectivo sintetiza la lucha de las sociedades –adictas y esclavizadas a los chunches tecnológicos y a las pantallas digitales– por privilegiar el valor de la coexistencia saludable y recobrar la estabilidad emocional: “Antes –escribe– escapábamos de la vida con la tecnología ahora escapamos de la tecnología con la vida”. A propósito de lo anterior, una opinión especializada remitida por otro lector. “El doctor en neurociencia, Michel Desmurget, en su libro “La Fábrica de Cretinos Digitales”, alerta sobre los efectos devastadores de la tecnología entre los más jóvenes”. Hablando de “los nativos digitales” –afirma– “lo que hemos hecho a nuestros hijos en nombre de la codicia es imperdonable”.

Sostiene –en su libro– que “el uso de tecnología –smartphones, ordenadores, tabletas– por parte de las nuevas generaciones es absolutamente desproporcionado”. “Con solo dos años de edad, el consumo medio se sitúa en torno a las tres horas”. “De los ocho a los doce, la media se acerca a las cinco horas”. “En la adolescencia, la cifra se dispara casi a siete horas, lo que supone más de dos mil cuatrocientas horas al año en pleno desarrollo intelectual”. “El uso de la tecnología, lejos de ayudar al desarrollo de los niños y estudiantes, produce graves complicaciones de toda índole: sobre el cuerpo (obesidad, problemas cardiovasculares, reducción de la esperanza de vida), sobre las emociones (agresividad, depresión, comportamientos de riesgo) y sobre el desarrollo intelectual (empobrecimiento del lenguaje, concentración, memoria…)”. El experto en neurociencia expone “los peligros reales de las pantallas y alerta sobre las graves consecuencias que conlleva seguir promoviendo de forma acrítica el uso de estas tecnologías”. El libro –sinopsis facilitada por un diario español– “asegura que la tecnología afecta al desarrollo neuronal de los niños creando ‘cretinos digitales’”. “Nadie dice –reconoce– que la revolución digital sea mala y deba ser detenida”. Solo que “debería ser un uso controlado y educativo”. “Cuando se pone una pantalla en manos de un niño o de un adolescente, casi siempre prevalecen los ‘usos recreativos más empobrecedores’” y señala “estudios realizados donde se constata que los menores pasan el día viendo la televisión, luego los videojuegos y en la adolescencia, las redes sociales”. “Explica que los “nativos digitales” son los primeros niños que tienen un coeficiente intelectual más bajo que sus padres, una tendencia documentada en países como Noruega, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos o Francia”.

“Varios estudios han demostrado que cuando aumenta el uso de la televisión o los videojuegos, el coeficiente intelectual y el desarrollo cognitivo disminuyen”. “¿Y por qué el uso de los dispositivos digitales provoca todo eso?”. “Las causas están claramente identificadas: disminución en la calidad y cantidad de interacciones intrafamiliares, fundamentales para el desarrollo del lenguaje y el desarrollo emocional; disminución del tiempo dedicado a otras actividades más enriquecedoras (tareas, música, arte, lectura); interrupción del sueño, que se acorta cuantitativamente y se degrada cualitativamente; sobreestimulación de la atención, lo que provoca trastornos de concentración, aprendizaje e impulsividad; subestimulación intelectual, que impide que el cerebro despliegue todo su potencial; y un estilo de vida sedentario excesivo que, además del desarrollo corporal, influye en la maduración cerebral”. “El cerebro –explica– se puede comparar con una plasticina”. “Al principio, es húmedo y fácil de esculpir”. Pero con el tiempo se vuelve más seco y mucho más difícil de moldear”. “El problema con las pantallas recreativas es que alteran el desarrollo del cerebro de los niños y lo empobrecen”. (Ni digás lo que estás pensando –interviene el Sisimite– que, por el bulto de años que cargo, mi cerebro está fosilizado”. – Ni que fueras cretino, no pongas palabras en mi boca –suspira Winston– lo que saco en conclusión es que el mío todavía es dócil como plasticina).

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