TÉCNICO PEDRO NUFIO: EL RENACER DE NUESTROS ORÍGENES
Bella representante de la etnia los pech.
Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email: [email protected]
DANLÍ, El Paraíso. Lo que no se vio y dijo, lo escribimos para la historia. El gran ejemplo cívico del Centro Técnico Vocacional “Pedro Nufio”, durante la celebración del 202 aniversario de la independencia y la exaltación al “Renacer de nuestros orígenes”, visto a través de las representaciones alegóricas.
Este centro de estudios comenzó labores en 1995, con 160 alumnos para ofrecer una educación de calidad. Con 28 años de trayectoria sobresale en diferentes áreas artísticas: la más reconocida es la banda de guerra. El área académica base fundamental para el desarrollo, con participaciones en las olimpiadas de Matemáticas, Física, y Oratoria. 86 docentes constituyen la fuerza motora de esta institución. 1,300 alumnos en sus diferentes modalidades; el Ciclo Básico Técnico, Bachiller Técnico Profesional en Desarrollo Agropecuario, Bachiller Técnico Profesional en Confección Industrial, Bachiller Técnico Profesional en Construcciones Metálicas y Bachiller Técnico Profesional en Industria de la Madera.

Durante la celebración del 202 aniversario de la independencia el Técnico Pedro Nufio marcó la diferencia con el lema, “El renacer de nuestros orígenes”, idea original de un equipo de docentes, cuya creatividad, acercó al público a conocer la historia, cultura, costumbres y tradiciones de nuestro pueblo.
Durante el desplazamiento del desfile, el cuadro de honor conformado por 46 estudiantes con excelencia académica en el que se destacan integrantes de banda de guerra, palillonas, cuadro de danzas folclóricas, grupos étnicos, jóvenes destacados con un alto nivel académico y disciplinario fueron los portadores del estandarte de la institución. Además, la belleza campesina estuvo presente con un fabuloso cuadro de palillonas integrado por ocho jovencitas representantes de la belleza danlidense.

Haciendo honor al lema, lo más destacado fueron los cuadros alegóricos de las principales etnias, comenzado con los lencas y la presentación del “guancasco”, una de las principales tradiciones de los pueblos indígenas del país. Los tawahkas, con la jocosa danza del zopilote. En esta alegoría hondureña, un zopilote vive una vida glotona, y después de comer dos burros completos, uno flaco y el otro gordo, se encuentra con un final prematuro. Este cuento jocoso lleva a un funeral tradicional entre campesinos.
Los tolupanes o xicaques. Este histórico grupo es uno de los más antiguos de la nación. Conservan en gran parte su lengua original jicaque-tol. Los pech, con su danza “La Aguantera”, era uno de los bailes populares. Náhuatl y su danza Pipil. Este grupo étnico se encuentra en los departamentos de Choluteca y El Paraíso. Los misquitos, radican en el departamento de Gracias a Dios. Los pueblos garífunas es una cultura ancestral que tiene su origen en la unión de tres culturas; la africana, arawak y caribes. Declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Los mayas-Chortís, fueron el grupo indígena más desarrollado de Honduras. Construyeron varias ciudades a lo largo de la zona occidental del país. La mayor presencia de esta cultura se localizó en los departamentos de Copán, Ocotepeque y Santa Bárbara.
Copán Ruinas es uno de los complejos arqueológicos más grandes en Honduras; fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Es uno de los mejores conservados a nivel nacional. Dentro de las Ruinas de Copán se puede observar imponentes estructuras y esculturas, como estelas, túneles subterráneos, piedras con formas orgánicas, el juego de pelota y el templo Rosalila.

Con la danza del jaguar cortejamos el juego de pelota, el cual era realizado por hombres, mujeres y niños. La pelota representaba el sol, tenía un peso aproximado de diez libras, elaborada a base de resina.
Luego de que se realizaba el juego de pelota, en algunas ocasiones el ganador recibía alimentos y algunas ofrendas, también se realizaban algunos sacrificios, entre los cuales tenemos tres tipos: degollamiento, desmembramiento y el más utilizado, la extracción del corazón, ellos lo hacían para extraer la sangre y así purificar el alma. Para el ganador, ser sacrificado era un ritual sagrado. Los sacrificios eran ocasionales y, cuando se daban era por el deseo de ofrecer la vida a los dioses. Durante el desfile cívico, un colorido cuadro de danzantes atrajo la atención del público al revivir una época de historia y cultura con la danza del dios jaguar, el cual era símbolo de poder, muerte. Las prácticas chamánicas, el inframundo, la agricultura, la fertilidad se asociaban con el sol, pero también con la noche (la luna).

Por lo tanto, los antiguos creían que tenían la habilidad de cruzar entre el mundo de los vivos y los muertos. El jaguar también era símbolo de vida. Es por eso que se cree que el juego de pelota era mucho más que un deporte. Para culminar la danza, el dios jaguar le entrega el corazón de la jugadora sacrificada como una ofrenda a la diosa rosalila, quien porta un traje que representa el templo Rosalila, el cual fue un recinto sagrado dedicado al primer gobernante de Copán.
Hoy la danza tradicional o folclórica que forma parte de los procesos de institucionalización del arte y la cultura en Honduras. De esta forma, esta institución educativa pretende visualizar el aporte de la danza tradicional en la edificación de instituciones educativas y culturales de carácter oficial.
De esta manera, el Centro Técnico Pedro Nufio cerró con broche de oro su participación en el 202 aniversario de la Patria en un marco impresionante de belleza, color, ingenio y creatividad.

