¿EL TSUNAMI?

ZV
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23 de septiembre de 2023
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12:30 am
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¿EL TSUNAMI?

YO no quiero –escribe una buena amiga– vivir en ese futuro que una IA controle mis emociones; qué terrible sería que me dieran un diagnóstico por contadas las veces que vaya al baño o que me levante a medianoche por pesadillas, o que me diga como alarma mañanera: Mijita, bájale al pan y las tajaditas que estás subiendo tantas libras”. “No… me rehúso, me da mucho miedo pensar en ese futuro inteligente”. “Yo sí controlo mis ansiedades, con “mi día es hoy” o con el título ‘el futuro es hoy’”. “¿Sabe cómo me controlo? Cada vez que me levanto con alguna preocupación o ansiedad por el mañana aún lejano, me pongo de pie, me quito los zapatos, hago que mis pies sientan el frío del piso, cierro mis ojos, y me hago preguntas: ¿Tienes sustento, tienes vivienda, tienes trabajo, tienes familia?”. “¿Has visto la misericordia y la compasión de Dios en tu casa?”. “Y la respuesta que me doy es sí”. “Entonces abro mis ojos, me pongo mi calzado y salgo adelante, feliz porque tengo todo lo que me pregunté”. “Efectivamente, el futuro es hoy”.

Otra buena amiga: “Excelente editorial, mi presidente, como siempre”. “Es un espacio de constante aprendizaje; me encanta la narrativa, como lo plasma y combina las opiniones del colectivo”. “Usted narra detalladamente con agrado al lector, su toque personal y me divierte la ironía, el sarcasmo y desde luego las intervenciones del Sisimite y Winston”. El amigo académico: “Me alegra mucho cómo y con qué entusiasmo le responde el colectivo a su motivante e informador editorial”. “Yo leo con entusiasmo, pero le confieso que no miro cuándo y cómo se va a lograr motivar –mínimamente– la clase política y a la empresarial acerca del tsunami intelectual y tecnológico que está sacudiendo a todo el mundo, menos a nosotros”. “Aún en nuestro mundo académico siento mucha timidez de los líderes al abordar este tema”. “The Coming Wave”, el libro escrito con magistral pluma por el joven británico (nacido y creado en Londres, pero con una rama de su familia de origen sirio) Mustafa Suleyman, tiene la tomografía tecnológica y política completa del mundo de hoy”. “La clase política que ignore esta gran transformación de los humanos –comparable con el invento del fuego y superior a la revolución agrícola e infinitamente superior en impacto y rapidez a la revolución industrial–, repito, la clase política que ignore este escenario, condenará a la sociedad que dirige a vivir en la Edad de Piedra”. “Y el precio, impagable, se lo cobrarán a nuestros hijos y nietos”. Una legisladora amiga: “Esto de la inteligencia artificial nos vuelve más mudos”. “Ayer fui a comprarme un vestido; por medio de una máquina me establecía dónde me lo media”. “¿Pero con quién platicar?: ¿Me miro gordita, el largo está bien?”. “Me doy cuenta que la inteligencia artificial es buena, pero nos lleva a vivir más en silencio”.

Otra leída amiga: “NPC (“non player characters”) son personajes que en los videojuegos fungen con la programación del “gamemaster”, pero en la vida real se refiere a las personas que repiten alguna narrativa sin usar su pensamiento crítico”. “Los que ponen en sus perfiles insignias, etiquetas y eslóganes promovidos en las redes sociales son un ejemplo de NPC”. “Cuando veo que ponen pronombres, la bandera de arcoíris o de Ucrania, el puño de BLM y listones de algún color sin razonar o activamente abogar para remediar un problema parecen loros”. “En la casa de Greta hay bolsas de plástico y hasta energía a base de fósiles”. Un amigo notario: “¿Aquí? ¡No pasa nada!, no hay futuro, solo pasado”. Un amigo abogado: “En muchos casos, el vivir el ayer trae depresión, el vivir el mañana ansiedad, a mi criterio, mejor es vivir el presente, sin olvidar el pasado e ignorar el futuro”. “Pero hacer bien lo que nos toca ahora, pensando en los destinatarios de nuestras acciones”. “Al final, el presente se volverá pasado y el futuro presente”. “Solo Dios sabe qué parte del futuro nos tocará”. “Y volviendo al presente, gracias presidente, por hacernos filosofar”. (¿Y vos qué opinás –entra el Sisimite– del editorialista que puso una imagen tuya en su perfil? -¿No me digás –riposta Winston– que estás celoso porque no puso la tuya? Es que yo le alegro la vida, y ahora que la nieta se fue unos meses a estudiar y me lo dejó de encargo, tiene que dedicarme más tiempo. A vos te fuimos a buscar el otro día para que te conociera y a saber dónde te metiste; no te encontramos. -¿Y por qué –insiste el Sisimite– no habrá puesto mejor un retrato suyo en su perfil? -¿No te gusta el mío? –reflexiona Winston–aparte que, mejor mi retrato que el perfil suyo por narizón. -No te digo –solloza el Sisimite– vos ni a los tuyos respetás. -Sí los respeto –suspira Winston– pero una muestra de seguridad en sí mismo, es no tomarse muy en serio, ni perder el don del buen humor).

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