LINDA YARLENIS MENDOZA: BAILARINA, INSTRUCTORA DE ARTE Y PSICOLOGA.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email:[email protected]

DANLÍ, El Paraíso. “Estoy llegando al final de mi carrera de Psicología en la Universidad Católica, gracias a los valores que mis padres me inculcaron en la infancia. Ellos sentaron las bases del edificio de mi vida sobre fundamentos sólidos”. Quien así se expresa es Linda Yarlenis Mendoza Cruz, la protagonista de la historia de hoy.

El proceso de vida de Linda junto a su hermano Daril José, inicia con el arte infantil impulsados por su madre Lourdes Cruz Díaz, directora de la Casa de la Cultura Manuel de Adalid y Gamero. Tuve el privilegio de seguir sus pasos por espacio de 15. Se fue la infancia dejando huellas imborrables, todas ellas en el escenario de la Casa de la Cultura donde todavía se escuchan los aplausos como si fuera una casa encantada pero de nostalgias.

Linda y Daril en ese proceso de vida maravilloso, ambos van por sendas diferentes pero sin perder el vínculo que los unió desde siempre en el escenario de la Casa de la Cultura y” la escuela “Renovación de Guía Técnica. Difícil desligar una vida de la otra por los vínculos inseparables de la sangre. Dos vidas que continuaran unidas pero por hoy, cedemos el escenario de la historia a Linda.

¿Linda, háblame de tu linda vida? “Actualmente tengo 20 años, estudio psicología en la Universidad Católica. Con respecto a mi infancia fue lo mejor con el apoyo de mis padres, especialmente en el ámbito del arte porque ellos descubrieron mi capacidad como la de todos los niños que soñamos ser artistas. Todo nace con mi inclinación y deseo de participar en los eventos cívicos de la escuela en los grupos folclóricos que con el correr de los años se convirtió en una de mis pasiones”.

¿Cuándo iniciaste tu carrera artística? “Empecé a bailar a los 5 años. La primera competencia fue participar en el reinado “India bonita”. Considero que el arte en los niños es como una fuente inagotable de aguas cristalinas que brotan impetuosas desde las montañas para de inmediato recorrer silenciosas los valles de nuestra existencia. Cuando somos niños y desarrollamos nuestra mente en el arte, comenzamos a sentar las bases de lo que habremos de ser en el futuro.

¿El arte te ayudó a elegir una carrera? “En una mente infantil se tejen sueños, porque a través del arte del arte uno puede desarrollar múltiples habilidades sociales y desarrollarse en lo personal, siempre y cuando vaya de la mano de los padres. Esto es importante para un niño, sentir ese vínculo familiar y que sea parte de los sueños y aspiraciones. La presencia del padre en los eventos artísticos donde participa su hijo, constituye la principal fortaleza para adquirir confianza en el escenario, nuestro primer admirador debe ser el papá. Emotivamente era mi orgullo, no me importaban los demás; ver a mi papá y mamá viendo hacia el escenario lo consideraba mi único público, ellos lo llenaban todo. Entonces sí, el arte me inspiró elegir mi carrera profesional.

¿Por qué el baile? “Fue mi principal motivación. En cada escena y la forma que debía lucirme en cada presentación que realizaba. Era parte de mi inspiración. De esta manera fui creciendo artísticamente. Todavía hoy no me separo del escenario. De bailarina pase a ser instructora, en realidad es como un sueño. El escenario es parte de mi vida. Parece que fue ayer que escuchaba a mi instructora como realizar los pasos, ahora soy yo la que dirijo un grupo de lindas niñas desde los 4 a 15 años. Yo diría que la acumulación de esos años de infancia y adolescencia están en el escenario de la Casa de la Cultura y en la mente y corazón de cientos de personas que han aplaudido mi accionar como artista”.

¿Instructora de baile y que más haces con las niñas? Yo creo que lo más hermoso durante los recesos es compartir con las niñas e implementar la psicología, incluso con los padres, pero lo más importante es que ellas aprendan de mí. No es solo dar, también es recibir para crecer juntas con una mentalidad abierta que cambie vidas y, que mejor poder hacerlo desde un escenario. Cada niña posee su propia personalidad pero al final del día y en cada presentación al público ellas expresan sus emociones.

¿Otras de tus vivencias inolvidables en este proceso de vida? “Toda mi vida he estado con mi hermano, dos años de diferencia en edad. Hemos bailado como pareja juntos desde el Jardín de Niños. Mi crecimiento en el arte ha sido junto a él, es una las experiencias inolvidables de mi vida. Ambos nacimos para el arte, esto jamás se olvida porque se lleva en el alma y cada vez que actuamos juntos frente a nosotros había un público delirante aplaudiendo; los aplausos son la mejor recompensa. Un aplauso no se define con palabras pero se siente en lo más profundo de nuestro ser.

¿Presentaciones a nivel nacional e internacional? “He participado en múltiples grupos artísticos, en la escuela, el colegio y dos grupos independientes. Una experiencia maravillosa fue haber viajado a Colombia a un encuentro con diversos grupos del folclore latinoamericano; un verdadero orgullo haber representado a Honduras y compartir la cultura tan bella y enriquecedora que poseemos.

¿Tus planes al futuro inmediato? “Por los momentos graduarme en la carrera de psicología, especializarme en el área infantil o cualquiera otra pero siempre con niños porque siento que es mi principal fortaleza, además, siento que trabajar con niños es la mejor etapa en la que se requiere ayuda psicológica para poder tener una mejor calidad de vida.

¿Por qué tu inclinación hacia la niñez? “Porque los niños son como esponja, ellos absorben todo lo que ven y perciben en su entorno y, por ende, la crianza que nos dan desde niños es la que nos conduce a una juventud y adultez positiva. De allí la importancia de fomentar en los niños el arte, porque el arte recupera adolescentes y jóvenes. Hoy en día si un adolecente no mantiene su mente ocupada, decide seguir malos pasos.

¿Los padres y los hijos en el arte? Es muy importante que el padre esté cien por ciento dispuesto en cada momento de su vida apoyar con su presencia a los hijos. He tenido la experiencia que cuando hacemos presentaciones con las niñas, ellas buscan al papá entre el público porque su presentación es para ellos. Si no lo ven se desmoronan porque su principal, emoción es que su padre o madre sea parte del espectáculo.