ROBERTO SALUSTIO CHIRINOS: EMPRENDEDOR VISIONARIO Y CREATIVO.

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15 de octubre de 2023
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12:22 am
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ROBERTO SALUSTIO CHIRINOS: EMPRENDEDOR VISIONARIO Y CREATIVO.

14 metros de altura y 60 escalones para llegar a la cima.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email:[email protected]

DANLÍ, El Paraíso. Los sueños, sueños son; pero en algunos casos se convierten en realidad, aunque sea construyendo una casa en la copa de un gigantesco árbol de ceiba en la aldea El Pescadero que, dentro de pocos años este sector se convertirá en una ciudad cosmopolita.

La historia de hoy es con un emprendedor visionario, cuya vida es producto en primera instancia del sacrificio de una madre y abuela que en los primeros años de vida le inculcaron valores y principios para hacerlo un hombre de bien.

Roberto Chirinos, nació en Juticalpa, departamento de Olancho en 1961. Con la mesura que lo caracteriza cuenta que por razones intrafamiliares, su madre emigro a la capital con toda la familia porque en ese momento falleció su padre. No tuvo la oportunidad de conocerlo porque para entonces solo contaba con solo 4 meses de haber nacido.

¿Qué paso después? “Viví con mi mamá en el barrio Los Dolores de Tegucigalpa, éramos cuatro hermanos, yo el menor. Mi abuela materna vivía sola, ella sintió el derecho y le ordenó a mi madre que se llevaba con ella al pequeño “Roberto”, que solo contaba con 5 años. Mi abuela era una señora con formación a la “antigua”, conservadora, muy delicada, mis recuerdos no son muy gratos, me crie con ella hasta la edad de 12 años”.

Vistoso pasillo con vista a los cultivos de maíz.

¿Regresó con su madre? “Efectivamente, regrese a Tegucigalpa, para entonces ya éramos ocho hermanos, cinco varones y tres mujeres. A los 13 años, mi madre nuevamente emigra de Tegucigalpa para Comayagua, en esa transición pasaron dos años y medio, logre terminar mi primaria en la escuela Lempira de Comayagüela. Al salir de la primaria, inicie la secundaria en el instituto Central “Vicente Cáceres”, hice primero y segundo ciclo, ahora sería el séptimo y octavo grado.

¿Para entonces cuál era su situación económica?” Realmente era precaria, no tenía alternativa para abrirme paso en la vida, entonces me enrolé en el Ejército, le serví a la Patria 17 años. Ascendí de tropa a oficial, seis años en escala básica y 11 años como oficial en el arma de artillería. Por razones de estudio y económicas en 1996 opté por retirarme del Ejército con el grado de teniente efectivo”.

¿Qué hizo al salir de Ejército? Era una nueva vida; una vida que no conocía, ya era un ciudadano común, confieso que no fue fácil, pero la voluntad de Dios siempre guio mis pasos. Di muchos tumbos en todo lo que se presentó, desde la venta de lácteos en la calle, vendí cerdos, gallinas, ropa y hasta “burras” en el estadio. Así comencé a conocer el mundo de los negocios y conozco la gracia y la misericordia de Dios que, es la única explicación que le encuentro a la vuelta de mi vida”.

Una vista a la planicie del pequeño valle.

¿Qué paso con los negocios ambulatorios? “En 1997, emprendí un negocio en el mercado Las Américas, puedo decir que en razón de año y medio ya había obtenido un buen capital. Pero, no contaba con la naturaleza y posiblemente los designios de Dios. Ocurrió el huracán Mitch y arraso con todo. A partir de allí llegó el momento de darle vuelta a la página y comenzar de nuevo, fue un proceso difícil para lograr una recuperación”.

¿Cómo llega a Danlí? Sonríe y responde: “Una deuda con un empresario me trajo a Danlí; la tierra que fluye leche y la miel. Les cuento a mis amigos que cuando conocí Danlí sentí el cariño de la gente; sentí que mi vida estaba en Danlí. Después comencé a trabajar con una empresa, fue una bonita experiencia, pero mi decisión de ir más allá en los negocios me impulso incursionar en los Bienes Raíces como una buena opción para mejorar, ahora ese es mi mundo y el área de los negocios. De allí surgió el primer proyecto habitacional conocido como “Residencial Lomas de Sinaí”, con buen suceso”.

¿Cómo surge la idea de la casita sobre el árbol de ceiba? Fue un sueño bajo la inspiración de mi abuelo, siempre lo acompañaba a la montaña a cortar café, vi que construía palomeras (jaulas), observé que las colocaba en la copa de los árboles, fuera del alcance del hombre y, así todos los días había caza. El asunto es, yo no la miraba como una palomera, en mi mente se grabó una idea increíble que podía hacer una casa en un árbol y pernoctar una noche o pasar un día de descanso. De alli surgió la idea de construir una casa en lo que hoy ya se conoce “Ciudad nuevo Pescadero”.

Vista desde el pie de la frondosa ceiba.

¿La casa en el árbol qué significa realmente? “Con el proyecto habitacional en este sector, en primer lugar, además de una curiosidad es parte de la motivación para los posibles clientes a futuro. Tiene un costo arriba de un millón, es un atractivo turístico. Ninguna de las ramas del árbol fue dañada y, lo más interesante es que el árbol conserva el follaje verde. Es un punto de referencia para la propuesta habitacional. Han llegado visitas de varios países de América”.

¿Dónde está Dios en esta historia de vida? Desde niño tuve el sentimiento de la existencia de Dios. Dios ha guiado mis pasos junto a mis hijas, Blanca Alejandra (arquitecta) Karla Mabell (abogada) y Andrea Paola (licenciada en Diseño gráfico).

A nuestros lectores, si desean conocer la casa “jaula”, digo jaula porque originalmente de allí surgió la idea. 14 metros de altura y 60 escalones de una escalera caracol.

También se puede ver en pintura.
Roberto Chirinos con su hija menor Andrea Paola.
No podía faltar una cocina, en otro espacio reducido se encuentra una pequeña sala de descanso.
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