Aún es imprevisible el París Saint-Germain, lejos de su mejor versión, cuya autoridad presumible en la Ligue 1 está más en entredicho después de su 0-0 en casa del hasta ahora colista, el Clermont, al que no sólo fue incapaz de ganar, por los méritos del portero Diaw y de un colectivo heroico, sino que necesitó dos paradas de Gianluigi Donnarumma y el poste para no verse en un aprieto mayor, aún fuera del liderato.
Al inicio de la segunda parte, en el primer minuto de la reanudación, una doble ocasión de su adversario a punto estuvo de crear aún más daño al bloque de Luis Enrique Martínez. El primer remate lo paró el guardameta italiano, el segundo, a menos de un metro, lo repelió milagrosamente el poste para agrandar la inseguridad de un campeón aún entre las dudas.