Clave de SOL: Fragmentos de Juan Valladares
Por: Segisfredo Infante
Una vez, hace tantos años, llegó a mi oficina don Juan Bautista Valladares Rodríguez (primo hermano del archivista Julio Rodríguez Ayestas). Le presenté a dos chicas que realizaban una tarea sobre temas de español y literatura. A ellas les aconsejé que consultaran con don Juan Valladares. Así que me desplacé hacia el taller de la vieja Editorial Universitaria de la UNAH (taller que más tarde fue desmontado por otras personas) y regresé como treinta minutos después. A “Don Juan” se le había olvidado el motivo de su visita. Horas más tarde llamé a Leo Valladares con el fin de preguntarle por la razón de la llegada de su señor padre. Al día siguiente me informó que su padre gestionaba una nueva edición de su libro “La Virgen de Suyapa” (1946), basado en documentación archivística de primera mano. Entonces publicamos una edición facsímil de aquel libro, que tal vez deba encontrarse en puestos de libros usados.
Cuando se habla de genealogistas hondureños, el primer nombre que cruza por mi mente es el de Juan Valladares Rodríguez. Seguidamente pienso en Mario Felipe Martínez Castillo (experto en genealogías de Comayagua). También emerge el nombre de Manuel Antonio Rodríguez (o “Manuelito”), quien conoce, de memoria, los antecedentes de las familias de Tegucigalpa, lo mismo que Roberto Bográn Idiáquez. Ello sin olvidar a Gonzalo Luque y a Perfecto H. Bobadilla en San Pedro Sula. Un historiador más joven, que también cultiva la subdisciplina de la genealogía, es Libny Rodrigo Ventura Lara, quien además conoce los orígenes de varias familias del occidente de Honduras. Es más, acaba de escribir una genealogía de los antepasados de don Jorge Bueso Arias.
Pues bien. Volviendo al abogado e historiador Valladares Rodríguez, deseo relatar que, en algún momento de mi vida, visitando archivos y hemerotecas, tomé fotocopias de por lo menos cuatro artículos suyos publicados en periódicos hondureños. Los artículos son, en orden cronológico, los siguientes: A) “En defensa del general Cabañas” (publicado en diario “EL Día”, el jueves 10 de septiembre de 1970). B) “Sentido de responsabilidad y austeridad…” (publicado en diario “Tiempo”, el siete de enero de 1971). C) “Raíces hondureñas del general Cabañas” (publicado en la revista “Extra”, con fecha de pie de página del 12 de junio de 1971). D) “Algunos ascendientes de don Santos Soto” (publicado en “La Tribuna” del jueves 26 de octubre de 1978).
Quiero rescatar ciertos pasajes de “Don Juan” relacionados con José Trinidad Cabañas, que aparecen en tres de los artículos citados. Son una especie de respuesta a un historiador que aparentemente denigró a Cabañas. No me queda claro si acaso se trata del historiador Fernando Ferrari Bustillo o de Félix Salgado; pero esto es secundario, ya que en todo caso lo que importa es el contenido. Veamos varios renglones: “en 1851 el Congreso de Honduras condecoró” (a Trinidad Cabañas) “con el título de SOLDADO ILUSTRE DE LA PATRIA”. Cabañas era, según Valladares Rodríguez, “paladín de la probidad y el pundonor.” Y agrega, con un sentido irónico lo siguiente: “A Cabañas no se le erigió una estatua entera, porque no tuvo ni brazos ni bolsillo para malversar la más ínfima pieza de moneda provisional.” Era un caballero que poseía una “recia personalidad del más sencillo y del más amado de nuestros próceres.” En el tercer artículo arriba citado, Valladares expone las raíces genealógicas del general Cabañas. De entrada, menciona que era pariente consanguíneo de Dionisio de Herrera y de Juan Nepomuceno Fernández Lindo. Luego esclarece que el abuelo paterno de este soldado morazanista, era un español avecindado en el partido de Olancho, conocido como “Capitán don Vicente Cabañas” y su abuela, también paterna, “doña María Antonia Herrera”. De la familia Herrera de Olancho procede el padre de Dionisio de Herrera (detalle que habría que corroborar), quien se casó con una tía de José Cecilio del Valle, motivo por el cual ambos próceres eran primos hermanos. Y verdaderos amigos.
Confieso que me ha sorprendido la ascendencia olanchana directa de José Trinidad Cabañas y de Juan Jacinto de Herrera, padre de Dionisio de Herrera. También el parentesco cercano de este soldado morazanista con el presidente Juan Lindo, quien facilitó el retorno político, a Honduras, del general Cabañas. Para el primer centenario del fallecimiento del “SOLDADO ILUSTRE DE LA PATRIA” (1971), los olanchanos Medardo Mejía y Guillermo Emilio Ayes, escribieron y publicaron el libro, a cuatro manos, “Trinidad Cabañas, soldado de la República Federal”, texto que habría de escudriñarse a fin de identificar las posibles coincidencias o contradicciones con Juan Valladares Rodríguez. Por otro lado, en fecha más reciente, otro historiador demostró, con documentos en mano, que el general José Trinidad Cabañas fue protegido directo del presidente José María Medina, lo cual podría semejar una paradoja de la historia.