Un Bloc de papel rayado en la mesa opositora

MA
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28 de agosto de 2023
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12:24 am
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Un Bloc de papel rayado en la mesa opositora

¿Vuelven los oscuros malandrines del 80?

Óscar Armando Valladares

En otra de sus agudezas mentales, el señor de la tele sacó de su  postración a los directivos del Partido Nacional al llevarlos a asolearse el sábado 19 y compartir -con un grupo de seguidores, al son de un callejero X-O da dinero- la caminata oposicionista, en consecución de lo cual hubo que contratar unos 200 buses, pues contrariamente la caravana no hubiese podido contar con el quórum indispensable a fin de no iniciar con un ruidoso fracaso las andanzas del bloque acordado, en el que juntas y revueltas se citaron la corrupción de los pupilos de JOH y la alegada anticorrupción de que hace gala el inefable Salvador de Honduras, admirador confeso de Pinochet.

El rápido operativo -escasamente de hora y media- careció del respaldo orgánico del Partido Liberal en púdica observancia de su doctrina estatutaria opuesta “al caudillismo, el colonialismo y a las dictaduras” por lo que su dirigencia estimó improcedente marchar con aquellos que acuerparon un régimen dictatorial de doce años. Tuvo sí el acompañamiento del cabecilla castrense de la Alianza Patriótica, un partido bisagra que salvó su existencia legal en los últimos comicios merced al gane de un solitario alcalde, quien afronta graves cargos delictivos en Santa Barbara; hubo además la presencia de uno que otro liberal de camiseta o blusa azul con credenciales atinentes al golpe de Estado de 2009 y a las ZEDE.

Sumados los voceros del evento -Nasralla, Zambrano, Vásquez Velásquez-, los activistas -encargados del ruidoso clamoreo-, los diputados, los reservistas y la gente transportada, vale inquirir: ¿cuántas almas partieron de la UNAH a la Casa de Gobierno? A lo sumo quince mil, probablemente la mitad de lo que golosamente esperaban los creadores del Bloque de Oposición Ciudadana (BOC); por cierto, un conciliábulo de problemático efecto y duración por responder a intereses políticos sectarios un tanto divergentes, pues Salvador ha dicho que él -y no otro- debe ser la figura principal de la derecha nacional/nacionalista, de lo contrario se resignará a seguir de designado botafuego en el gobierno del poder ciudadano.

Así y todo, tanto Libre cuanto la administración que rectora Xiomara no deben dormirse sobre los laureles ni dejar de advertir que -detrás de esta “calistenia”- prepondera un andamiaje de grupos económicos -con asidero político externo- remisos a cualquier cambio social que implique revisarles sus bolsillos, como es el caso paradigmático de la Ley de Justicia Tributaria, cuya aprobación en el Congreso bloquean a viva fuerza, al igual que otras medidas y resoluciones, como la anulación de la ley entreguista de las ZEDE o disienten de la apertura de lazos con la China continental y del normal desarrollo de relaciones con gobiernos latinoamericanos de izquierda -Cuba, Venezuela, Nicaragua, Colombia, Chile, Argentina, Brasil- señalizados con tinta roja por el “apuntador”.

De ahí que esos sectores hegemónicos y los recursos mediáticos de que disponen, contemplen en sus agendas apadrinar y fortalecer los despliegues políticos callejeros y las acciones desestabilizadoras de la “contra” visible.

Si de veras se busca detener la conspiración en marcha, resulta imperativo robustecer la organización de Libertad y Refundación en los 18 departamentos de la República, revisar el cuerpo de ministros e idear los cambios en orden cualitativo y, en lo que sea preciso, emprender acuerdos con otras fuerzas y sujetos políticos -liberales, del PSH- para el logro de algunos puntos. De otro lado, la manifestación popular dispuesta para el martes 29 de agosto deberá superar la contundencia de las anteriores, indicativa de que un pueblo en mayoría respalda a la Presidenta Castro Sarmiento, avala su triunfo electoral de 2021 y que da un rotundo mentís al “BOC” montado recientemente, un bloc de papel rayado por los miembros que lo integran y los propósitos golpistas que persiguen. Al igual que los 16 años de Carías Andino, los doce de Porfirio Lobo y Hernández Alvarado significaron un duro tropiezo para Honduras y sus habitantes. Encierro, entierro y destierro, produjo el primero. Corrupción, represión y narcotráfico, constituyó el saldo del segundo. Por ello, no pasarán, ni prosperarán -con el concurso de una empobrecida mayoría- aquellos que siempre se han movido en el curso sinuoso de la dictadura.

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