“Breaking Bad”, la pesadilla del sueño americano
Bryan Cranston y Aaron Paul en una escena de la segunda temporada “Breaking bad”. 2009 Sony Pictures Television Inc. All Rights Reserved. Lewis Jacobs/ Still Photographer, 2008
La serie tiene como protagonista a Walter White (Bryan Cranston), un oscuro profesor de química en un instituto de la ciudad de Albuquerque. A punto de cumplir cincuenta años es diagnosticado de un cáncer de pulmón en estado avanzado.
La enfermedad y las duras condiciones del sistema de salud de Estados Unidos, que amenazan con llevarle a la ruina para pagar los costosos tratamientos médicos, dan un vuelco a su vida personal y familiar.
Tres circunstancias, edad, enfermedad terminal y el futuro económico de su familia le empujan a buscar en la fabricación de metanfetamina la salida más fácil a sus problemas.
Gracias a sus conocimientos de química y los contactos con su antiguo alumno Jessy Pinkman (Aaron Paul) fabrica la mejor metanfetamina que los adictos de su ciudad han conocido. Es el punto de partida de un viaje sin retorno junto a Pinkman.
LA ESTRECHA LÍNEA QUE SEPARA EL BIEN DEL MAL.

En una sociedad en la que el éxito económico divide a las personas entre triunfadores y perdedores, el apocado profesor de instituto y padre de familia se transforma en Heisenberg, un exitoso “hombre de negocios” cuyo nombre circula como una leyenda por los bajos fondos.
Así, el deseo de dejar en una buena situación económica a su familia ante su inminente muerte, le transforma en un ser codicioso y falto de escrúpulos. El deterioro moral que da título a la serie, “Haciéndose malo” (Breaking Bad).
SECUNDARIOS DE LUJO.
Uno de los aciertos de la serie es la construcción de personajes que interactúan en un universo propio. Su socio, Jesse Pinkman, un atolondrado joven, ejemplifica la inocencia que Walter White pierde durante su metamorfosis.
Por la serie circulan drogadictos, a los que su adicción convierte en víctimas fáciles de los carteles mexicanos de la droga, representados por Tuco Salamanca (Raymond Cruz) y su astuto tío Héctor (Mark Margolis), que en silla de ruedas y comunicándose solo a través de un timbre pone en graves aprietos a los protagonistas.
Saul Goodman (Bob Odenkirk), un extravagante abogado, se ocupa de los asuntos legales, mientras Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks), un duro expolicía, busca soluciones, no siempre legales, a los problemas de seguridad.
Otro destacado personaje es Gustavo Fring (Giancarlo Exposito), un respetado empresario que desde un oscuro origen ha levantado un imperio de restaurantes de comida rápida bajo el que esconde su negocio de fabricación de metanfetamina.
El círculo familiar lo componen su esposa, Skyler White (Anna Gunn), la testigo más cercana de su decadencia, y el hijo de ambos, Walter jr. (RJ Mitte), que lucha contra su discapacidad y las desventajas que le produce.
En el lado de la Ley se sitúa su cuñado, Hank Schrader (Dean Norris), un agente de la DEA quien junto a su compañero Steven Gomez (Steven Michael Quezada) investiga el tráfico de metanfetamina y acaba tras la pista del hermano de su mujer.

LA ESTÉTICA DE UNA SERIE MULTIPREMIADA.
Con 58 nominaciones y 16 premios Emmy, incluidos mejor actor protagonista, actriz, actor de reparto y mejor serie dramática, “Breaking Bad” es una de las series más premiadas de la historia. Un reconocimiento en el que tiene mucho que ver la elección de actores y la originalidad e imaginación de su puesta en escena.
Colores saturados, claroscuros y preferencia por la luz natural frente a la iluminación artificial dan a la serie una estética moderna y rompedora que enfatiza los conflictos psicológicos y el dramatismo. La tensión está construida a partir del uso de cámara al hombro y la elección de encuadres y composiciones arriesgadas.
Cada episodio arranca con un pequeño tráiler que introduce lo que va a pasar en el capítulo y prepara a los espectadores para unos cuidados títulos de crédito, que juegan con los elementos químicos de la tabla periódica y las iniciales del nombre de actores y equipo técnico.
MÁS ALLÁ DE “BREAKING BAD”.

Desde su despedida, los fans de “Breaking Bad” han sobrellevado el síndrome de abstinencia provocado por su ausencia con la emisión de una precuela, de nombre “Better call Saul”, y un telefilme llamado “El Camino: A Breaking Bad Movie”.
La precuela muestra, con abundantes elipsis temporales, la vida del abogado Saul Goodman y su “hombre para todo”, Mike Ehrmantraut, y los acontecimientos previos y posteriores a la serie.
Por su parte “El Camino: A Breaking Bad Movie”, se centra en lo que le ocurre a Jessy Pinkman a partir del cierre del último capítulo. Dos trabajos que hacen soñar a sus seguidores con nuevas entregas del universo “Breaking Bad”.


Gerardo Domínguez.
EFE REPORTAJES