Roberto Boico, magistrado y exabogado de Cristina Fernández: “El juez despolitizado no existe”
El juez argentino anticorrupción, Roberto Boico, defiende con pasión la independencia judicial frente a la presión de los políticos y la prensa. Recientemente, estuvo en el país compartiendo su experiencia con sus colegas hondureños y estudiantes universitarios. Sus detractores le cuestionan su amistad con la exmandataria, Cristina Fernández, de quien fue su abogado antes de asumir la magistratura, pero él se presenta en esta entrevista como un juez que ejerce “con épica” y total apego a la ley. Sencillo y franco, conversa sobre Milei y los flagelos comunes de los pueblos latinoamericanos, como la corrupción, la impunidad y la deuda externa, entre otros.
—¿Qué sabía de Honduras antes de venir?
La verdad, muy poco, creo, que América Central se está haciendo un poco más conocida por las informaciones del presidente Bukele, después, la verdad, conocemos poco, esto tengo que decirlo con gran déficit nuestro, no sé si será recíproco con respecto Argentina.
–No, aquí se sigue mucho a Messi y ahorita mismo la atención está si va a ganar el fenómeno Milei o van a meter presa a Cristina Fernández ¿Cómo lo ve?
Bueno, somos futboleros, eso es algo muy común entre los pueblos de la región, con la suerte para nosotros de haber conseguido tres Copas del Mundo y tener dos figuras universales como Messi y Maradona.
—¿Va ganar Milei?
Es una pregunta difícil por por mi calidad de magistrado, pero para no esquivar la respuesta, le puedo decir que yo no sé quién va a ganar. Cuando usted me habla del fenómeno Milei, le puedo decir que es un político nuevo, que, evidentemente, ha captado muchas voluntades que la política tradicional dejó ir. Después, uno podrá juzgar si son buenos o malos sus proyectos, pero, evidentemente, estamos en un momento de la política argentina entre lo novedoso y la política tradicional. Hoy por hoy, y desde el 2001, cuando tuvimos cinco presidentes, estamos otra vez en un momento difícil.
—¿Y del caso de la vicepresidenta Fernández?
Ahí, menos, puedo hablar, pero lo único que espero de mi Poder Judicial es que tenga las agallas suficientes para administrar justicia no importa con quién sea. Lo que venga, lo hagan con la constitución en la mano.
–Nos visita en un momento que estamos sin fiscal general ¿Es grave?
Bueno, les cuento que en Argentina estamos hace un montón de tiempo sin que la política se ponga de acuerdo con la mayoría que exige la constitución y la ley para designar un nuevo procurador. Está mal, claro, porque el procurador y el fiscal general diseñan la política criminal del Estado.

—¿Cuál es el mayor reto de la justicia en la región?
Recuperar la confianza en el pueblo, que es en definitiva nuestro mandatario, con un Poder Judicial que honre su misión constitucional, que cuando le llegue alguna denuncia, tenga el coraje y la valentía para hacerlo aún cuando los momentos políticos no son los que quizás puedan asegurar un trabajo en tranquilidad.
—¿Qué tan cómodo imparte justicia usted?
En lo personal, nunca me han llamado, no me han presionado directamente, generalmente, las presiones ocurren por vía indirecta, como en la prensa, pero la crítica es parte de nuestro trabajo.
—¿Cómo despolitizar el Poder Judicial?
En realidad, la idea del juez despolitizado no existe, es mentira, lo que uno no tiene que ser es partidario. En mí caso, no me importa quién se sienta en el banquillo de los acusados, si es del partido ABC, aplicar la ley no tiene que ver con el color partidario.
–Aquí, como el Congreso nombra a los magistrados de la CSJ, ya se sabe el color político ¿afecta?
Nosotros estamos sometidos a esas calificaciones también, de hecho, en mi caso, se me emparenta con el peronismo-kirchnerismo, pero yo no soy kirchnerista, ni nada, soy un juez de la República, entonces, en el ejercicio de mi función institucional, no hay partido alguno que influye en mi decisión.
—¿Y la prensa?
Siempre vamos a estar mirados por la prensa porque, aparte, nosotros tenemos que estar lo más fuertes posible para evitar deprimirnos, sentirnos vulnerables y presionados a notas periodísticas, aunque nos duelen, pero si no está dispuesto a hacerlo, entonces, es mejor no ser juez.
—¿Algún roce con los medios?
Alguna nota que ha ido un poco más de lo esperado, pero es parte del juego democrático, soy una persona pública y estoy sujeto a este tipo de comentarios.
—¿Qué tanto ayudan las penas duras en reducir los delitos?
Hay una tendencia mundial a endurecer las penas para disuadir el delito, pero las estadísticas no dan ese resultado. Creo que más que leyes duras o blandas, con la aplicación de la ley, tal cual está, le puedo asegurar que eso cambia radicalmente la situación. El problema es que a veces el sistema judicial no termina satisfaciendo las demandas que todo pueblo exige: una justicia rápida, eficiente y que llegue a tiempo.
—¿Es usted juez “yuca” (riguroso), como decimos aquí?
Yo soy un juez de la Constitución, si usted me puede decir así, yo estaría contento. Los procesos del Poder Judicial no tienen que ser ni duros ni blando, tienen que ser lo que la ley le indica: respetar el debido proceso, con igualdad de la ley, no puedo tratarlo diferente a usted respecto a otra persona, cuando eso ocurre el sistema funciona mal y hay corrupción e impunidad, yo aplico la ley con la rigurosidad y la firmeza sea para condenarlo o sea para absolverlo.
—¿No le tiembla la mano con nadie?
Cuando ejerzo la profesión de juez, lo hago con épica, cuando yo tengo la bandera de Argentina a mi costado, me emociono y me impulsa a ser un juez de la Constitución, yo no me arrepiento de ninguna sentencia que dicto, ya sea en casos complejos, para mí todos tienen la misma importancia, si es alto funcionario o empresario, ante el expediente, tengo los ojos vendados.
—Los jueces hablan con sus fallos, dicen…
Es cierto, pero también a veces tenemos que hablar un poquito sin confundir los roles.
–Muchos presidentes de América Latina se reelegieron recurriendo a la CSJ aun cuando la Constitución lo prohíbe ¿Qué opina?
Si el pueblo está contento con un presidente y lo quiere reelegir, es un tema que, cuando menos, merece el debate público, sin embargo, si la Constitución no lo permite, no se puede inventar, no se puede forzar la ley.

—¿Cuándo acabará ese debate entre la Fiscalía y los jueces echándose la culpa por los fallos?
Lo que yo veo mucho en las investigaciones penales es que en algunos casos hay mucha deficiencia, no se puede crear una condena con el mero ritualismo, uno tiene que dictar la sentencia conforme a lo que hay en el expediente.
—¿Qué otro flagelo en común tiene la región desde su perspectiva?
La deuda externa es un flagelo que nos ha atravesado todos los pueblos latinoamericanos, tenemos que trabajar para transformar esta realidad muy triste.
—¿Sus papás querían que fuera abogado?
Vengo de una familia humilde, si ellos vivieran estarían orgullosos de su hijo.
—¿Jugó fútbol?
Claro, de “wing” (ala) derecho, un siete.
ÉL ES…
Roberto José Boico es juez penalista de la Cámara Federal de la ciudad de Buenos Aires. Recientemente estuvo en Honduras, invitado por la embajada de Argentina, impartiendo las conferencias magistrales “Desafío de la justicia en tiempos de tensión” y “La práctica profesional en el ámbito penal”, entre la comunidad universitaria y profesionales del derecho.