YA que la motivación esencial de estas fiestas cívicas debiese ser la conmemoración de esos valores que hacen grande a la Patria, la parte final de la conversación del editorial de ayer: (Otra inquietud –pregunta el Sisimite– ¿cómo se sabe cuándo se toca fondo? -Dos opciones –responde Winston– algo que escuché decir en algún lado: “La angustia te impide dormir; cuando toqués fondo, estarás listo para sanar”. O esta otra: “Tocar fondo quizás sea algo bueno, porque no queda de otras que subir”. ¿Crees, entonces –interrumpe el Sisimite– que mejor despanzurrarse de un solo para poder subir? -No he dicho eso –suspira Winston– ya que hay tantos que no quieren subir, porque subir cansa, requiere más esfuerzo; más bien a gusto con lo cómodo, con lo fácil, de ir cuesta abajo y seguir bajando; cavando hondo hasta la tumba).
“Para ver claro –frase memorable en El Principito– basta con cambiar la dirección de la mirada”. A propósito de lo anterior, vienen a la memoria unas palabras de nuestro mensaje de toma de posesión: “¿Qué vamos a hacer los hondureños? ¿Dónde nos ubicamos en esta inmensidad de logros y conquistas, cada vez más atrevidos e insospechados, en el extenso mapa planetario?”. “¿Qué nicho del mundo le corresponde a Honduras?”. “¿Qué somos, qué representamos, qué queremos, qué tenemos y para dónde caminamos?”. “¿Qué vamos a hacer?”. “No podemos quedarnos a la orilla del camino, amohosados, resignados, impotentes viendo pasar de lejos el cortejo de los que reciben el nuevo milenio en una explosión de competencia por la excelencia y los primeros lugares”. “Honduras debe incorporarse a las naciones que avanzan, que crecen, que progresan al ritmo de los tiempos”. “Nuestra Patria vive dolores que acumulan ya siglos, nuestras espaldas hondureñas están cansadas de trasladar siempre la misma carga”. “Los ojos de muchos de nuestros antepasados cercanos cerraron sus párpados, agotados de trabajar y luchar, sin haber visto la esperanza. Y entonces parece que no hay salida”. “Pero la historia es caprichosa como cambiante, al mismo tiempo que presenta encrucijadas, también nos ofrece grandes oportunidades que debemos aprovechar”. “Hoy estamos encarando esa oportunidad única”. “Daremos un giro importante y produciremos un cambio de dirección, de ritmo, de ímpetu y de actitud”. “No estamos aquí parados frente a ustedes para entregarles una serie de planes y promesas”. “Estamos para compartir con ustedes, nuestros compatriotas, una nueva forma de hacer política, una nueva manera de hacer gobierno y una nueva propuesta de hacer país”. “Y mucho más que eso. También una nueva forma de ser hondureños”. “Honduras ha elegido alzarse firme y decidida para enfrentar el futuro con voluntad, con fuerza y dignidad”. “Por ello vamos a girarnos”. “Sí, girarnos simplemente.”
“Y en vez de ir bajando siempre el monte hasta rodar al precipicio, comenzaremos a subir”. “Que es más difícil, que implica mayor esfuerzo, se gastan más energías y produce cansancio”. “Pero nos conducirá a la cima, al horizonte abierto y al futuro promisorio”. “Siempre es más fácil ir cuesta abajo, pero ir cuesta arriba, tiene la ventaja que aliviana el espíritu e inflama los corazones”. “Enfrentaremos la luz y el cielo con la mente despejada, con el vigor alerta, con las manos extendidas”. “Con optimismo, con el espíritu encendido, con conciencia vencedora y con la fe en Dios”. (Ya sabía –entra el Sisimite– que de algún lado habías sacado eso de “más difícil subir; bajar no cuesta nada”. -Ya ves –suspira Winston– recordar es vivir. Solo que hay quienes dirán que no siempre subir es difícil y bajar es fácil. Subir de peso es fácil y bajar es sumamente complicado).