Adiós, Don Jorge Bueso Arias

MA
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20 de septiembre de 2023
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04:25 am
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Adiós, Don Jorge Bueso Arias

Familiares y amigos escoltan el féretro de don Jorge Bueso Arias al salir de la Basílica de Suyapa, donde se ofreció una misa de cuerpo presente en su memoria.

“Si el pícaro supiera el negocio que es ser honrado, muchos serían honrados”, decía

El banquero Jorge Bueso Arias fue sepultado ayer en Tegucigalpa entre recuerdos de su vida filantrópica, emociones contenidas y globos lanzados al cielo de cientos de personas que destacaron su exitosa vida a la que solo le faltó ser presidente del país, un privelegio para otros políticos sin hacer mucho y que a él se le negó a pesar de sus sobrados méritos.

Después de una misa de cuerpo presente en la básilica de Suyapa, el féretro fue escoltado por una muchedumbre, vestidos de riguroso negro, caminando a paso lento y en silencio hasta llegar al ala norte de Jardines de Paz Suyapa. Los empleados del servicio fúnebre bajaron el ataúd lentamente colgado de unas cuerdas gruesas y en pocos minutos llenaron la fosa de tierra negra sellándola, a manera de alfombra, de flores blancas. De este modo, sin medios de prensa, por decisión de la familia, y antes que se cumplieran las 12:00 del mediodía enterraron 104 años de historia familiar, empresarial y política, dando paso a la leyenda.

Contrario a lo que se pensaba, los restos del también político fueron enterrados en Tegucigalpa y no en su querida Santa Rosa de Copán, donde nació el 14 de septiembre de 1919, hijo de Manuel Bueso Pineda y Lastenia Arias Fiallos, descendiente directa de los expresidentes, Juan Ángel Arias Boquín (1903), Céleo Arias (1874-1876) y Juan Ángel Arias (1829-1830).

Quedaron al lado de Juanita Bonilla y Venancio Callejas, padres de su esposa Mercedes Callejas Bonilla, nieta del expresidente de Honduras y fundador del Partio Liberal, Policarpo Bonilla, quien le sobrevive, que no estuvo presente para razones de su edad y salud.

Las exequias fueron encabezadas por sus hijos Isabel y Manuel Venancio, quien durante el servicio religioso explicó en su discurso de agredecimiento que en algún momento de la vida su madre expresó su deseo que la enterran a lado de sus padres en la capital y le dijo a don Jorge que él quedaba en libertad de hacer lo mismo, pero que este le respondio con un rotundo “juntos para siempre”.

“SU MEMORIA SERÁ BENDITA”

Un mural con su retrato en una pared de Santa de Rosa de Copán, donde nació el 14 de septiembre de 1919.

Su hijo también relató varias vivencias de su padre como un día que le ofreció un crédito a una comerciante de la calle, al darse cuenta del alto interés que pagaba a un prestamista, pero los oficiales del banco se lo negaron por falta de garantía. Con todo, don Jorge se lo autorizó a pesar que sus contadores le insistieron que ese crédito estaba perdido. “No se preocupen, si no lo paga ella, lo paga Dios”, les respondió.

Además, repitió una de las frases, que según dijo, eran las favoritas de su padre. “El perdonaba errores, pero no toleraba la deshonestidad, solía decir “Si el pícaro supiera el negocio que es ser honrado, muchos serían honrados” y la única forma de hacer negocios es respetando la ley, la moral y la ética”.

El servicio religioso estuvo a cargo del vicario Carlo Magno Núñez, quien también poderó la vida del empresario como lo hicieron cientos de personas de todos los estratos sociales que desfilaron por la funeraria La Auxiliadora durante las exequias. “Despedimos sus restos mortales, pero su memoria será bendita”, señaló el sacerdote.

Sus más allegados recordaron emocionados la capacidad del banquero de mantenerse activo por casi un siglo durante el cual forjó su nombre, además de una inmensa fortuna desde sus inicios como cajero de un banco de Santa Rosa de Copán. Luego, fue administrador de la tienda de su padre en San Pedro Sula y posteriormente, con tan solo 31 años fundó su propio banco, Occidente, en 1951.

FORJADOR Y PATRIOTA

En esos mismos años ingresó a la función pública colaborando a fundar el Banco Central de Honduras (BCH) y el Banco del Fomento que después pasó a llamarse Ministerio de Economía y Hacienda, del que fuera ministro posteriormente durante el gobierno de José Ramón Villeda Morales entre 1957 y 1963. También fue promotor del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y mediador de la paz durante la guerra de 1969 con El Salvador en la que también ayudó con sus propios recursos a los contingentes humanos desplazados en Ocotepeque, uno de los teatros de operaciones del conflicto bélico.

“¿Mirá, Oswaldo hay que evitar que nos invadan, contestale”, aconsejó a López Arellano, el todopoderoso general golpista que guiaba al país en aquel entonces, en el momento que recibió la llamada telefónica de su homólogo salvadoreño de turno, Fidel Sánchez Hernández, según recordó en sus propios escritos.

En esa misma época, en 1971, buscó la presidencia de la República, pero la división y el egoismo de algunos líderes liberales de entonces, pidiendo que no votara por él, provocaron la derrota frente al nacionalista Ramón Ernesto Cruz.

Desde entonces, se retiró de la política y solo reapareció encabezando la comisión para la reforma del sistema de justicia en el gobierno del expresidente Carlos Flores entre 1998-2002. “¿Y para qué quiere ponerme en eso si yo no soy abogado?”, le respondió al mandatario cuando se lo propuso. A los meses le entregó un proyecto completo ad- honoren.

Empleados del banco de Occidente lo despidieron también con globos rojos

EL HOMBRE DEL PURO

Por lo demás, alternó su vida ocupándose de su banco, participando en actividades filantrópicas, como la fundación Teletón y el deporte y dando entrevistas a la prensa sobre el rumbo del país con fuertes criticas a los gobiernos de turno sin importar el color político. Se opuso el intento de relección del expresidente Manuel Zelaya con el proyecto de la Cuarta Urna, a pesar que lo había condecorado con la orden “José Cecilio del Valle”, la más alta distincion del Ejecutivo.

También se fue de frente con la reelección de Juan Orlando Hernández, quien le concedió a su banco un fideicomiso de 100 millones de lempiras para la compra de medicinas a los hospitales públicos, por lo que ahora sus detroctores lo critican. Bueso Arias aclaró en su momentó todo el finiquito de la ejecución de los fondos. “El retraso de este país se debe a los líderes políticos que hemos tenido”, decía frecuentemente.

Como parte de la despedida, la carroza fúnebre visitó la sede principal en el sector de Miraflores de la capital, donde despachaba con frecuencia. Aquí, sus empleados y clientes lo recordaron saludando en los pasillos sin las ínfulas de otros ejecutivos.

Fumaba puros, vestía de elegante con saco, corbata y un sombrero de ala redonda, de junco, copaneco. Siempre estaba sereno. “Nunca lo vi estresado, a veces olvidaba su sombrero y se bajaba del carro a traerlo, no permitía que ni el motorista se lo llevara”, contó en el velatorio Lourdes Alvarado, la que fuera su asistente los 38 años.

UN GRAN PRESIDENTE

El forjador, el emprendedor, el empresario, el banquero del siglo, el caballero de la política, fueron otros de los sombreros que le adjudicó la gente en su condición de ciudadano correcto.

“Todo el mundo lo conoce como el banquero, el empresario, pero no le conocen como el hondureño, el humanista, el que sentía a Honduras en su alma”, dijo el exdirector de HRN, Nahúm Valladares. “Infortunadamente, esas intrigas de la política impidieron que fuera un gran presidente”, recalcó el analista político Jorge Yllescas.

Y las frases de despedidas retumbaron en las redes sociales y los medios a lo largo de su velatorio. “Honduras pierde un gran ser humano”, agregó el presidente de Televicentro, Rafael Villeda. “Hondureño invaluable”, declaró el Cohep. “Un día triste para la familia centroamericana, último fundador sobreviviente”, declaró el presidente del BCIE, Dante Mossi.

Por su parte, el presidente de los empresarios de la costa norte, Eduardo Facussé, aseguró que “la patria pesa menos”. “Un gigante de la banca nacional”, subrayó su sobrino y presidente del emporio banco Atlántida, Guillermo Bueso. “Su capacidad y honradez trasó un camino a seguir por muchas generaciones”, dijo el vicepresidente del Congreso, Hugo Noé Pino. “Ejemplo de vida para muchos hondureños”, sostuvo el jefe de la bancada del partido oficialista, Libre, Rafael Sarmiento.

Por su parte, el diputado liberal, Mauricio Villeda, hijo del expresidente Villeda Morales, declaró que “deja una huella imborrable en la historia de Honduras”, mientras que otros líderes de su partido lo calificaron como un “hombre de honor y valores”. (EG)

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