Historia de un golpe al Congreso Nacional

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29 de agosto de 2023
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12:04 am
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Historia de un golpe al Congreso Nacional

Óscar Estrada

Hubo una época en la que las élites políticas de Honduras eran capaces de llegar a consensos para superar las crisis, como en 1985, cuando estuvimos al borde de un golpe de Estado al Congreso Nacional, que afortunadamente se evitó gracias al diálogo de la sociedad completa, que obligaron a los partidos a acordar, entre otras cosas, la realización de elecciones internas. Sin embargo, también han habido otras crisis entre los poderes del Estado, lamentablemente menos recordadas, en las que las élites, ya sea por mezquindad o ignorancia, permitieron que las tensiones se acumularan, lo que resultó en consecuencias desastrosas para el país. Uno de esos eventos trágicos fue el golpe de Estado de 1904.

Todo comenzó en una madrugada de febrero, aunque sería más preciso decir, que esta madrugada actuó como catalizador de la crisis, ya que las tensiones entre los políticos se habían estado acumulando desde 1900. La ciudad de Tegucigalpa se despertó ese día con gritos de alarma: la Escuela de Artes estaba en llamas. La gente se apresuró a intentar sofocar el incendio, pero fue en vano y la escuela quedó reducida a cenizas.

El presidente Manuel Bonilla y su amigo, el coronel mercenario Lee Christmas, fueron testigos (sin prestar ayuda) de los esfuerzos que hacía el director de la escuela, don Julio Villars, para controlar el fuego. Pero fue inútil, la escuela fue destruida por completo.

Al día siguiente, apareció un artículo en el periódico oficialista El Día que acusaba al doctor Policarpo Bonilla de haber tramado el incendio. El artículo afirmaba que el doctor Bonilla, era enemigo de la democracia hondureña y había ordenado el incendio con la intención de atraer al presidente Manuel Bonilla y asesinarlo.

Eso aumentó aún más las tensiones en el Congreso Nacional, que funcionaba en el mismo edificio que el Ejecutivo, separados únicamente por una pared de madera carcomida. El doctor Policarpo Bonilla había solicitado explicaciones al Ejecutivo por la renuncia irrevocable de varios ministros, quienes habían dimitido en protesta por el asesinato sin investigación del diputado Trejo y el coronel Ramírez en Santa Bárbara, a manos de ofíciales de policía, además del cierre de El Diario de Honduras, un periódico de oposición.

La noche después del incendio, aún conmovidos por la tragedia y rodeados de innumerables rumores que circulaban por toda la pequeña ciudad de Tegucigalpa, el Congreso Nacional entró a discutir el dictamen de una propuesta de ley que solicitaba la creación de un cuerpo de Policía montada para los departamentos de Comayagua, La Paz, Intibucá, Gracias y Copán. Sin embargo, la propuesta de ley no contaba con el respaldo de la oposición, que estaba en un conflicto irreconciliable con el gobierno de Manuel Bonilla.

En el salón de sesiones del Congreso Nacional, el diputado Navarro expresó su preocupación por la falta de seguridad en el país y su oposición a aumentar la fuerza armada. Esto generó un debate acalorado en el que se discutieron los problemas de seguridad y la gestión del coronel Christmas, quien comandaba la Policía de Tegucigalpa.

El coronel Christmas se reunió con el presidente Bonilla en su despacho, desde donde se podía escuchar claramente la discusión. Christmas informó al presidente sobre la existencia de pruebas de una conspiración para desestabilizar el gobierno y escuchó todo lo que de él se dijo esa noche. Pero no se tomó ninguna decisión.

Sin embargo, cuando el diputado Navarro salió del Congreso, fue seguido, en la oscuridad de la noche, por el coronel Christmas. Este lo confrontó y lo amenazó con un puñal. Afortunadamente para él, otros diputados llegaron en ese momento y evitaron que Navarro resultara herido.

El siguiente día fue tenso en la ciudad, según cuenta el historiador Victor Cáceres Lara, los negocios no abrieron, las calles estaban vacías. El Congreso entró en sesión permanente. Los diputados debatieron la destitución del coronel Christmas y presentaron acusaciones contra el presidente Bonilla.

Fue en ese momento cuando un grupo de soldados armados al mando de Christmas entró al Congreso y detuvo a varios diputados de la oposición, incluyendo al doctor Bonilla y al diputado Navarro. Los soldados cerraron el Congreso acusando a la oposición de conspirar para llevar a cabo un golpe de Estado. Pero el golpe de Estado lo hizo Manuel Bonilla.

Este evento marcó la primera mitad del siglo XX en Honduras. Iniciando una crisis que tardó 50 años en resolverse. Los diputados fueron al exilio después de pasar algunos meses en prisión y, cuando regresaron en 1907, lo hicieron para derrocar por las armas al general Bonilla.

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