“La independencia y el buen ciudadano”
Por: German Edgardo Leitzelar Hernández*
La celebración de la independencia es un evento que llena de orgullo y emoción a muchos, aunque no a todos. No obstante, cada 15 de septiembre, el país se viste de azul y blanco, los colores de nuestra bandera, conmemorando el día en que Honduras declaró su independencia de España.
Para muchos esta festividad es simplemente un feriado; olvidando que también es recordatorio de la valentía y el sacrificio de aquellos que lucharon sus ideales y por la libertad, además de ser un llamado a reflexionar sobre el verdadero significado de la independencia en el contexto actual. Algunos la ven como una mera ficción, otros no, pero fuera del contexto que se le dé, un proceso de independencia no suele ser fácil, ya que fuimos parte del dominio colonial español, sufrimos opresión, mestizaje y explotación que fueron reales y la declaración de independencia de Honduras el 15 de septiembre de 1821 marcó el inicio de una nueva era para el país. Lamentablemente sabemos que independencia no significa de manera automática tener la libertad que esta supone traer.
Nuestro país es, en verdad independiente, por cuanto tenemos soberanía, gobierno propio y autonomía sobre las decisiones sobre nuestros asuntos internos y externos, no estamos sometidos a la autoridad o control de otra nación, al menos no oficialmente. Sin embargo, cabe preguntarse si esta autodeterminación se refleja o ejercita plenamente en la toma de decisiones políticas, económicas y sociales, y si actuamos de manera sólida en cuanto a la preservación de nuestra cultura, identidad y territorio. La verdadera independencia debe ser ese logro patriótico y colectivo que fortalezca la unidad y el orgullo de ser hondureños. Este sentimiento debe nacer totalmente de su pueblo, ciudadanía, gobierno, profesionales, deportistas y de cuanto elemento o nombre se le pueda dar a la gente de nuestro país. La independencia debe ser un recordatorio de que los ciudadanos tenemos el poder y la responsabilidad de influir en la dirección de nuestro país.
La independencia implica enfrentar los desafíos y cuestionamientos actuales, definir cómo abordar problemas como la pobreza, educación, desigualdad, desempleo, corrupción impunidad, los cuales amenazan los ideales que tenemos. Por eso, celebrar la independencia es recordar la necesidad de abordar estos problemas y trabajar juntos para construir un país más justo y próspero. Este valor fundamental debe ser protegido y promovido para el bienestar de todos los hondureños.
Tener independencia es crucial en nuestra historia, marca la emancipación de un pueblo y su deseo de construir su futuro mejor. Sin embargo, estos males parecen reencarnarse en otros actores tanto externos como internos a lo largo de nuestra historia. Al celebrar la independencia, los ciudadanos tienen la oportunidad de reflexionar sobre el significado de la libertad y su papel en la construcción de un mejor país. Vale la pena reflexionar sobre las acciones principales que un ciudadano puede ejecutar para contribuir a tener un mejor país y cómo la independencia es el concepto y lugar para integrarlas a nuestra vida social.
Ser un buen ciudadano y vivir en un país independiente están intrínsecamente relacionados, y esta conexión se puede exponer de manera elocuente así: “La verdadera grandeza de una nación reside en la calidad de sus ciudadanos y en su capacidad para ejercer sus derechos y deberes en un entorno de libertad e independencia. Ser un buen ciudadano implica compromiso, responsabilidad y participación activa en la construcción de una sociedad justa y próspera. En un país independiente, los ciudadanos tienen la valiosa oportunidad de influir en la dirección de su nación y en la toma de decisiones que afectan sus vidas”.
Cultivar valores como: responsabilidad, respeto, solidaridad, tolerancia, honestidad, sinceridad, honestidad, justicia, colaboración, integridad, compromiso, generosidad, disciplina con civismo y patriotismo es sinónimo de control sobre nuestras acciones y decisiones, es evitar conductas perjudiciales para ti y para los demás. Estos valores son fundamentales para la convivencia pacífica y el progreso de una sociedad, y cada individuo puede contribuir al fortalecimiento de estos valores en su comunidad y país.
Todos tenemos la posibilidad de comportarnos como buenas o malas personas, todos podemos mejorar un ambiente que es malo o podemos decidir hacerlo peor de lo que ya es, pero es una certeza que podemos hacer todo cuanto esté a nuestro alcance para mejorarlo, ya que todas y cada una de las actividades del país las ejecutamos nosotros, sus habitantes. Es esencial que nuestro punto de partida sea ser mejores personas, en lugar de seguir atrincherados en guerras ideológicas. Ser izquierdistas, derechistas o de los que se nominan ultras, mujeres, hombres, católicos o evangélicos seamos buenas personas y mejores seres humanos para ser mejores ciudadanos. Estamos en el mes de la independencia y la buena contribución ciudadana y la celebración de la independencia: nos deben llevar hacia un mejor país.
“Independencia y civismo para ser buenos ciudadanos”
*Abogado laboralista independiente
